Sono Ghoul

Capítulo 24: Pieza importante desaparecida

- ¡Luka contrólate! ¡Qué ha pasado con ella! - me exclama Leandro, mi cuerpo se estremece al recordar la voz de Alaska pidiendo mi ayuda

- Llévame con ella...Leandro... Ella...- comienzo a tartamudear y a decir cosas sin sentido, Leandro me toma de los hombros y comienza a zarandearme

- ¡Qué! ¡Qué con ella! - me exclama Leandro, me comienza a doler la cabeza y siento cómo mi cuerpo tiembla, debo controlarme, debo retomar la cordura, cierro los ojos y tomo una bocanada de aire- sí, así cálmate- me habla Leandro, siento que me estoy calmando lo suficiente como para contarle lo que he visto

- Ella... Estaba dormido y en mi cabeza comencé a oír voces, una era de ese maldito hijo de perra de Luce y la otra...era de Alaska...Leandro debo ir a su casa, quiero imaginar que lo que escuché sólo era un jodido sueño... Leandro por favor... - le suplico para ir a casa de Alaska, no me importa la hora, no me importa que su padre o su madre no me dejen pasar, igual entraré, no me importa nada

- Vamos- finaliza Leandro, como puedo voy hacia mi habitación tambaleándome y casi cayéndome viendo que todo da vueltas y sintiendo vértigo, tomo una chaqueta manga larga y me pongo una botas como puedo, suerte que no tiene ningún tipo de cordón

- Andando- me avisa Leandro desde el umbral de la puerta

- Leandro, todo da vueltas- rápidamente en un abrir y cerrar de ojos Leandro está frente a mí, toma mi rostro entre sus manos y veo sus ojos brillar en su color morado uva, comienzo a sentir más estabilidad y control

- Salgamos- asiento con la cabeza y ambos ya salimos de la casa a una alta velocidad, aun me impresiona que yo pueda correr a esta velocidad, puedo igualar el paso de Leandro, la velocidad de Ghoul es inigualable, eso quiere decir que...

En un par de minutos ya nos encontramos en la casa de Alaska, esto es malo, puedo oler sangre

- Tu llama, yo voy a ver de dónde viene la sangre- asiento y comienzo a tocar el timbre como loco y a tocar la puerta desenfrenadamente, en la espera de que alguien se despierte y me abra la maldita puerta, miro hacia mi alrededor, nunca he estado aquí, y nunca me imaginé que la primera vez que le hable a la madre de mi Alaska sea para esto, en mi mente comienzo a ver imágenes distorsionadas y difusas de dos figuras pasando por entre los árboles, una más alta que la otra, esto es malo, las figuras trepan los árboles que están junto a una ventana completamente abierta ubicada en el segundo piso de la casa de Alaska, me estremezco al ver la ventana completamente abierta, en lo alto del árbol se pueden ver ramas rotas y hojas de más en el suelo

-¡Por favor! ¡Alguien! ¡Se los suplico!- comienzo a tocar desenfrenadamente hasta que comienzo a escuchar unos pasos acelerados que bajan por una escalera

- ¿¡Qué ha pasado!?- Una mujer de cabellos dorado claro, con ojos color azul cielo y rasgos muy similares a los de Alaska, por fin abre la puerta, se le ve exaltada y asustada, pero yo lo estoy mucho más, Alaska me ha hablado de sus padres, pero muy poco, creo que ella es Elizabeth Marshall

- Señora, mis más sinceras disculpas por molestarla a estas horas de la noche, yo soy Luka Amiani el novio de su hija- me presento con rapidez y respeto hacia la señora quien aun me mira sorprendida con sus ojos azul cielo idénticos a los de Alaska

- Alaska me ha hablado de ti, cuando puedas quiero que vengas a cenar con nosotros, le he dicho varias veces a Alaska pero le da vergüenza- ¿cómo esta mujer puede hablarme de eso en un momento como este? Por dios

- Señora, necesito verla ahora, por favor- le suplico a la señora quien me mira mal de pies a cabeza- le juro que no estoy drogado ni he bebido, y tampoco voy a violarla, señora solo déjeme verla, es muy importante, es una emergencia, se lo suplico- quedamos en silencio por unos segundos, la señora lo está pensando mil veces, ¡No tengo toda la maldita noche! Luego de unos eternos segundos, la señora me deja entrar y cierra la puerta principal