Algunos días transcurren después del incidente y la que estaba en reposo comenzó a recuperarse, menos las heridas profundas que usualmente se encontraban en la zona del rostro. Eran las 4 de la tarde y Uzi se encontraba viendo una película. Para los de la escuela, ellos ya habían salido hace una hora rumbo a sus casas pero una persona no fue a su casa solo para ver a alguien.
La puerta del hogar donde la de diesiciete años estaba, fue tocada cinco veces y luego fueron dos. Lastimosamente la menor estaba muy cómoda con una sábana rodeandola como un sushi. No le quedaba otra que dejar su comodidad a un lado para abrirle.
Entonces se levantó sin ganas arrastrando sus pies hacia la puerta. Fue abierta para ver a la que siempre solía ver en la escuela que ahora venía todos los días.
— Hola, busco a Uzi Doorman —hablaba una rubia con las manos detrás de su espalda. Parecía ocultar algo.
Uzi en ese momento llevaba una remera de mangas cortas con un gatito que parecía dormir y unos pantalones holgados. Esta misma se rio de lo que dijo con algo de costo porque todavía su garganta estaba afectada.
— No, no está. Ven, pasa —abría paso para que ella pasara y dejara su bolso en una silla.
Entonces, cerró la puerta tras ella y fue de nuevo al sillón para envolverse. Siente un peso a su costado y se dio cuenta de que Evelyn se había sentado a su costado con una sonrisa.
— ¿Qué? —algo nerviosa, cubriendo la mitad de su cara con la sabana que tenía encima.
— Nada —seguía sonriendole. Luego le mostró lo que anteriormente tenía tras la espalda: una bolsa con el símbolo de Starbucks.
La chica envuelta se sorprendió que su amiga le haya comprado algo en un lugar caro. Para su mala suerte, Uzi siente que tiene una deuda que pagarlo. Hasta que no le haya dado lo pagado, se sentirá culpable por el resto de su vida.
— No... tenías que hacer eso —se quedaba mirando a la bolsa en frente de ella con deseo, pero no tenía ganas de aceptarlo.
Evelyn miraba cómo esta se terminó envolviendo entera y tirandose a un costado del sillón. Se diría que a Uzi no le gustaba recibir regalos caros por miedo a que luego el otro se arrepienta y le reclame.
— Uzi, es un regalo —con una mano libre, sacudía a la envuelta en una sabana.
Ella se vio obligada a destaparse un poco, solo para dejar ver sus ojos los cuales brillaban con culpa. De verdad tenía suerte de tener una amiga generosa pero su instinto era más negativo que otra cosa.
— No te tengo que pagar luego, ¿verdad? —sin revelarse por completo, agarrando las sábanas con fuerza.
— Claro que no, los regalos no se pagan —riendo ante la pregunta tonta de Uzi, incluso ya aclarado que era un regalo.
Volvió a levantarse y se recostó en su hombro, agarrando lentamente la bolsa y mirando qué había adentro de la misma. Habían tres medialunas básicas que a Uzi le gustaban: dos de manteca y una de grasa.
Los ojitos de la chica se le abrillantaron demasiado, realmente no sabía qué había hecho para recibir una amistad considerada. Evelyn insistía en que comiera, no había problema en eso. Le hizo caso por pena pero a la vez no podía dar una mordida, hasta que finalmente la dio.
Estaba chillando al masticar, sintiendose devastada al mismo tiempo. Las heridas no eran el problema ahora, sino comer con la culpa de deber algo que ni siquiera era una deuda.
— Y... ¿te gusta N, entonces? —esa pregunta sorprendía a la recostada, rápidamente viendo cómo la chica negaba con la cabeza rápidamente.
— ¡Lyn, lo conocí hace unos días! —mordiendo lo que anteriormente tenía en la mano—. Quitate la idea de que me va a gustar alguien solo por hablar de él.
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𝘊𝘰𝘮𝘪𝘤 𝘴𝘵𝘰𝘳𝘦 [HIATUS]
RomanceN, siempre es él quien se cruza con Uzi. Él está enamorado, ella apenas sabía de su existencia. ¿Cómo iba a enamorarse de alguien que apenas vio pasar? El esfuerzo en hacer que alguien se fije en ti es imparable, o al menos para alguien que se choca...