XIV

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Horas después de una larga siesta, la voz del megafonillo hizo que me despertara, viendo como Conway tenía su mano entrelazada con la mía, viéndose a simple vista. Sonreí por ello, pero retiré rápido la mano de donde estaba, no quería que se metiera en líos por culpa mía.

—Al fin llegamos, ya se me estaban durmiendo las piernas. —Castro bostezó, desviando la mirada hacia la mía.

—Tienes razón, un poco más y me convierto en el asiento del avión.

Ambas reímos, comenzando a salir todos poco a poco de aquel sitio, yendo donde estaban nuestras maletas para así agarrarlas y empezar nuestra aventura.

La verdad es que no tenía mucha amistad con Castro, pero se que es muy buena chica, la última vez que hablamos fue de chicos, porque sí, ella sabía lo mío con Conway, creo que es la única chica con la que puedo confiar plenamente, ella a veces me contaba cosas con Holiday, hacían muy buena pareja, y los admiraba por ello.

La casa que se veía al fondo mientras íbamos todos cada uno en un taxi diferente, era demasiado grande, y las vistas a la playa serían de lo más espectacular.

Viviríamos todos en la misma, así que, podría ser o un caos, o una fantasía

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Viviríamos todos en la misma, así que, podría ser o un caos, o una fantasía.

—Allí podré hacerte mía más veces de las que tengo imaginado.

El susurro de Conway hizo que mi piel se erizara, dándole un pequeño golpe en el brazo para que se callara, dejando ver como mis mejillas se tornaban a un color rojizo.

Llegamos al lugar, bajando todos del coche en el que veníamos, y reuniéndonos en piña para ver qué no faltaba nadie.

—Esto se va a poner interesante.

Gordon frotó sus manos mientras sonreía, pasando un brazo por el hombro de Isidoro para atraerlo hacia el, sonriendo como un niño pequeño al estar emocionado.

—El reparto de habitaciones va a ser un lío, deberíamos hacer parejas o tríos y que cada uno se asigne a quien quiera.

Propuse mientras miraba a Conway de reojo.

Tras un rato de discutir con quién iríamos, lo teníamos claro.

—Bueno, hago recuento. Noah con Castro, es obvio. Gustabo con Isidoro, el dúo dinámico. Filadelfo con Chloe, para renovar un poco. Freddy, Gordon, y Conway, juntos. Y yo me quedo con mi preciosa Kylie.

Todos estábamos de acuerdo, menos Conway y yo que queríamos haber estado juntos pero sería demasiado obvio.

Entramos al interior de la casa, viendo las vistas que nos proporcionaba el lugar, comenzando a echar fotos como locos e investigar cada una de las habitaciones que había, quedándonos Kylie y yo con una que tenía cama de matrimonio.

—La verdad es que no me esperaba que fuera tan espaciosa, seguro de aquí sale más de un circulo del vicio.

Kylie soltó una carcajada tras su comentario, colocando su ropa y demás en un lado del armario, dejándome a mí el otro lado.

No tardó mucho en hacerse de noche, y empezar a escuchar a los grillos fuera de la casa playera. Nos reunimos todos en la cocina que también era comedor, pensando que podríamos cenar, ya que, no teníamos nada de comida ese día en la nevera, y nos tocaría pedir a domicilio.

Cada rato no podía evitar mirar a Conway de reojo, se veía tan bien con aquella ropa de estar cómodo, sin trajes ni corbata, mostrándose al natural. Pillé como el también revisaba de arriba abajo mi atuendo, guiñándome un ojo el cual provocaría un calor en mis mejillas al instante.

Quería besarlo, y con ansías, pero no podía hacerlo delante de todos, e irnos el y yo a otra habitación justo en ese momento, seria muy cantoso.

Terminamos por pedir pizza, lo más normal, dejando todas las cajas por la cocina americana, llenando cada una de las encimeras. No tardamos mucho en acabar todo, estábamos hambrientos, y además éramos muchos. Recogimos todo y lo dejamos limpio, yendo cada uno a su habitación al estar tan cansados de tanto viaje.

Estuve hablando un rato con Kylie mientras me cambiaba al pijama, terminando por acostarme en la cama y soltar un gritito de alegría por lo cómoda que esta era, y además que olía a limpia, me encantaba.

No pude evitar cerrar los ojos y comenzar a dormir, sin saber que haría mi compañera de habitación en lo que quedaba de noche.

Miré la hora de mi móvil al desvelarme sobre las cuatro de la mañana, estaba sedienta, y no quería seguir durmiendo con aquella sensación, así que, con mucho esfuerzo, me levanté de mi cama y me dirigí hacia la puerta.

Salí de mi habitación a por un vaso de agua, sintiendo como cada vez tenía más sed. Abrí la nevera lo más despacio posible, sin generar nada de ruido, pero al cerrarla, un pequeño grito ahogado salió de mi boca. Conway me había tapado la ya nombrada para no despertar a nadie, mostrándome una sonrisa amplia y pilla.

Dejé el agua encima de un cajón, comenzando a besar al contrario con desespero, enredando mis dedos en su nuca en un sin fin de emociones y sentimientos. El adverso me sujetó con facilidad de los muslos, apoyándome en la encimera para así acercarse a mi mucho mas rápido, siguiendo con aquel intenso beso que pasaría a algo más.

Su respiración fuerte cada vez era más notoria, sintiendo también como empezaba a estar erecto por mis caricias sobre su abdomen. No dudé ni un segundo en introducir mi mano dentro de su ropa interior, comenzando a masturbar su miembro poco a poco, generando pequeños gemidos en el, que acabarían cerca de mi oído.

—No tienes ni idea de lo mucho que te haría gritar aquí mismo ahora.

Tenía ganas de que lo hiciera, pero sabía el peligro, y no quería correrlo en ese momento.

Él, introdujo dos de sus dedos largos dentro de mi intimidad, no pudiendo evitar que se escaparan jadeos que el mayor taparía con su mano, incrementando cada vez más velocidad para ver mi reacción, que esta serían algo más de suspiros, mientras que entre cerraba mis ojos por sus acciones.

Acabamos exhaustos tras unos largos minutos de placer entre ambos, terminando con un beso apasionado, que haría que sonrieramos por lo ocurrido, despidiéndonos los dos para así cada uno poder ir a su habitación correspondiente.

Tenía ganas de gritar de la emoción cuando cerré la puerta del cuarto, pero me contuve al ver cómo Kylie dormía plácidamente, acostándome a su lado pero dándole la espalda, para así apretar la almohada con mis manos al recordar lo de minutos antes, queriendo que volviera a pasar dentro de poco.

...

BEHIND YOU | JACK CONWAYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora