Capítulo 9

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Mis niños ya se estaban quedándose dormidos profundamente cuando tocaron la puerta.

-Adelante- La condesa Eliza entró -Dígame ¿Qué sucede?-

-Disculpe que interrumpa el momento con sus hijos, pero. Sus maestros están preguntando por ellos. Especialmente la maestra de Emily, ya es hora de sus clases-

-Entiendo- Sonreí y empecé a levantarlos -Muy bien mis pequeños. Ha levantarse- Senté a Sofía y la sacudí despacio, cuando abrió sus lindos ojitos la bajé de mi regazo y desperté a mis otros dos hijos.

-Yo quería seguir durmiendo- Bostezó y se frotó sus ojos mi hija menor.

-Yo también- Dereck repitió la acción de su hermana.

-Más tarde podrán dormir- Mi niña mayor se levantó del sofá -Ahora tenemos que tomar clases- Los agarró de la mano a ambos -No te preocupes madre, yo los llevaré.

Les dí un último beso a los tres y se fueron de mi oficina.

-Se vé que logró calmar a la pequeña princesa- La condesa de acercó a mí -¿Pasó algo grave?- Me preguntó.

-Por el momento no quiero hablar de eso- Volví a mi escritorio y seguí con mi trabajo.

Ella simplemente me mostró una sonrisa sincera -Lo entiendo, su majestad. Igual quiero que sepa que. Siempre tendrá a una amiga en quién confiar en mí- Estaba por retirarse de la oficina y antes de que lo haga le respondí.

-Muchas gracias- Le devolví la sonrisa y después de que saliera volví a mi trabajo.

...

Dejé a mis hermanos con su maestro y me dirigí con mi maestra Susan. Es una buena maestra, me ha educado desde que llegué al palacio a los 7 años, debo admitir que es un algo estricta, pero eso no me importa, después de todo nunca le he dado problemas y siempre me comporté como una excelente princesa.

En esta ocasión tocarían mis clases de etiqueta. Lo cual me estresaba un poco, pero sabía que tenía que aprender bien estas cosas para ser una gran emperatriz como mi madre.

Toqué la puerta e inmediatamente recibí la autorización para entrar -Disculpe mi demora maestra. Estaba con mi madre y mis hermanos- Cerré la puerta y me acerqué a ella.

-Perdonaré esto, solo porque estaba con la emperatriz. Pero debe recordar que la puntualidad es esencial- Asentí por eso.

-Muy bien. Empecemos- Agarró unos libros del escritorio y los puso sobre mi cabeza. Pero ahora era más pesado que antes...

-Maestra- Trataba de caminar con esos libros en la cabeza pero me resultaba muy difícil.

-Mantente recta- Me indicó y rápidamente lo hice -Ahora si, dime-

-Creo que se equivocó y puso más libros- Caminé con dificultad.

-Por supuesto que sí. Ya está empezando a crecer y debe aprender a siempre estar recta y firme ante cualquier situación-

-Pero esto es muy pesado- Dije mientras continuaba caminando.

-Solo es hasta que lo domines-

Estuve varios y largos minutos con estos libros en mi cabeza. Que, si no me equivoco. Son cuatro pero de los grandes. Antes eran solo dos, aunque esos no eran tan grandes como estos.

SANGRE DE MI SANGRE | La Emperatriz DivorciadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora