Interés

3 0 0
                                    

Cualquier razón sin importar lo pequeño que parezca es suficiente para comenzar una guerra, los motivos no deben ser justos o buenos, ni siquiera deben ser coherentes, pero aún así son capaces de justificar masacres, genocidios y torturas. Tal parecer que la perversión es nuestra naturaleza y la destrucción nuestro fin. Asimismo, los seres humanos anhelamos la paz, sin embargo, mientras sigan existiendo los pensamientos, las ideologías, las religiones, el dinero y las creencias, nunca será posible una verdadera paz. La condición humana es destructiva, perversa, siniestra y macabra, así pues, mientras exista la humanidad la guerra encontrará la forma.

Ventanas: el reflejo de un alma cualquiera Donde viven las historias. Descúbrelo ahora