Cualquier razón sin importar lo pequeño que parezca es suficiente para comenzar una guerra, los motivos no deben ser justos o buenos, ni siquiera deben ser coherentes, pero aún así son capaces de justificar masacres, genocidios y torturas. Tal parecer que la perversión es nuestra naturaleza y la destrucción nuestro fin. Asimismo, los seres humanos anhelamos la paz, sin embargo, mientras sigan existiendo los pensamientos, las ideologías, las religiones, el dinero y las creencias, nunca será posible una verdadera paz. La condición humana es destructiva, perversa, siniestra y macabra, así pues, mientras exista la humanidad la guerra encontrará la forma.
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Ventanas: el reflejo de un alma cualquiera
PoezjaEste libro es el reflejo de mi alma, mis más profundos sentimientos y pensamientos están plasmados en él. He decidido nombrar mi libro «Ventanas» porque cada letra, cada frase y cada oración son una pequeña vista del interior de mi alma. Además, «El...