3 Ethan

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Cuando dejo a la nueva en su clase, me dirigí hacia mi clase de telecomunicaciones (Teleco), con el profesor Scott.

Cuando llego y veo que ya ha empezado la clase, sé que me va a tocar una charla del profesor sobre la impuntualidad.
   –Señor Jones –empieza... –No me puedo creer que haya llegado tarde.
   –El director Smith me ha obligado a llevar a una chica nueva a su clase –y ese fue mi intento de justificar.
Intento, porque no sirvió de nada
   –Bueno, espero que sepa la importancia de ser puntual.
   –Si si si, no hace falta que- –me cortó, empezando a dar su charla.
   –La importancia de la puntualidad, es que te ayuda en muchos sentidos... –y...ya estamos de nuevo... –Como por ejemplo, a ser más eficiente en tu trabajo, evita retrasos y pérdidas de tiempo....
Mientras el daba su charla matutina sobre la puntualidad, yo no paraba de pensar en aquella chica y sus gafas redondas, ¿Cómo se llamará?, he sido un capullo, no le he preguntado su nombre ni nada, solo le he contestado a su pregunta de cómo me llamo (aunque era más que obvio que ya lo sabía) y después me he largado de ahí.
Justo cuando empiezo a caminar directo hacia mi mesa, el profesor Scott me detiene y me regaña una última vez para luego dejarme sentar.

La hora en clase pasa muy rápido y lo único que he hecho es pensar en esa chica de gafas.
Cuando me doy cuenta suena el timbre que nos avisa que termina la clase y todos se levantan para salir de clase, yo soy el último en salir.
Una vez salgo me dirijo hacia la cafetería, pero cuando voy por el pasillo veo a la chica de gafas saliendo de clase y me quedo un rato mirándola un poco más de la cuenta, hasta que soy interrumpido por mi amigo James.
   –¿Cómo estás?... Ethan gracias por defenderme de Damián.
   –No es nada, para eso estamos –le respondo, mientras estoy pendiente de la nueva.
Después entramos en la cafetería y nos sentamos junto con nuestros amigos.
Cuando termino de sentarme siento una presencia detrás de mí, por lo que me giro para encontrarme con la chica de gafas, se estaba riendo con Nara, lo que me hizo sacar una media sonrisa, justo gira la cabeza y nos quedamos mirandonos un buen rato, sus ojos eran de un azul cielo pero ese tono en particular nunca en mi vida lo había visto en una persona, tenía la mejillas sonrojadas, lo que se me hizo muy tierno. Ahora que la detallaba fijamente, me fijé en lo guapa que me parecía esa chica.
De repente recibo un golpe en la tripa, lo que me hace salir de mis pensamientos.
Cuando miro a james me doy cuenta de que todos los que están en la mesa se están riendo, empiezo a mirar mal a todos los presentes para luego levantarme, salir de la cafetería y dirigirme hacia la cancha de baloncesto para ponerme a jugar,(me gusta jugar de vez en cuando), para evadirme de mis pensamientos .

                                                                                 Leah

Después de que terminara la clase, me dirigí con Nara hacia los pasillos, para ir hacia la cafetería y hablar mientras nos tomábamos un café a las 9 de la mañana.
   –¿Cómo te ha parecido la clase Leah? –me pregunta Nara.
   –He estado muy nerviosa, pero no ha estado mal –le respondo, sabiendo que la mayor parte del tiempo he estado pensando en aquel chico.
Luego Nara envuelve su mano con la mía, para seguir con nuestro camino hacia la cafetería.

Cuando llegamos, nos sentamos en una mesa que se encuentra en una esquina, para empezar a hablar y comer. Cuando muevo mi cabeza para ver a mi alrededor veo al chico misterioso entrando a la cafetería, todas las chicas se giran para verlo y veo como se sienta en una mesa que no está tan lejos de la mía,en ese momento quito la mirada y me empiezo a reir del comentario de Nara hacia la profesora Mayca y después, sin poder evitarlo me giro en dirección a Ethan, lo que no me esperaba, era que él ya me estaba mirando primero.
Nos quedamos mirándonos fijamente, sus ojos son de un tono gris tan bonito que no puedo dejar de mirarlos.
Soy interrumpida por Nara que empieza a mover su mano delante de mi mirada, para que reaccione.
   –Tierra llamado a Leah – me dice Nara sacándome de mis pensamientos y en ese momento me sonrojo.
   –¿Qué me estabas preguntando? –le pregunté.
   –¿A quién mirabas? –me preguntó, cuando justo siguió mi mirada hasta el chico misterioso.
   –¿Estabas mirando a Ethan? –adivinó, lo que me hizo sonrojarme un poco.
   –Ethan es el típico chico del que todas las chicas están enamoradas, pero no solo es guapo sino también es inteligente, tiene la nota media más alta de la universidad –me informó.
Para luego ver cómo él se levantaba de su silla para salir de la cafetería lo que se me hace un poco extraño.
Nara y yo le seguimos con la mirada un poco extrañadas por como se ha ido repentinamente de la cafetería.
   –Vamos a ver a dónde va– me dice Nara.
Y antes de poder elegir si quedarme o no, ella empieza a coger todas sus cosas de la mesa, yo hago lo mismo, para luego dirigirnos hacia la salida de la cafetería.
Vemos cómo sale de la universidad para luego dirigirse hacia la cancha de baloncesto y empezar a jugar.
Yo y Nara nos quedamos mirando desde lejos, cuando estamos a pocos pasos de estar cerca, Nara grita y le da un abrazo a ¿Ethan?
Ethan empieza a maldecir porque Nara le ha asustado y yo sigo mirándole un poco embobada hasta que Nara me saca de mis pensamientos.
   –Leah te presento a Ethan –en ese momento Ethan se gira para mírame, lo que me hace sonrojar un poco.
Que fácil te sonrojas cuando se trata de Ethan eh...

Saliendo de mis pensamientos decido presentarme.
   –Hola Ethan, soy le-Leah –le digo con la voz temblorosa para luego quedarnos mirándonos un rato hasta que Nara empieza a hablar.
   –¿Ethan te has quedado sin palabras? –le dice, lo que me hace reír un poco.
   –Hola Leah, soy Ethan– su voz sale un poco ronca lo que me hace tensar un poco.
Después de presentarnos escuchamos como el timbre empieza a sonar, lo que nos indica que vamos tarde a la siguiente clase.
Cuando estábamos corriendo para entrar a la universidad el suelo estaba un poco mojado, lo que me hace tambalear y cuando estaba a punto de caerme, siento unas manos grandes enrollarse en mi cintura evitando que caiga al suelo. Cuando me giro para ver de quién se trataba me quedo asombrada porque me encuentro con una mirada de ojos grisáceos.



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