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Seungmin no tuvo el valor de inmediato para encarar a Jinseo acerca de su reciente descubrimiento. A pesar de que la duda siempre había residido en él en el fondo de su mente, escondida sin querer salir, ahora que la había visto quería seguir evitándola.

Seungmin empezó ignorando a Jinseo en los pasillos después de su clase de la mañana, pero entonces Jinseo se acercaba a él y lo saludaba como lo había saludado desde hace un año, sonriendo e incluso preguntándole si ya había comido. Y solo entonces, cuando Seungmin lo observó montar su espectáculo semanal en donde se reunían y éste pretendía preocuparse por él, la ira se desbordó dentro suyo sin que nada pudiera evitarlo.

Jinseo nunca tuvo el valor de decirle la verdad acerca de lo que había hecho. Aun cuando él y Hyunjin terminaron y estaba en su peor momento, llorando y rompiéndose en cada momento, Jinseo pretendió estar para él y escucharlo. Le aseguró en alguna ocasión que las cosas no deberían haber terminado tan mal como lo hicieron, y cada que Seungmin recordaba ese comentario, más quería saber ¿Por qué? ¿Por qué ser tan cruel como para pretender que estás de lado de alguien sabiendo que contribuiste en algún momento para lastimarlo?

Y Seungmin, después de pensarlo demasiado, supo que culparlo de todos sus males tampoco era la solución. Horas de terapia le habían costado mucho esfuerzo y desgaste emocional para poder conciliar y vivir con el hecho de que lo que había hecho había sido responsabilidad suya, y lo primero de lo que fue advertido, fue que buscar culpables no aminoría su culpa si no lograba aceptarla en primer lugar.

Pero claro que a Seungmin, a pesar de todo, le seguía doliendo. Eran muchas cosas combinadas, su confianza había sido traicionada de la peor manera y una amistad a la que alguna vez creyó genuina también iba a perderla. Después de que terminaron, los amigos de Hyunjin quienes alguna vez también fueron sus amigos se alejaron por completo, menos Jinseo. Jinseo quien había sido junto con Jeongin un hombro para llorar, Jinseo con quien se había quedado dormido llorando en múltiples ocasiones, Jinseo a quien le había agradecido por estar para él en sus momentos más bajos, Jinseo quien se alegró por él cuando empezó a ir a terapia determinado a mejorar su salud mental, Jinseo quien le había jurado que no era una mala persona.

Inicialmente, Seungmin nunca le contó la verdad a Jeongin no porque no confiara en él ni mucho menos. Tampoco es que, siendo realistas, considerara mejor amigo a Jinseo antes que a Jeongin. Pero aquella vez en donde la verdad deshacía su garganta como ácido, su confianza estuvo puesta sobre Jinseo porque sabía que era la única persona que no lo juzgaría. Jeongin, por el otro lado, lo presionaría para decirle la verdad a Hyunjin y Seungmin no quería escuchar lo que debía hacer, porque ya lo sabía. Tan solo quería ser escuchado, y Jinseo había sido, en ese momento, la mejor opción para ello.

—¿Podemos hablar?—Le pidió Seungmin un lunes a las ocho de la mañana mientras terminaba de comer. Había estado callado durante todo el desayuno, su corazón bombeando y la sangre fluyendo tan rápido dentro de él que sus oídos habían sido tapados por completo para ignorar lo que sea que el chico frente de él le estuviera diciendo. Tan solo se hizo nítido su entorno hasta que pronunció aquellas palabras.

Jinseo frunció el ceño y desapareció la sonrisa que tenía, rápidamente asintiendo cuando vio la seriedad de su rostro.

—¿Qué sucede?—Preguntó confundido.

Seungmin lo miró sin expresión alguna.

—Ya sé que fuiste tú el que le contó a Hyunjin lo que pasó en la fiesta.—Dijo Seungmin con firmeza.

Su rostro se desconfiguró por un rápido instante antes de apretar sus labios en una fina línea y suspirar pesadamente.

—¿Por qué, hyung?—Insistió Seungmin.—Te lo conté porque pensé que serías confiable, y mira lo que resultó.—Exclamó inevitablemente un poco enojado.

my picture in your wallet || hyunminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora