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Estar tan cerca de Harper parece uno de mis sueños. Uno de tantos que tuve en estos siete años que no he podido acercarme a ella sin que huya de mí como si me tuviera miedo, pero ahora mismo es diferente y estoy seguro de que es gracias al alcohol que está en su sistema.
Harper me ha estado sonriendo durante la última hora y coqueteando conmigo como si lo que hemos estado viviendo haya desaparecido de su mente y eso me alegra mucho, ya que hace mi trabajo más fácil. En un par de horas la llevaré a esa capilla con ese Elvis donde ha querido casarse —aunque los documentos de nuestro matrimonio fueron firmados en la tarde gracias a sus hermanos—, le prometeré una vida entera y que estaré a su lado pase lo que pase.
— Ella debería parar ya, ha tomado suficiente —manifiesta Kelly su secretaria y niego.
No estoy pensando en ultrajar a Harper, pero quiero que esté lo suficientemente ebria para que pueda subirse a un auto conmigo y dar un sí cuando Elvis le pregunte si quiere ser mi esposa.
— Aún no, puedes irte si quieres.
— ¡No! —habla más fuerte de lo necesario—. No la dejaré sola, algo le puede pasar.
— No estará sola —digo acercándome a Harper—. Yo estoy con ella, además sus hermanos llegan en un rato.
No puedo hacer todo esto sin la presencia de Liam y Lucas, ya que sin ellos mi matrimonio con ella sería solo un sueño, además alguno o los dos me cortaría las pelotas si algo le llega a pasar a Harper.
— ¿Sus hermanos saben que ella está con usted?
— Sí, aunque te parezca extremadamente raro.
— Oh, Dios, esto es raro, la señorita lo odia y ellos lo saben.
— Ella no me odia, está disgustada que es algo muy diferente, pero eso cambiará a partir de hoy.
Es lo que debe pasar. Mañana cuando nos despertemos le haré saber que todo lo que ocurrió fue un malentendido que ella nunca me dejó explicar y por tal razón todo llegó hasta este extremo.
Cuando nos despertemos, las noticias y titulares de los periódicos y revistas hablarán de nuestro compromiso, que después de estar casi siete años separados contraemos nupcias en una ceremonia íntima en las vegas como ella siempre lo había querido.
Regresaremos a Wisconsin como el nuevo matrimonio entre dos de las familias más influyentes del estado de Wisconsin, aunque sé que Harper no aceptará esto tan rápido.
— No, estoy seguro de que ella lo odia, lo dice todo el tiempo —asegura.
— Entonces mi tesoro me recuerda día a día.
— Habla de usted todos los días, pero para insultar y más cuando recibe sus molestos correos —dice—. Palabras de ella, no mías.
— Tal vez me empiece a odiar después de esta noche, hemos hecho algo que la disgustara demasiado, pero no puedo deshacerlas.
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Dos noches en las Vegas
RomanceUn viaje del trabajo. Una salida con amigos. Un encuentro con el pasado. Un matrimonio apresurado. Un amor que se creía imposible. Decían que amar era el sentimiento más lindo siempre y cuando estuviera correspondido, pero eso nunca pasó. Siete...