"Rogandole a dios que tenga paciencia, que no se olvide de vos"
Después del incomodo momento del que me cantaban el feliz cumpleaños, estuvimos pateando la pelota con los chicos a unas cuadras de mi casa, era de noche y ya habia refrescado, yo no tenia campera y me estaba cagando de frio.
—Tene' frio? —me dijo danilo.
—Sii —dije yo.
—Agarra mi campera que esta ahi —Señalo un tronco donde la habia dejado.
—Y vos?
—Yo que.
—No tenes frio?
—Na, yo no, si no la tendría puesta.
—Bueno, graciass.
Me puse su campera roja, tenia su olor, me encanta usar su campera por eso. Puse mis manos en los bolsillos y senti como que tenia algo, de chusma nomás lo saque y vi dos fasos.
—Dani —Lo llame tranquilizada mientras me sentaba en el tronco.
—Que paso —dijo viniendo conmigo y yo le mostre los fasos.
—Bri, yo...
—Vos que?
—No fume mas.
—Y entonces para que los tenes. —el agacho la cabeza.
—Cuando me bajoneo... le doy una o dos pitadas.
Negue con la cabeza, los tire al piso y recoste mi cabeza en mis piernas mirando para el lado contrario.
—No me ignores. —me dijo agachandose poniendose a mi altura y levantandome el menton.
—No me dejas confiar —dije con la voz entrecortada. —porque confio en vos, y vuelvo a caer en tu mentira. ¿quien mato tu inocencia danilo?
—Te juro por el amor que te tengo que no lo voy a hacer mas.
—¿Me amas? Porque no se nota.
—Si, te amo y mucho, por eso estoy esforzandome en ser mejor y dejar esto.
—Pero no te esta sirviendo de nada.
El suspiro y puso su mano en mi pierna y yo vi la pulserita que compartimos.
—De igual manera, ya me habias jurado que no te ibas a meter nunca en esto y miranos. —le dije mirandolo a los ojos.
—Ya se.
—Y si sabes porque lo seguis haciendo danilo, me estas lastimando posta boludo.
—No quiero hacerlo.
—Lo estas haciendo.
—Mira, yo, te prometo, esta vez en serio, que no lo voy a hacer mas, cuando me agarre bajón me tomo una Coca-Cola o voy para tu casa.
—Nose si creerte.
—Creeme, y no quiero que termines mal tu dia por mi culpa, yo te juro que mañana voy a ir al centro de rehabilitación y me voy a seguir rescatando ahi, les voy a contar que tuve una recaída.
—Esta bien... Pero no me decepciones, confio en vos.
—No te voy a decepcionar mas, encerio —Me abrazo y yo suspire.
—Che, todo bien? —dijo Carlos acercandose con cami al lado.
—Si, todo bien, vamos a seguir pateando. —Me levante y fui con ellos, Danilo venía atrás mío.
—No te da miedo estar aca? —le dijo leila a camila acercandose con la primita al lado.
—No ¿vos quien sos? —dijo camila.
—A esta la cague a palo' y sigue rompiendo los huevos. ¿Que pasa, queres que en vez de dos piñas te desfigure la cara? —Dije acercandome a ella enfrenandola.
—No te tengo miedo castañita.
—Ninguna de las dos te tenemos miedo —dijo la rubia chetita.
—Tu nombre es?
—Sara. —me dijo y yo la ignore.
—Bueno, ahora nos van a dejar de romper los huevos y se van por donde vinieron.
—Andate vo' —me dijo Leila.
—Tomatela dale putita —le dije tirandole una piedrita que tenia en la mano.
—Puta para el lindo de tu wacho nomas —me dijo, y ahi recurrí a la violencia, pasan que cosas.
Le di un empujón y cuando se cayó piso me puse arriba de ella y le di un par de piñas hasta que senti que unos brazos me levantaban de ahi.
—Dejala bri —me dijo danilo haciendome que me pare.
Odio pelear por wachos, capaz si venia una cualquiera y me decía asi, la mandaba a cagar o otra cosa pero a esta gila ya la tengo montada y cada oportunidad que ella misma me de, yo la voy a aprovechar.
—Vamos —les dije a los chicos y ellos me siguieron.
Se iban a quedar los tres a dormir en mi casa, cuando llegamos nos fuimos para mi pieza y nos encerramos ahi.
—Uy —dije mirando el colchon donde iba a dormir carlos.
—Que paso? —dijo el.
—Hay un solo colchón. De ultima, yo duermo con camila y vos y danilo duermen en el piso.
—O si no, Camila duerme con Carlos. —Dijo danilo.
—Buena idea, pero ustedes quieren? —Los mire y ellos se miraron.
—Eh, bueno —dijeron avergonzados.
Cuando nos acostamos, yo no deje que danilo me abrace pero me di vuelta quedando cara a cara con el y lo vi que justo abrió los ojos.
—Seguis enojada? —Me susurro.
—No me enoje —dije yo.
—Nose.
—Enserio, no me enoje. — Le di un corto beso en los labios, no me aguantaba.
El "corto" beso se empezo a poner intenso y el pego mi cuerpo contra el suyo.
—Estan los chicos —Susurre.
—Estan durmiendo, si no hacemos mucho ruido nadie se entera.
Yo me reí y nose ni como pero le segui su jueguito.
