Policia

103 63 10
                                    

Me incorporé en la cama debido a la impresión, como pude me levanté, hice mis necesidades y manejé a toda velocidad a la estación de policía, tal vez luego me lleguen unas cuentas multas por pasarme par de semáforos. Pensaba qué cosa haría mi mejor amigo para que esté detenido.

Buenos días, quisiera información, estoy buscando a mi amigo, se llama Andrés Rodríguez - dije desesperada a la policía de recepción.

Tome asiento por favor en un momento le comunico- La mujer estaba al teléfono y por lo que veía no estaba hablando de trabajo.

Comenzaba a impacientarme, tenía unos 10 minutos en los que veía entrar y policías, se estaba agotando mi paciencia. Volvía a levantarme.

-Hola, recuerda que le acabo de solicitar información de un detenido?- Me miró con la ceja alzada.

-Le dije que esperara

-No puedo seguir esperando, quiero información- dije alzando la voz, note que varios se nos quedaron mirando.

-Tendrá que esperarse- dijo indiferente

En ese momento me entró la llamada de René, descolgué- ¿Hola preciosa, te apetecería tomar un desayuno?

-Pues no quiero, llame a su supervisor- dije dirigiéndome a la oficial

-Eva, mi amor, ¿dónde estás?- René

-Espere sentada- dijo perdiendo la paciencia

-Imbécil- dije dándome la vuelta

-¿Cómo dijo?

-Yo, nada- dije inocente

-Eva, ¿qué está pasando?-René

-Estás detenida- dijo rodeándome con las esposas

-¿Qué y yo por qué? Si no hice nada, suélteme. Ejerció más presión mientras caminábamos

-Eva- René

-Ven por mí, estoy en la policía...-La oficial colgó, la, mire seriamente.

-No tenía derecho de hacerlo

-Guarde silencio- Sentenció

--------------------------------------------------------------

Yo y mi boca, ahora estaba en una celda al lado de unas mujeres que me estaban dando miedo, había una que se veía como Buck la comadreja de la era del hielo. Tenía un parche en el ojo y no pienso preguntar cómo se lo hizo. Ay señor, perdona todos mis pecados y permíteme llegar sana y salva.

Bendito la hora en que Andrés me trajo a esta situación y después de todo no había podido verlo o tan siquiera saber qué es lo que estaba pasando.

-¿Por qué te detuvieron? Se acercó una mujer, era la que menos daba miedo

-Solo le dije imbécil a la policía de la entrada- Silbó- A todas nos cae mal Mónica, tranquila, me dio una palmadita.

-¿Y tú por qué estás aquí?- dije mientras tomé mi cabeza entre las manos.

-Apuñale a mi esposo- Mierda, cerré mis ojos y con risita nerviosa la miré.

-¿De verdad?

-Claro y aquella que vez allá en la esquina, es la diabla, esa tiene tres muertos encima- Santo Dios, su cara sí parecía un diablo con la cicatriz en una de sus mejillas.

-Pensé que podrían ser más- hice una mueca

-Probablemente, todavía la están investigando- dijo riéndose. Me tapé la boca.

Sin RetornoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora