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If our love died young, I can't bear witness

Este capítulo no es lineal, tiene algunos saltos en el tiempo y alterna entre el presente y el pasado desde una perspectiva de Seungmin

Seungmin sostuvo fuerte el peluche de Pochacco contra su pecho por tercera vez en la noche. Estaba recién salido de bañar, con una pijama limpia y fresca, calcetas calientes y un capítulo de Pokemón sonando como ruido de fondo. Ocasionalmente, se reía cuando respondía los vídeos graciosos de monos que Mingyu solía mandarle, y a cambio él buscaba uno que otro vídeo para mostrarle de regreso.

Jeongin y Minho habían salido esa noche para una cita, y aunque había sido invitado, Seungmin prefirió quedarse a perder el tiempo a su manera desde la comodidad de su cama. Los finales se acercaban, así que pronto tendría que despedirse de sus horas de sueño y de los vídeos graciosos de monos que amenazaban su capacidad de concentración.

Estaba hipnotizado deslizándose entre los videos de su página de inicio, imposibilitado de parar y de una vez ponerse a dormir. Sus párpados estaban pesados y dolían, y lo siguiente que supo, es que estaba siendo arropado por Jeongin en la oscuridad.

Entreabrió sus ojos confundido.

—Tenías la luz prendida.—Le aclaró su amigo, quien ya se había deshecho del celular en su mano para dejarlo en su mesa de noche. Seungmin asintió y volvió a recostarse en su almohada.

—Descansa, Innie.—Le deseó Seungmin. Jeongin se mantuvo a su lado.

—¿Puede Minho quedarse hoy?

—¿Desde cuándo me pides permiso para nuestro tercer roomie?

Jeongin se rió.

—¿Es eso un sí?

—Es un: por favor no sean muy ruidosos mientras duermo.

—¡Eres el mejor!—Y con eso, Jeongin salió de su habitación.

Seungmin se acurrucó bien entre sus cobijas y se dispuso a dormir. El sueño regresó a él muy pronto, y cayó en un sueño muy profundo pero desagradablemente corto. La siguiente vez que logró despertar, eran las cuatro de la mañana con cuarenta y tres minutos.

Seungmin se fastidió de su reloj biológico que últimamente estaba hecho pedazos y se revolvió en su cama intentando atraer al sueño de nuevo, pero nunca lo logró, así que se preparó para salir a tomar un poco de leche con chocolate como Hyunjin le había enseñado para dormir bien. El chocolate tenía que ser cocoa amarga, sin azúcar añadida, para que hiciera mayor efecto. Era una estupidez sin lógica, pero era una mentira que su abuela le había dicho con cariño a Hyunjin para hacerlo dormir de pequeño que mantenía consigo, y que inconscientemente se le había quedado a Seungmin.

Mientras calentaba la leche en una olla pequeña y la miraba burbujear, se percató de pequeños susurros en el balcón que, ahora que lo pensaba, parecían haber estado allí todo el tiempo desde que salió a la cocina. Miró hacia la habitación de Jeongin y vio la luz prendida por la rendija abajo de su puerta, así que supuso que eran ellos teniendo una discusión. Los susurros eran cada vez más intensos, y podía detectar la indignación en intervalos.

Seungmin apagó el gas, vertió su leche en una taza, revolvió bien la cocoa y se dispuso a adentrarse rápido a su habitación, pero estaba curioso. Intrigado. Las ganas de aunque sea escuchar un poco pudieron más que él, y lo despertaron más que la taza humeante que sostenía entre sus dedos.

Cuando se acercó, Minho y Jeongin parecían estar hablando por teléfono con alguien. Este alguien, Seungmin reconoció, era Félix.

—Creo que debemos decirles a los dos. No podemos seguirlo ocultando, por más que no nos corresponda. Prefiero sobrepasar mis límites y ayudarlos a arreglar sus problemas, que respetar mis límites y verlos sufrir todavía.—Dijo Félix a través de la llamada.

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⏰ Última actualización: Nov 03 ⏰

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