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Cada que tengo oportunidad intento acercarme a Harper, pero ella siempre me termina mandando a la mierda, cosa que odio tanto como el día que ella decidió terminar nuestros seis años de relación creyendo que yo la iba a dejar.
Hace siete años
Los nervios me están consumiendo, sé que es lo mejor para los dos y ambos hemos esperado esto, así que hoy le pediré matrimonio a mi mujer y luego la haré madre para que no pueda dejarme.
Bueno, esto último no es cierto, no necesitamos un hijo para que ella y yo estemos juntos para siempre, aunque no nos vendría mal una mini Harper corriendo por toda la casa con sus crespos rubios alborotados.
— Señor, su padre lo necesita.
— Dile que pase.
Guardo la caja donde tengo el anillo con el que le pediré matrimonio a mi mujer en dos días.
— Hijo —saluda mi padre entrando a mi oficina.
— Debe ser urgente lo que tienes que decirme —menciono— no sueles venir hasta la empresa.
— Directo al grano —dice—. Necesito un favor tuyo.
— No creo que yo pueda ayudarte en mucho.
— Hasta cargo de la empresa.
Levanto la mirada hacia él y no hay nada en su rostro que me indique que está bromeando. Tengo veinticinco años y manejo mi empresa la cual apenas está entrando al mercado si me hago cargo de su empresa no voy a tener tiempo para nada.
— Antes de que digas que no, piénsalo —dice—, puedes retrasar un poco tus planes, si HS entra nuevamente en la bolsa de valores podrás sustentar tu empresa e incluso impulsar a la bolsa.
Es una idea tentadora, pero tengo planes con mi mujer y levantar la empresa de la familia me llevaría mínimo dos años.
— Voy a casarme con Harper —menciono.
— Eso es maravilloso, Harper es como una segunda hija para nosotros.
— No tendré tiempo para dos empresas, mi esposa y mis hijos.
— ¿Está embarazada?
— No, pero pienso embarazarla muy pronto.
No miento cuando digo que quiero tener una mini Harper corriendo por nuestra casa.
— Habla con ella, trata de dividir el tiempo, puedes manejar ambas empresas, lo sé perfectamente.
— No puedo asegurarte nada.
Dos noches después de haber hablado con mi padre, llevé a mi mujer a Las Vegas para pedirle matrimonio, pero antes quería contarle sobre las dos empresas de las que me haría cargo.
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Dos noches en las Vegas
RomanceUn viaje del trabajo. Una salida con amigos. Un encuentro con el pasado. Un matrimonio apresurado. Un amor que se creía imposible. Decían que amar era el sentimiento más lindo siempre y cuando estuviera correspondido, pero eso nunca pasó. Siete...