17.No hay vuelta a casa.

72 8 19
                                    

Hechos narrados por Mary, después de la explosión en el refugio:

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hechos narrados por Mary, después de la explosión en el refugio:

El polvo se levantaba en lo que antes era nuestro refugio, los escombros habían aplastado a las personas de mi alrededor. Miré los restos y pude ver a muchas personas aplastadas. Seguí buscando alrededor con la mirada, pero no encontré a Lisa.

—¡LISA! —grité con todas mis fuerzas.

Aunque grité su nombre, no hubo respuesta. Me levanté del suelo donde aún estaba, mi cabeza sangraba y mi pierna derecha estaba en muy mal estado, cojeé hasta llegar a la salida del comedor.

"¿Qué diablos pasó?"

Continué caminando alrededor. Lo que antes era nuestro refugio estaba hecho pedazos, no había signos de vida, no había rastro de Lisa tampoco.

—¡LISA! —continué gritando mientras caminaba por los oscuros pasillos, o lo que quedaba de ellos—. ¿¡Alguien sigue vivo!?

"Maldición, acaso todos están muertos. Vamos, Mary, concéntrate".

"¿Qué haría la rubia o John si estuvieran aquí?"

Seguí en busca de supervivientes porque no tenía tiempo, con el tamaño de esa explosión, era cuestión de tiempo de que todo el refugio estuviera lleno de infectados. Caminé hasta la armería.

—Genial, aún sirve —tomé una de las pistolas que había en la armería—. Espero que John no se moleste porque la tomé sin registrarla.

Seguí, caminé hacia el lobby principal donde estaban todas las carpas. Lo que vi fue horrible, personas aplastadas, otras heridas de gravedad, Lisa estaba ahí buscando a su abuelo entre los escombros de lo que era antiguamente su vivienda.

—Hey, Lisa —me le acerqué y puse mi mano en su hombro.

Lisa se volteó hacia mí, y me abrazó fuertemente.

—Gracias a Dios que estás bien —Aún no soltaba su abrazo.

—Sí, podría decir que estoy mejor que otros.

—Mary, por favor ayúdame a mover los escombros, el viejo está abajo. —Lisa me soltó y volvió a mover escombros

Miré la carpa ya aplastada de su abuelo, y la mano del viejo estaba sobresaliendo de todos los escombros. No solo eso, había demasiada sangre para que el anciano todavía estuviera vivo.

—Lisa, no creo que... —tartamudeé. No sabía cómo decirle que era inútil, su abuelo ya estaba muerto—. Lisa, no creo que el abuelo... aún esté vivo.

Lisa se negaba a escucharme, y simplemente seguía removiendo los escombros.

—Lisa, tenemos que irnos. —intenté agarrar su brazo, pero simplemente lo jaló fuera de mi agarre—. Lo siento tanto, Lisa, pero tenemos que irnos.

PandoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora