"Potter, ¿Es gay?"
Era el titular que se alzaba en aquella revista de chismes, Draco dudaba entre comprarla o no. No es que le importará realmente, tan solo sentía un poco de curiosidad por conocer esas "imágenes exclusivas" que prometían desenmasca...
Harry llegó a la oficina arrastrando los pies, desanimado y tal vez solo un poco malhumorado.
Paso de largo, dejando el saludo en la boca de los presentes; Lucien lo seguía y al mismo tiempo se disculpaba con todo aquel que se encontraba con Harry y era ignorado por este. Ni él mismo sabía porque el humor de su jefe había cambiado tan drásticamente.
Al cerrar la puerta vio al moreno recostado sobre su escritorio, completamente derrotado.
-¿Se siente bien?- Se animó a preguntar.
Harry se removió en su lugar sin mencionar ninguna palabra.
-Bueno.- Continúo al intuir que su superior no tenía ganas de hablar.- Le deje en el escritorio la información sobre la familia Malfoy que me pidió.- Finalizó el chico, siendo capaz de observar como el ojiverde reaccionaba apenas mencionaba aquel apellido.
-¿Cuáles? ¿Estos?- Harry se recompuso rápidamente.
-Los de la carpeta azul, señor.- El chico sonrió, era la primera vez que veía a su jefe actuar de manera tan infantil. Hacía un año que había conseguido trabajar como su asistente, era un hombre a quien realmente admiraba; Un ejemplo a seguir.
Harry era todo lo que se decía de él en Hogwarts.
-Gracias, Lucien.- El moreno sonrió al tener la carpeta correcta entre sus manos.- Puedes retirarte.-
El chico asintió.
-Qué nadie me moleste.- Dijo antes que el rubio cerrara la puerta.
El de mirada esmeralda se dedicó toda la tarde a revisar aquellos papeles que dictaban lo que había sido de la vida de los Malfoy. Pronto llegó al apartado de Draco, quedando maravillado con cada uno de sus logros. Por la calidad de las fotografías no parecía que fueran muy recientes.
La tarde pasó sin ningún inconveniente.
Al terminar de leer sus archivos, buscó su teléfono para tratar de llamar al rubio una vez más, se sentía un poco ansioso de no saber nada de él.
La llamada se fue al buzón.
-¿Por qué no contestas?- Dijo mirando el número en la pantalla.
-Señor, ¿Le falta mucho o me puedo ir?- Lucien entró a la oficina, cansado de tocar y no recibir respuesta.
Harry miró la hora, era tarde.
-No,ya puedes irte.-
-Usted, también debería irse a descansar.-
Harry asintió.
-Hasta mañana.- Despidió al chico.
El moreno suspiro y comenzó a guardar todo. Apagó las luces y cerró la oficina.
Al subir al auto, su teléfono comenzó a sonar. Cuando lo sacó del bolsillo este se detuvo, la pantalla marcaba una llamada perdida de Draco Malfoy.
Harry intentó regresar la llamada pero no hubo respuesta.
…
-¿Señor, no creo que esto sea correcto?- Susurro. El rubio sabía que eso estaba mal, pero no podía simplemente oponerse a su jefe.
-Tranquilo, ¿Sí?- El moreno buscaba la manera de calmar al rubio.- Solo quiero saber si mi amigo se encuentra bien.-
-¿Por qué no solo lo llama?- Decía nervioso el asistente, si el dueño los descubría se meterían en un grave problema.- O mejor aún ¿Por qué no viene mañana temprano?- Ahora mismo se estaba arrepintiendo de haber contestado la llamada del moreno.
-Ya lo llame, pero no contesta.- Miró su teléfono, viendo la llamada perdida de Draco.- Estoy preocupado, ¿Qué tal si algo malo le pasó? Imagina que mientras hacía sus pociones algo salió mal y ahora está ahí tirado agonizando, o peor aún que esté muerto. ¿Podrías vivir con la culpa?- El ejemplo era exagerado, pero no se le ocurría nada más para hacer que el chico lo ayudará.
-Eso sería terrible.- Dijo creyendo por un instante las palabras del moreno.- Pero, lo que está tratando de hacer es un allanamiento de morada.-
-Lucien, ¿No es esto solo un detalle menor comparado con salvar la vida de una persona?- Interrogó el mayor.- Pero está bien, vámonos.- Harry usaba un tono molesto.
-¿En serio?-
-Claro, mañana cuando las noticias anuncien la muerte de esta persona.- Dijo señalando el interior del local.- Espero de corazón que puedas vivir con esa culpa.- Finalizó.
El chico dudó algunos segundos, sabía que el moreno estaba siendo un poco dramático, pero debía ser algo importante si tenía que inventar algo tan extremo.
-Está bien, ¿Qué tengo que hacer?- Se dio por vencido, entre más rápido entrarán al local más rápido podría irse a descansar.
-Tú, solo vigila.- Su rostro había cambiado nuevamente, ahora lucía radiante. Se dirigió a la cerradura para exclamar el hechizo.- Alohomora.-
La puerta se abrió.
Harry entró en silencio, en voz baja comenzó a llamar al rubio; Si se encontraba ahí, no quería asustarlo ¿O sí?
-Malfoy.- Alzó la voz.
Mientras se adentraba recorría con sus esmeraldas el lugar esperando encontrar al rubio. Todo estaba oscuro a excepción de la tenue luz que salía de la sala de descanso.
Fue directo ahí, había silencio.
-¿Malfoy, estás aquí?.- Abrió la puerta.
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