‧₊˚ ☁️⋅♡ 3𓂃 ࣪ ִֶָ☾.

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— Así que... —Evelyn estaba de interrogativa con la de enfrente suyo—, vas a ir a la fiesta.

— Sí.

— ¿Y no vas a llegar tarde?

— Ajá.

— Sin poner excusas si es que llegas a faltar, a menos que haya un inconveniente.

— No voy a hacer eso... —apoyaba su rostro en su palma que estaba sobre la mesa—. Puedo ser indecisa y esa ridiculez, pero como dije, solo lo hago por mi padre y por tu insistencia.

La otra sonrió, levantandose de su asiento para darle palmaditas en la cabeza de Uzi. Vuelve a su asiento para tomar lo que ella pidió. Sigue con la desconfianza de que va a hacer lo que hace cada que la invitan.

— Mm... ¿Y cómo estoy segura? —tomaba su bebida con ojos entrecerrados.

La más baja suspiró, debía hacer algo que ella no suele hacer con casi nadie, excepto Evelyn. Acercaba su mano lentamente con su meñique extrechado a ella.

— Lo... prometo, ¿sí? —su contacto visual era serio, mas algo no convencida.

Había una chispa de emoción en las pupilas de la rubia, aceptando y cerrando la promesa rápidamente. Se podía decir que Uzi no fallaba en las promesas, no significa que las haga todo el tiempo.

— ¡Síííí! Ahora estoy convencida de que irás —sonrió con felicidad por su dicho, pues eso pasaba rara vez.

Uzi rio con ella. Como ambas estaban en un lugar público, significaba que la ojipurpura había mejorado. No por las cicatrices, esas quedarían por largo rato, o quizás el resto de su vida. Eso no significa que la prohiban de seguir con el resto de su felicidad y lo que le queda.

Ambas habían salido posteriormente cuando el estado de Uzi estuvo mejor para olvidar sus horribles momentos en la escuela. El tiempo que también habían estado en su hogar, Eve le estuvo entrenando a Uzi para mejor defensa personal. Le ayudó mucho más de lo que creía, ella era de aprender rápido pero lastimosamente olvidaba la mayoría de cosas.

Esa era una de las cosas menos importantes para la menor; olvidar las cosas rápido. Lo único que se le permitía subir a la mente era pasar tiempo con su amiga para olvidar ese maldito trauma que llevaba desde hace... ¿años?, ya ni recordaba por olvidarse de todo.

De repente Evelyn irrumpió la nube de pensamientos de Uzi, sorprendiendola y haciendo que salte un poco. Su «otra madre», como le decía la menor, no evitaba preocuparse.

— ¿Estás bien, Uzi? Te noto algo desconcertada —soltando una risa reposando su mano en el hombro de la más peque.

— Ah- Yo... —rascandose la cabeza.

En realidad no sabe que responderle. Tiene miles de preguntas sobre la fiesta, o mejor dicho... el mismisimo vestido o vestuario que le regaló Lyn. ¿Qué le digo? ¿Siquiera tiene el resto que combina con su vestido? ¿Cómo sería su peinado? ¿Le gustará? Un remolino de preguntas la abrumaban, causando que un pequeño gruñido saliera de sus labios.

— Ay, ¿estás molesta? —juntando ambas manos y mirandola a los ojos.

Rápidamente, la otra se dio cuenta de su estúpida acción. Pegandose la frente para luego arrastrar su mano por su cara.

— ¡No! Digo... No, solo... —miraba sin saber que decir.

¿Tiene que ser honesta? Odia herir a las personas sin saber que realmente lo está haciendo. Era una costumbre que suele hacer con los demás, pero no con ella.

— Eve, estoy preocupada por la fiesta, o... por mi vestido, como sea —apoyando una mano en su cabeza.

No era su primera vez que iba a una fiesta, pero la última que fue no la pasó muy bien. Tomó bebidas y todo lo bueno, pero digamos que unos deambulantes imbéciles intentaron drogar a Uzi forzandola a tomar una bebida alcoholica y eso le dejó un mal recuerdo. Lo único que oyó de los mismos antes de ser arrestados fue un «es divertido» con el tono de un borracho desquiciado.

𝘊𝘰𝘮𝘪𝘤 𝘴𝘵𝘰𝘳𝘦 [HIATUS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora