IV

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Ya llevaba casi un mes y medio en la comisaría, y después de la última conversación que tuve con el súper intendente no volvimos a hablar a solas, como mucho alguna riña por sucesos mal hechos por algunos atracos.

No sabía cómo sacar alguna excusa para hablar con el, sentía que tenía ganas de decirme algo más pero no sé atrevía a acercarse a mi.

-Hey, ¿Estás ahí? Parece que estás en las nubes, eso es que estás enamorada, yo lo sé.

Las palabras de Gordon resonaban en mi cabeza, puesto que me había quedado pensando mientras recargaba mi pistola para empezar a patrullar.

-Sí, enamorada de mi cama, eso sí es amor verdadero, no como las parejas. -Solté una gran carcajada, al igual que Gordon, generándome alguna duda sobre su vida personal.

-Mm, ¿Puedo hacerte una pregunta, James?

Asintió ante ello.

-¿Has tenido pareja alguna vez? O las espantas por tu super seriedad.

Ambos reímos al momento, negando él con la cabeza.

-He tenido alguna que otra, pero no han ido de lo mejor, así que yo ya eso del amor lo estoy descartando, no creo mucho, a menos de que llegue la indicada.

Tenía razón, después de estar con varias parejas y tener fraudes en relaciones, dejas de creer en el amor hasta que la persona especial aparece y te hace cambiar de opinión.

-Se te ve que eres todo un romántico, seguro tienes a todas loquitas, eeehh.

Justo en esos momentos apareció el súper intendente, haciendo que mi semblante se volviera serio, eso lo notó Gordon, que cada que veía a Conway, mi cuerpo se tensaba y me volvía más seria.

-Qué coño hacéis ahí parados y cuchicheando, poneros a trabajar u os echo a la puta calle.

No tardamos mucho en salir de allí, quedando frente comisaría, tomando un pequeño descanso para fumar.

-"____", ¿Te pasa algo con el jefe? -Gordon hizo que tuviera un escalofrío, aquel nombre no paraba de sonar en mi cabeza, me estaba volviendo loca.

-No, simplemente sus gritos a veces me irritan, y después de la conversación que tuve con él creo que me tiene hecha la cruz.

Gordon se había vuelto mi mejor amigo en comisaría, sabía cada cosa que me pasaba, y yo las cosas de él, se podía decir que nos teníamos mucha confianza.

-Ya sabes cómo es el viejo, igualmente ha sufrido mucho y lo paga con los demás, es por eso que trato de no alterarlo, para que no se le haga más jodido el día, además con la malla que tiene, yo también estaría igual de estresado o peor, son todos unos vagos. -Suspiró al terminar de hablar.

-La verdad es que ya van más de 10 agentes despedidos en menos de un mes, no conocía a ninguno, y tampoco pusieron mucho de su parte para que eso cambiara.

Un mensaje me había llegado, revisé mi teléfono con curiosidad.

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Jack Conway

¿Vas a ponerte a trabajar o tienes pensado quedarte ahí toda la tarde?

¿Me anda vigilando, señor Súper Intendente?

Yo siempre te estoy vigilando.

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Aquel último mensaje hizo que soltara un bufido, enseñándole la conversación a Gordon, aún sabiendo que Conway estaría atento a la situación.

Nos pusimos en marcha hacia un badulaque, que con éxito lo atrapamos, para luego hacer una parada en una cafetería, donde nos encontramos con Isidoro y Gustabo, como no, siempre juntos.

-Esa hermanita, que trabaja más que el suelo de la cola del paro.

Mi hermano como siempre todo un chistoso.

-Oye tetes, mañana fiesta en mi mansión, estáis todos invitados, y obviamente la entrada para vosotros es gratis. La temática es ir disfrazados con máscaras, para que sea más misterioso con quién te besas. -Subió y bajó las cejas Isidoro, dando a entender que pasaría algo entre nosotros, cuando no será así.

-Pero entonces si la fiesta es de máscaras, como vas a saber que somos nosotros a la hora de dejarnos entrar. -Gordon se replanteó aquello como si fuera lo más interesante.

-Qué idiota eres, con el DNI es más que servible para que nos reconozca.

No me faltaba razón, puesto que así es como identificas a una persona de lo más fácil y rápido posible.

La verdad estaba emocionada por la fiesta, era mi oportunidad de poder conocer más gente a parte de los de comisaría, poder interactuar con personas que serían lo opuesto a mi trabajo, y quizás surgiendo algún que otro beso con un desconocido.

Volvimos a nuestra querida rutina de patrullaje tras estar casi una hora hablando entre nosotros cuatro, organizando el como iríamos vestidos, bebida, comida, etc...

Recibí por radio un comunicado por el comisario Freddy Trucazo, quería verme en comisaría en menos de cinco minutos, nunca me espero nada bueno de un superior.

Llegamos a comisaría y dejé a Gordon en el patrulla, le pedí que me diera un poco de tiempo para ver qué querían, así que el aceptó como buen amigo que es.
Corrí por las escaleras del lugar, saludando por el camino algunos agentes que conocía, y unos delincuentes que estaban siendo procesados.
Me topé con el comisario en la sala de proyecciones, portando unas gafas totalmente oscuras, unos guantes con anillos por fuera, y un característico animal, un perro.

-Bien neno, no voy a alargar esto mucho, no quiero quitarte de tus labores. Si te he citado aquí es para algo bueno, no te vayas a asustar, ¿oíste? -Tomó una pequeña pausa- Como bien ya sabes llevas casi más de un mes aquí trabajando, y eres la que más se esfuerza, junto otros compañeros, así que dejarás de ser cadete para pasar a Oficial II, por petición del superior, sin tener que ser Oficial I, eso implica, el ayudar a cadetes nuevos, organización de radio, y asistir a reuniones con superiores, ¿está claro?

Mis ojos brillaban en ese momento, al fin mi trabajo era reconocido, lo que más me impactaba es que Conway había subido mi rango, no a Oficial I, si no a Oficial II, quedándome poco para sargento, como lo era mi padre.

Asentí y agradecí por aquel ascenso, prometiéndole que me esforzaría cada vez más en todo lo que hacía, y que ayudaría a cualquiera que tuviera dudas o no supiera que hacer en diversas ocasiones. Obviamente cuando salí de allí se lo conté directamente a Gordon, y por mensaje a mi hermano que actualmente se había ido a dormir.

No tardé mucho en salirme también de servicio, andaba cansada después de todo lo que había pasado hoy, deseando llegar a casa para poder ducharme.

Unas horas más tarde, hice todo lo que tenía que hacer en casa, pudiendo acostarme en la cama dejando salir un suspiro de relajación y alivio al no escuchar tanto alboroto.

Solo tenía la mente en la fiesta de mañana de Isidoro, y en qué me iba a poner, obviamente quería relucir al ser una de las primeras fiestas a las que asisto en esta ciudad.

Tenía esperanza de que algo bueno iba a pasar mañana, quedándome así dormida hasta el siguiente día, que sería lleno de sorpresas.

BEHIND YOU | JACK CONWAYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora