Miseria

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No tiene caso escribirle a la felicidad, es demasiado fácil, todo el mundo la entiende, les gusta y siempre quieren estar con ella. Sin embargo, yo no le escribo a la felicidad sino a la tristeza. No es fácil escribirle a la tristeza, a la melancolía o al dolor, primero hay que entenderlas, sentirlas, tienen que gustarte y debes querer estar con ellas. Solo una persona que es capaz de apreciar la tristeza es capaz de apreciar verdaderamente la felicidad, porque sabe que el precio de los momentos felices es la tristeza de no volver a vivirlos. No obstante, es una rareza encontrar a una persona con la capacidad de ver y de sentir la belleza dentro de su propia miseria.

Ventanas: el reflejo de un alma cualquiera Donde viven las historias. Descúbrelo ahora