Capítulo 10

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TW: ataque de pánico, descripción de ahogamiento, autolesiones, mención de intento de suicidio.


Pain is a language I can read

So I'd rather remain illiterate tonight so I can sleep

I know it'll come out eventually

Can you show signs of weakness asymptomatically?


Trabajar en el Him's Palace era bastante interesante. En Corea, su trabajo era literalmente bailar, cantar y, en general, verse bien frente a las cámaras; no diría que era fácil, de serlo no estaría en Manchester, pero no tampoco era algo a lo que llamaría un trabajo normal. Sin embargo, a su puesto en Him's Palace sí podría llamarlo así, por muy caótico que fuera.

El señor Kim le había dado varias asignaciones: hacer el inventario, atender las mesas, cada diez minutos ayudar a lavar los vasos para el bar y avisar si veía a algún cliente que podría ser considerado problemático. Durante el día el lugar era tranquilo, al contrario que en las noches, que era un desastre (en el buen sentido) y nunca regresaba a casa antes de las cuatro de la mañana, tal vez un poco más tarde si debían verificar los estantes cuando se trataba de una noche bastante agitada. Era una locura, una a la que apenas se estaba acostumbrando, pero le agradaba. Nuevas experiencias. Experiencias distintas. Lejos del escenario y los reflectores. Podría acostumbrarse.

—¿Ahí está bien?

—Bájalo un poco en la derecha, se ve desnivelado.

HimChan asintió y acomodó el letrero de luces LED hasta que estuvo nivelado sobre la puerta a la entrada del bar. Huijun levantó ambos pulgares y HimChan sonrió, bajando de la escalera para acercarse hasta su lado.

—Se ve bien —dijo Huijun, mirándolo—. ¿De dónde lo sacaste?

—Una clienta lo trajo el otro día, dijo que el lugar pasa desapercibido en las noches.

—Vaya, qué clientes tienes. Hasta te regalan cosas.

—Es un intercambio: ella nos da el cartel y le ofrecí un mes de rondas gratis.

Huijun sonrió, algo que había estado haciendo bastante los últimos días cuando pasaba más tiempo con HimChan.

—Me parece justo.

—Más te vale, serás tú quien atienda su mesa.

—... De acuerdo, lo acepto.

Con una risa y después de despeinarle el cabello, ambos regresaron al interior del bar. Pronto anochecería y comenzaría el caos de clientela de los viernes por la noche. Cerca del final de las escaleras, Huijun tropezó y se apoyó en la pared para no caer. La vista se le nubló por un momento, cuando volvió en sí, vio los zapatos azules de HimChan en el escalón frente a él.

—¿Estás bien? —le preguntó, irónicamente, una de las pocas frases que sabía en coreano.

—Sí, sí, todo bien —dijo.

Aun así, HimChan mantuvo una mano en su hombro hasta que estuvo sano y salvo dentro del establecimiento. Huijun fue directo a detrás del bar, donde estaba su mochila, y sacó la medicina que se había estado tomando los últimos tres días.

Los dolores de cabeza comenzaron tan pronto dejó de tomar su medicamento. El médico anterior, cuando le insistió acerca de ir a ver a su nueva doctora tan pronto como llegara a Manchester, le había advertido de los efectos secundarios que tendría si suspendía de golpe el tratamiento: mareos, náuseas, cansancio, insomnio (en su caso, más pesadillas de lo usual) y varias otras cosas que realmente no podía recordar ahora. Pero Huijun era terco, demasiado terco, y culpaba al proceso de adaptación a su nuevo trabajo y nuevos horarios de su dolor de cabeza.

Gasoline [MCND]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora