#12

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Ambos fueron teletransportados a la misma oficina de siempre, Roier estaba nervioso, pues aún no estaba listo para dar su respuesta, ni siquiera quería decirla, pues sabía que según lo que dijera, las cosas si o si saldrían mal.

-Roier... Hasta este punto ya debes saber que eres uno de los habitantes más queridos de la isla, o para mí el unico que importa.- dijo mientras dejaba el arma sobre el escritorio- hay tantas cosas que yo haría por ti si me las pidieras- se dió la vuelta y acercó lentamente al mexicano- Tantas que arriesgaría todo por lo que eh trabajado- se acercó y lo sostuvo de él hombro- pero también hay cosas que quiero que tú hagas por mi. Cómo por ejemplo.....-

Acercó su boca al oído del contrario y susurro unas cuantas palabras, que descolocaron al mexicano. Empezó a sudar frio, sus manos temblaban y había un nudo atorado en su garganta. Estaba dispuesto a hacer cualquier cosa con tal de que su familia y amigos no saliera lastimada, pero nunca haría lo que el pato acaba de pedirle.

-No -lo empujó- no lo haré- dijo con una expresión de odio mientras se sostenía el brazo apretándolo y agachaba la mirada-

-La oficina se llenó de silencio por unos cuantos segundos- Bien-

El mexicano levanto el rostro con sorpresa pues no sé esperaba ese tipo de reacción, esperaba más una amenaza o algo por el estilo, pero acababa de aceptar su respuesta sin oponerse. El pato solo alzó los hombros y salió de la oficina dejando al contrario muy confundido, pero solo tardo unos segundos antes de darse cuenta de las intenciones del contrario, salió a toda prisa y se dirigió a la habitación donde estaban sus amigos encapsulados.

-¡¿Que haces?!- pregunto cuando vio al contrario colocar una llave a la máquina que monitoreaba a su hijo bobby-

-Tu tomaste una decisión y no me opongo a tu respuesta- volteo a ver un momento a la araña- Pero sabes que todo tiene un precio, y este es- giro la llave y luego la arranco-

La máquina hizo un ruido que alertó al mexicano y en ese momento la máquina que brindaba oxígeno al pequeño se detuvo ocasionando que los latidos del pequeño se acelerarán.

-¡No!- se acercó al pato y le intento quitar la llave- ¡Para! - el pato empujó al mexicano- ¡Por favor!- sus ojos se llenaron de lágrimas-

-Lo siento pero tú tomaste una decisión, y yo tome la mía- su rostro no demostraba ningún tipo de arrepentimiento-

-Quackity.....- agacho la mirada al sentir sus ojos inundados en lágrimas- No puedo hacerlo.... No me obligues a hacerlo, por favor no..... No puedo......- las primeras lágrimas se deslizaron-

- Bien, entonces atente a las consecuencias- se acercó con furia y apagó la máquina de Mariana-

-¡¡No!!- se acercó pero el pato saco un arma- ¡Por favor, no quiero hacer! No me hagas hacerlo.....- las lágrimas ahora salían sin ningún control- Piedad-

El pato no se detuvo y luego se dirigió a la máquina de Quackity e inserto la llave, y sin ningún tipo de arrepentimiento la apagó.

-¡No! ¡Para!- Roier tiro de su cabello- ¡Mierda! ¡Lo haré! ¡Encerio lo haré así que para!- grito con todas sus fuerzas y se arrodillo en el suelo- por favor...-

El pato sonrió y luego con presionar un pequeño botón las máquinas que había apagado volvieron a encenderse, regresando los latidos a ser constantes. Se acercó lentamente hacia la araña que estaba llorando en el suelo, flexionó las rodillas para estar a su altura y luego con una mano levanto el rostro del contrario.

-Quiero que lo hagas hoy mismo- hablo con un tono molesto- Si no te tendrás que atener a las consecuencias.- Soltó el rostro del contrario y salió de la habitación.

The Federation.    Guapoduo ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora