# 03: Ella es la indicada

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El exterior se rodeaba de un humo negro ante las llamas hambrientas del fuego creadas debido al caos. Ocultándose en el interior de un establecimiento destruido, con vidrio sobre el suelo, realmente sin muchas más opciones sobre a donde debían de ir.

¿E incluso... irse era correcto, a donde irían sin ser atrapados? (t/n) con una respiración cansada se acuclilla en el suelo en busca de calmar sus pensamientos preocupados. Incluso sin querer acabo obteniendo la atención de un preocupado Aaron que se acuclillo frente a ella, sabía que volver a verla era... una maravilla, aunque deseaba que las cosas fuesen diferentes. Hubiese soñado que se encontrasen aquí de manera completamente casual sin temores, de haberse acercado a ella... a conversar como dos adolescentes normales harían.

Pero sus preocupaciones solo aumentaban ante la voz de Katie comentando como el resto de los humanos había sido capturado. Solo quedaban ellos. Como si fuesen invisibles... o con demasiada buena suerte para librarse de ellos.

—¿Somos... los últimos que quedan?

Su respiración no tarda en tornarse casi irregular cuando desvía su mirada al suelo. Abrazándose a sí misma. Los muros de la inseguridad vuelven a encerrarla. Su mente solo se inunda con incertidumbre sobre que hacer a continuación o como debe de actuar... si ella fuese una protagonista de sus series favoritas sabría que hacer. Sabría a donde ir... salvo que... ella no era nada de eso. Era normal. Indefensa ante esta clase de apocalipsis robótico, solo sabe que debe encontrar a su madre.

Rescatarla de sus errores.

Y no descansara hasta conseguirlo.

—Sé que... estas preocupada por tu mamá — la voz de Aaron sirve lo suficiente para atraerla de vuelta a la realidad. Elevando su mirada. Observándolo, con suerte para él ella no tiene ni un solo rastro de lágrimas... así que mientras tanto puede evitar esa triste imagen que ni un hombre enamorado desea ver —, nosotros vamos a estar de tu lado... me quedare a tu lado para ayudarte a buscarla. Es una promesa.

Ella no dice ni una sola frase más que sonreír. Pero él está seguro de oír un gracias desde lo más profundo de su corazón. Y se siente derretirse cuando esa sonrisa es únicamente para él. No es para nadie más. No para un idiota chico popular... ni un nerd. No, ella le está sonriendo directamente a él. Y puede sentir que se derrite aún más a medida que continúa mirándola sin aliento, ¿Cómo es posible que una persona lo haga sentir de esta manera sin siquiera ponerle un dedo encima, sin siquiera decir una sola palabra? Aaron está seguro de que sería feliz de morir con el recuerdo de esa dulce sonrisa, asegurándose que... hara todo lo posible para que siempre sonría.

Desconociendo que ante ella esas palabras de consuelo fueron suficiente. Le brindaron seguridad. Calma. Por primera vez en su vida... (t/n) sintió que las palabras eran lo suficiente para hacerla sentir bien en lugar de lo contrario.

—Todo va a estar... bien — Rick interrumpe el silencio dulce entre ambos, ganándose sus atenciones cuando se levantan del suelo. Un ambiente tenso que se consiguió desvanecer con esas cortas palabras.

Volviendo a la realidad en la cual se encuentran: Varados en un apocalipsis robótico.

—Porque tengo un plan. Okey, lo primero es que todos me entreguen sus aparatos, incluida tú chica que... no conocemos para nada, dénmelos.

Las manos de Rick se extendían hacia adelante aguardando a que todos en la habitación diesen sus celulares. Y un tanto incomoda ante la idea (t/n) rebusca entre las cosas de su bolsa haciendo un tiempo, no deseando deshacerse del aparato al cual siempre ha estado tan apegada desde que las cosas... se dificultaron en su vida. Pero con un suspiro desconecta los audífonos de esto, animándose con la idea de encontrar otro aparato con música para distraer sus pensamientos amargos de aceptar el silencio de la vida que muchas veces la hace sentirse... diminuta.

Real Gone! {Aaron Mitchell & Lectora} FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora