-Aiko y Nathaniel, dos chicos pertenecientes a la segunda plantación de Grace Field House desarrollan un plan para escapar tras descubrir la verdad que el orfanato oculta, ¿podrán lograrlo y seguir el plan a la perfección?
⚠️ | Está historia está ba...
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Ese mismo año 2039, habían anunciado el envío de su hermano Nathan.
—Mis queridos niños, me complace informarles que Nathan ha encontrado una familia—Habló la madre sonriendo y poniendo sus manos en hombros del nombrado.
—¿Que...?—Murmuro Alice viendo a su hermano y reaccionó, sonriendo de inmediato para no levantar sospechas.
—¡Muchas felicidades, Nathan!—Todos sus hermanos corrieron a abrazarlo, Aiko y Nathaniel siendo los primeros en hacerlo.
Más tarde ese día, cuando todos deberían estar durmiendo, Alice se dirigió con su hermano y lo abrazó por la pierna al seguir siendo muy bajita.
—No quiero que te vayas, Nathan—Dijo tomándolo por sorpresa, pues se encontraba haciendo su última tarea de la casa, en eso se agachó a la altura de la pelinegra.
—No te preocupes, Alice, te aseguro que nos volveremos a ver—Mintió intentando tranquilizarla.
—¿Me prometes que cuando a mi también me adopten nos volveremos a ver?—Pregunto "inocente" limpiando las lágrimas que estaban a punto de salir y levantó su dedo meñique.
—Lo prometo—Nathan entrelazó su dedo con la pequeña y sonrieron cómplices.
—"Te cortarás los dedos y tragarás 1000 agujas si mientes...¡se ha hecho una promesa!"—Cantaron al unísono y rieron a lo último.
—Ya ve a descansar, Alice. No es hora para que sigas despierta—Pidió el pelinegro besando su frente y con una de sus manos tras su espalda.
—De acuerdo, solo porque tú lo dices, Nath—Respondió y se fue de ahí dejando a Nathan solo.
Suspira—Lo siento, Alice...pero esto se trata de una promesa que no puedo cumplir...—Murmuro para sí mismo cabizbajo apretando uno de sus puños, quito la mano detrás de su espalda viendo sus dedos cruzados, dando a entender que había mentido.
El día 8 de septiembre, cumpleaños de Nathan, era el día de su adopción, Alice se encontraba abrazando a Aiko intentando ocultar el hecho de que estaba llorando, quería al pelinegro más que a otro hermano de ese orfanato y ver cómo se marchaba le dolía muchísimo. Cierta rubia también se encontraba hecha un mar de lágrimas, ella era cargada por Nathaniel.
—Les deseó lo mejor a todos, gracias por ser mi familia en este tiempo que estuve con ustedes—Habló el ojinegro con una sonrisa.
