-Aiko y Nathaniel, dos chicos pertenecientes a la segunda plantación de Grace Field House desarrollan un plan para escapar tras descubrir la verdad que el orfanato oculta, ¿podrán lograrlo y seguir el plan a la perfección?
⚠️ | Está historia está ba...
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—¡A que no me atrapas, Aiko!—Grito Nathaniel corriendo de su amiga.
—¡Ya verás que lo haré!—La nombrada cerró su libro y se levantó del césped, dispuesta a perseguir a su amigo.
Estos 2 chicos de 8 años se encontraban en el patio de su casa, o al menos así lo llamaban ellos. Grace Field House es un orfanato en donde son felices los 38 niños que allí viven, decían ser hermanos pero no compartían la misma sangre, y había una mujer a la que llamaban...
—¡Mamá!—Llamo un chico de cabello azabache, Nathan—¿Podemos hacer las galletas que habíamos dicho?—Pregunto abrazándola.
—Claro, Nath—Respondió sonriéndole.
—¿Puedo ir con ustedes?—Pregunto una pequeña rubia de 4 años, Kaori.
—¡Yo también quiero ir!—Exclamo apareciendo una pelinegra de 5 años, Alice.
—¿Mm? ¿Galletas?—Cuestiono el pelibeige al oír lo mencionado—¡Ay!—.
—¡Te tengo!—Menciono la pelirosa al ver la distracción de su mejor amigo, pudiendo atraparlo.
Aiko y Nathaniel eran mejores amigos, por lo que eran muy unidos y ambos se querían bastante. Nathaniel al haber sido atrapado empezó a reír junto con su amiga. Ambos se quedaron unos segundos tirados en el césped, para que luego Aiko se levantara y sacudiera su falda, tendiéndole la mano al pelibeige para ayudarlo a levantarse.
—Te dije que te atraparía—La de listón azul sonrió tirando de él para levantarlo.
—Lo hiciste—El sonrió de vuelta tomando su mano.
En eso sonó la campana que indicaba debían regresar, todos sus hermanos corrieron adentro de la casa para ir a cenar. Al terminar, el dúo ya mencionado se dirigieron a la biblioteca.
—Waa estoy cansada—Dice Aiko estirándose.
—Pero si casi no jugaste—Dijo ahora Nathaniel inocente a lo que a su amiga le cayó como balde de agua fría.
—Igualmente estoy cansada—Soltó una risita.
Ya en la biblioteca se dispusieron a leer. En otro lado, un pelinegro se encontraba batiendo la mezcla para las galletas.
—El libro dice que se debe de batir así, ¿no, Alice?—Dijo Nathan batiendo y volteó a ver a la pequeña.
—Sipi—Dijo siguiendo la lectura del libro de cocina.
