EL PERRO

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Los tres caminaron, tú ibas siguiéndolos por detrás, con un paso decaído y los pies flojos, como si no te obedecieran, y eso te apenaba, porque sentiste lo hartos que estaban de tu mal estado físico, pero por suerte no te dijeron nada, eso te hubiera dejado peor de lo que ya estabas.

Te llevaron a un departamento, estaba en un cuarto piso, lo suficientemente alto como para que alguien muera si cae de ahí, cuatro pisos no son una muerte segura pero sí posible, decidiste recordar eso, nunca está de más saberlo.

— "Duermes en el sillón, mañana hablamos" — te dijo el chico, mientras los dos se apresuraban en irse juntos por el pasillo y dejarte solo en la sala. Te sentías demasiado mal como para intentar seguirlos o siquiera revisar un poco tus alrededores, lo mejor ahora era dormir.

Tu anhelado encuentro con tus medios hermanos fue deplorablemente más desagradable de lo que esperabas.

— "¡Despierta, vago!" — Como si el dolor de resaca no fuera suficiente, ahora una chica gritona y una luz directamente en tu cara te arruinaban tu intento de descansar.

— "Ah, cómo jodes" — Dijiste casi como un reflejo cuando abriste tus ojos y viste esos ojos rosados fruncidos. Te arrepentiste inmediatamente, ya no estabas en casa, por suerte. — "Perdón, me confundí" — Dijiste mientras te sentabas en el sofá y mirabas a ambos, con la cara más inocente que pudiste hacer.

— "Pareces que ya estás más sobrio" — Te dijo Andrew con su tono sarcástico que parecía ser casi predeterminado en él, ahora sí, te habías memorizado bien los nombres.

— "Quiero creer que sí" — Dijiste con un bostezo y sosteniendo tu cabeza con tu mano, puesto que la sentías más pesada de lo que debería.

— "Bien, empecemos con esto" — Ella te apuntó con una linterna a la cara de nuevo, solo que lamentablemente esta vez tenías los ojos abiertos. — "¿A qué te referías con nuestro padre repartiendo semillas?" — Preguntó. ¿La linterna era para el dramatismo?

— "Bueno, que nuestro padre anduvo cogiendo con señoras por ahí o bueno, por lo menos con mi madre, pero ¿realmente tengo que yo explicarles eso?" — Con solo ver sus caras supiste que no era exactamente eso lo que te habían preguntado.

— "No, no eso, y no digas nuestro padre, es incómodo" — El de ojos verdes se quejó.

— "Estamos preguntando ¿quién es tu madre? ¿Una amiga de papá? ¿Una compañera de la oficina? ¿La vecina?" — Te preguntó Ashley acercando cada vez más la linterna a tus ojos. Te hervía la cabeza.

— "Una puta barata" — Contestaste y ellos rieron, incluso hasta diciéndote que no hablaras así de tu madre entre carcajadas, pero cuando se dieron cuenta de que tu cara permanecía seria, se callaron.

— "¿Hablas en serio?" — Preguntó la chica, se sentía como si se estuviera burlando todavía.

— "¿Acaso tengo que mentirles?" — Contestaste más cortante. Tenías que admitirlo, te habías molestado y a ellos pareció no gustarles tu tono de voz.

— "¿Tienes alguna prueba de que somos hermanos?" — Te preguntó el chico.

— "¿Alguna tangible? No ¿Sabes lo caras que son las pruebas de ADN? ¡Mírame! Estoy literalmente desnudo" — Su expresión era incómoda, quizás mencionar que estabas desnudo no era tan necesario.

— "¿Entonces por qué deberíamos creerte?" — Dijo ella.

Te quedaste sin palabras, tenía razón. ¿Cómo podrían creerte? En este momento no estabas en posición de contar la verdad, lucías como el loquito de la esquina.

— "Pues pregúntenle al portador del semen"— La brillante respuesta salió de tus labios.

—"Uy, eso no creo que se vaya a poder" — Ashley te dijo con una sonrisa, burlesca otra vez. Esa mujer te tenía con la sangre hirviendo y la mirada del chico era lo peor.

— "Pero oye ¿Qué tan bueno eres contando chistes?" — Te preguntó la chica. Te gustaría poder decir que eras bueno.

— "Bastante malo, a decir verdad" — No podías mentir en nada si querías que te dejaran quedarte ahí.

— "Es una lástima... aunque te ves ridículo borracho, eso servirá" — ¿Entonces verte mal era gracioso para ella?

— "Debería quedarse ¿No lo crees?" — Le preguntó a su hermano.

— "¿¡Qué!? ¿¡Mujer estás loca!?" — Contestó Andrew indignado. —

"Andy, yo creo que debería quedarse" — El tono de voz le había cambiado, sonó más pesada que chillona, como es lo habitual.

Y así es como desde ese momento, en lugar de dormir en un callejón, dormías en el sillón de tus hermanos, los Graves.

"Tragos amargos" Andrew Graves (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora