Day #2 - Pérdida

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Aviso

Descriciones gráficas que pueden ser sensibles para cierto público.

Lea bajo su discreción.





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-¡Suéltalo ya, Janja!- grité.

La hiena solo se rió más fuerte, y su clan siguiéndole la pista también. Mientras tanto él solo estaba ahí, sangrando, impotente, con una mirada que denotaba lo mucho que odiaba esto.

Y yo me odié por no ser capaz de evitarlo.

(Minutos antes)

La Guardia y yo estábamos persiguiendo a las hienas que se habían colado al reino, otra vez, supuestamente por comida. Ahh, ¿cuántos años llevábamos haciendo esto? Siento que podría convertirme en madre y seguiría teniendo que hechar a unos indeseables de mi hogar todos los días. Aunque creo que es lo mejor de mi día a día; empezar un patrullaje matutino con Kion y los demás, un descanso breve, pelear con hienas y volver a casa.

Simplemente perfecto.

Pero hoy me sentía rara, como si algo fuera a ocurrir, sin saber si sería algo bueno o malo. Y eso era lo que más me preocupaba.

-Fuli, ¿estás bien?- claro, él no pasaría por alto mi actitud, me conoce tan bien que ya soy un libro abierto para él. A veces pienso en si yo también soy capaz de leerlo a él como él a mí, aunque, con el paso del tiempo, ha sido Kion quien ha sabido ocultar sus emociones de los demás. Si no estoy mal, este cambio empezó desde aquel día en el la Reina Nala había sido acorralada por Janja y su clan, y, por los Reyes del Pasado, nunca había visto a Kion tan enojado, ni rugir tan fuerte como lo hizo esa vez.

Volviendo mi mirada hacia él, le respondí: -Ah, si. Estoy bien, Kion- le dije con un intento de sonrisa. Aún así su mirada dorada y penetrante no me abandonaba. No se había tragado mi respuesta. -. Okay, lo admito. Me siento rara.-

Él ladeó la cabeza, confuso. -¿Rara? ¿En qué sentido, te duele algo?- se me acercó un poco para inspeccionarme. Yo me reí un poco antes su preocupación. Le dije: -No. No me duele nada, Kai- ¡Ja! Me encanta su cara cuando lo llamo así, ese apodo se lo puse un día en el que me llamó por mi propio apodo: Fuls. Me pareció algo gracioso, pero no me desagradó, al contrario, me acabó gustando el apodo. Si nos llamamos así, es para que el otro sepa que todo está bien, que decíamos la verdad. Y este era el caso ideal para llamarlo así. No quería que se estrese por una tontería. -Es que me siento... No sé, es cómo un presentimiento, como si algo estuviera por suceder - expliqué, sintiendo confianza al hablar con él. -. Es extraño-

Kion me dio una de sus típicas y radiantes sonrisas que solo él tiene. -Bueno, si ese es el caso. Tendremos que terminar con las hienas, luego hablaremos sobre lo que sientes- dijo, adelantándose a mi, y alcanzando a los demás. ¿En qué momento nos habiamos quedado atrás? No me importó, simplemente negué con la cabeza sonriendo, para después alcanzar a los demás.

Aunque mi presentimiento se hacía más fuerte a medida que nos adentrábamos más y más en las Lejanías.

Tras unos minutos de caminata, supe que lo que sentía era cierto estalló en el momento en el que Kion exclamó:

-¡Alto!- indicó Kion, deteniéndose abruptamente. Miraba a todos lados. -Algo no anda bien.-

Definitivamente.

PROVOCATIO |=•=| KiuliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora