CAPÍTULO 10.

2.3K 258 12
                                    

💌

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

💌

Cuando la secretaría de Harper se comunicó conmigo me sentí realmente culpable. Decirle todas las cosas así a mi mujer y luego huir como un cobarde fue lo peor que hice.

Tenía que quedarme en nuestra casa y demostrarle cuánto la amo, pero decidí irme a esconder en un apartamento que ya no sentía mío, un lugar donde agonicé por una semana entera.

Decidí comunicarme con Liam para ir junto a él a su empresa, tal vez, Harper lo escuchara más a él que a mí, pero la escena que encontramos me partió el corazón, me volvió loco, quería matar a Ethan en ese momento, pero debía llevar a mi mujer a un hospital.

Tres jodidas costillas rotas, una luxación en su hombro derecho y una contusión en su cabeza. Vi rojo vivo cuando la pasaron a una habitación y aún seguía sedada.

— ¿Cómo es posible que él haya entrado a la empresa? —le pregunto a Lucas que está junto a mí.

— Liam se está encargando de eso —menciona sin apartar la mirada de su hermana—. Se suponía que no podía entrar.

— Tanta seguridad que tienen y dejan entrar a ese imbécil, deben cambiar todos los guardias que estaba anoche, seguramente uno de ellos haya trabajado con Ethan —aseguro.

— Liam está investigando, los responsables van a pagar —asegura.

Por el bien de todos deseo que sea así porque de lo contrario acabaré con cada persona que hizo que mi mujer estuviera en este estado.

— Voy a salir un momento, me comunicare con Liam y te avisaré lo que haya encontrado.

— ¿Vas a? —dejo mi pregunta en el aire, él sabe lo que le estoy preguntando.

— No preguntes cosas que no quieres saber.

Si va para el lugar que pienso va a terminar mal y posiblemente se meterá en problemas y no estamos para que algo así suceda en este momento.

— No vayas allí —digo—. ¿Cómo se va a sentir Harper cuando te vea todo golpeado?

— Lo resolveré. Cuida bien de ella hasta que alguno de nosotros regrese.

Sale de la habitación sin escucharme y maldigo. El idiota va a dejarse golpear hasta perder la consciencia, cree que eso es la solución para sus problemas, pero no puede estar más equivocado.

Me siento junto a la camilla donde está Harper y la observo por las siguientes horas. Me pierdo en su rostro y el arrepentimiento me inunda.

Hay muchas cosas que pudieron salir bien y otras que nos llevarían nuevamente a este momento, pero si estuviera en mis manos retroceder el tiempo y evitar que ella esté en esa camilla lo haría sin dudarlo, pero ahora me queda cuidarla y velar por su seguridad.

Dos noches en las VegasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora