Ella estaba tan cansada por volver a casa sin siquiera una sonrisa. Es decir, la pasó tan bien con N pero la casualidad de que casi resulte muerta no mejoraba el autoestima. Ya le dolían los pies por usar tacones, no era de usar muchos ni seguido, sin la costumbre.
Un pequeño suspiro se expiró de sus labios, los brazos estaban flojos por tirarse un poco hacia adelante, menos las manos que estaban hechas un puño. Los ojos de Uzi solo estaban centrados en el camino para que no resulte caerse con las roturas de la vereda, o que su tacón no se atore en ellas y le arruine más la noche.
¡Qué sorpresa! Sí pasó. Su tacón se atoró en los pisos dañados por los que caminaba, casi hizo que se cayera al suelo, eso hizo que se enoje más. Aplicaba fuerza y tirones para que se libere del agarre pero por una razón el piso es más resistente de lo que parece.
— Concreto basura... —agarrando su pierna, tiraba y tiraba... Uzi se terminó cayendo al suelo. El maldito tacón seguía atorado ahí—. ¿¡Qué!? Ay, no, no...
Se levantó lo más rápido posible, limpiando la suciedad que la calle había implantado en donde el vestido tocó el suelo, agarrando el tacón y sacandolo finalmente... sin la punta.
Su cara parece pasmada por lo que acababa de pasar. Por unos momentos comenzó a odiar el piso, no tuvo remedio que sacarse el otro calzado que tenía puesto ya que es incómodo para ella. Se llevó un par el cual uno no tenía punta para caminar.
— Gobierno de mierda —esa frase la hizo patear un basurero que tenía por donde iba caminando hacia su casa, se hirió ella misma—. ¡Joder!
Jadeaba un poco por ese mismo sufrimiento que tenía en el pie, obviamente le iba a doler patear algo sin calzado puesto. Entonces ese fue el momento donde ella misma se estaba complicando las cosas por su cuenta.
Unos minutos después llegó a su casa, sin ganas sacando sus llaves de su bolso y abriendo lentamente. La casa seguía con las luces encendidas al ser tarde, sabe que su padre se va a dormir demasiado temprano.
— ¡Princesa! —emocionado chilló su padre, yendo a recibirla con un abrazo hasta ver que no tenía calzado—. ... ¿Y tus tacones?
— Jeje... Hola, papá —nerviosa contestaba Uzi, entrando y cerrando la puerta tras ella. Pasados unos segundos le mostró lo que él buscaba con la mirada—. Aquí están... Se rompieron en el camino y no tuve opción de sacarmelos.
Con rapidez, alzando a la menor en un estilo nupcial, la llevó hasta el sofá que tenían a unos metros. No iba a permitir que los pies de su hija sigan siendo forzados a caminar.
— Yo me encargo, mi amor —acariciaba la cabeza de la de pelo morado, la que se dejaba tímidamente y dejaba el calzado a un costado. Su cabeza se reposó en una almohada que estaba tras ella al acostarse, suspirando del cansancio.
Mientras Khan iba a buscar un calzado de ella, unas pantuflas para ella que debía estar cansada de llegar tarde, ella le mandó un mensaje a Evelyn, disculpandose por haber roto accidentalmente los tacones caros que le salieron. Ya volvió a sentirse culpable de haber roto un regalo, y encima costoso.
El celular estaba en una mesita frente al sofá, queriendo despejarse de las tecnologías por ahora. Al darse vuelta, vio al padre bajando las escaleras con el calzado que ella suele usar mucho.
— Aquí tus preciadas pantuflas —llegaba para dejarlas en el suelo hasta que ella se levantara. Sentandose en un sofá aparte y más chico, miraba a la chica—. Y bien, ¿cómo te fue, Uzi? Cuentame qué pasó.
Tragó saliva en seco, no sabía qué responder pero no le fascinaba mentirle a su padre y dejarlo sin saber. Su cuerpo estaba mirando al techo, pensando en cómo contarle un momento increible y horroroso. De paso, se sentó para colocarse el calzado que dicha persona le trajo.
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𝘊𝘰𝘮𝘪𝘤 𝘴𝘵𝘰𝘳𝘦 [HIATUS]
RomanceN, siempre es él quien se cruza con Uzi. Él está enamorado, ella apenas sabía de su existencia. ¿Cómo iba a enamorarse de alguien que apenas vio pasar? El esfuerzo en hacer que alguien se fije en ti es imparable, o al menos para alguien que se choca...