6 Ethan

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Una vez suena el timbre que indica que ya se ha acabado el primer día de universidad, en ese momento me acuerdo de que Leah me estará esperando fuera.
Justo cuando me voy a ir, el profesor Scott (siempre nos toca dos horas de la asignatura que nos dirige hacia nuestro futuro) nos llama desde dentro de la clase.
   –Señor Jones y señorita Harper –nos llamó el profesor Scott.
   –Lo sentimos, estábamos acompañando a una chica nueva a su clase, que no sabía ir –nos justificó Naya.
   –Avisar antes la próxima vez, ¿de acuerdo?
   –Si –le dije mientras me iba a recoger mis cosas.

Cuando salí de la universidad veo como Leah se despide de Nara y fui directo hacia ella.
   –Me has esperado... –le dije sorprendido.
   –S-si –me dijo nerviosa –¿Para qué querías que te esperara?
   –Por si querías dar una vuelta  –la sugerí algo nervioso por si me rechazaba.
   –Es que Nara me esperará a las dos para comer –me dijo.
Pero yo no me rindo tan fácilmente.
   –No hay problema, te dejaré ahí sana y salva a tu hora –le dije divertido.
   –No se, es que...
   –Venga, vamos porfi –le dije poniendo pucheros.
   –Está bien, pero a las dos en el Marisquería –me advirtió.
   –Si si si –la prometí
Una vez accedí a llevarla a las 14 al Marisquería, la cogí del brazo para llevarla hacia mi coche.
   –Sube –le dije mientras abría la puerta del copiloto.
   –Qué caballeroso –dijo sonriendo.
   –Siempre soy caballeroso, enana –le dije divertido.
   –No soy tan pequeña –se intentó defender.
   –Hasta que cumplas los dieciocho, serás una enana para mí –le dije con un intento de que pareciese cariñoso.
   –Serás el único que me llame así –me avisó.
   –Mejor... –dije sonriendo –"mi enana".
Tu enana
   –Mi enana –me repitió.
   –Sabes que te encanta –le dije para intentar que sus mejillas se pusieran de un tono rojizo.
Diez minutos más tarde, ella se da cuenta de que no sabe a dónde la llevo.
   –¿A dónde me llevas? –me preguntó con nerviosismo.
   –Es una sorpresa.
   –Dímelo, porfa, porfa, porfa –me suplicó, aunque fue en vano, porque no se lo pretendía decir hasta que ella misma se diera cuenta.
   –Si te lo digo, no será una sorpresa.

Cuando aparco enfrente del polideportivo y voy caminando para entrar, me doy cuenta de que no le he abierto la puerta, pero cuando quiero volver para atrás, ya estaba detrás mía.
   –¿Al polideportivo? –me preguntó confusa.
   –Si, voy a jugar al basket con Patrick, el novio de Naya –dije nervioso.
Era de las pocas veces que me ponía nervioso porque una chica me venía a ver jugar.
   –Qué guay –dijo ilusionada, mientras entrábamos por la puerta.

                                                                                 Leah

Cuando me doy cuenta de a donde me ha llevado, me sorprendo, pero me sorprendo aún más cuando veo que se va alejando del coche sin abrirme la puerta, al final no va resultar tan caballeroso.
   –¿Al polideportivo? –pregunté confusa.
   –Si, voy a jugar al basket con Patrick, el novio de Naya –me dijo algo nervioso.
   –Qué guay –dije mientras entrábamos por la puerta.
Una vez entramos, veo todas las gradas repletas de gente y a lo lejos veo a Naya haciéndonos señas para que vayamos.
   –Hola parejita –nos saludó mientras me sonrojaba.
   –Para parejita tú y Patrick –dijo Ethan en un tono seco.
   –Relaja y A GANAAAAR!!! –le gritó Naya, mientras este se iba al vestuario.
Una vez se va, mi atención se va hacia Naya.
   –No me habías dicho que tuvieras novio –la acusé.
   –No preguntaste –se defendió divertida.
   –Bueno y quién es ese tal...
   –PATRIIIIIIICK –me interrumpió llamando a su novio.
Cuando este está cerca, ella corre y se lanza a sus brazos.
   –Hola nena, ¿Qué tal? –le preguntó amablemente.
   –Bien, te presento a mi nueva amiga Leah –le informó.
   –La famosa Leah...
   –¿Famosa? –preguntamos Naya y yo a la vez.
   –Ah, sí, es que Ethan me ha hablado de ti –me dijo.
   –De...¿mí? –pregunté sorprendida.
Te gusta eso de que piensen en ti eh...
   –Sí, bueno me voy al vestuario –mientras este va desapareciendo yo me quedo pensando en lo que Ethan habrá dicho sobre mi...
   –Asique Ethan ha hablado de ti a Patrick, no te ilusiones lo hace con varias... –me advierte, entonces lo de llevarme a dar una vuelta en coche lo hace también con varias.
Eso no te mola eh...¿celosa?

Mientras sigo pensando, un poco triste, vemos como salen corriendo las animadoras del equipo, gritando OVIEDO a todo pulmón y bailando a la vez. Después vemos como salen los jugadores y viceversa con el equipo contrario.
Cuando vemos a Ethan y Patrick, Naya y yo empezamos a aplaudir y a silbar.
Me fijé en lo atractivo que estaba Ethan con esa camiseta de tirante ancho roja y blanca, llevaba el número 10 en la espalda, lo que él no sabía es que yo llevaba ese mismo número tatuado en la parte de atrás del brazo izquierdo, por mi abuelo y mi madre.
Justo cuando voy a decírselo a Naya, veo como la capitana del equipo de animadoras le da un abrazo y un beso en la mejilla a Ethan.
   –¿Quién es esa? –le solté de sopetón a Naya.
   –A, no te preocupes, es su hermana Sarah de medicina, por eso nunca la has visto, sois muy parecidas, pelo ondulado, aunque ella lo tiene más largo y ojos azules –me informó, mientras yo quería que me tragara la tierra.
   –Era solo curiosidad, y sí, se parece demasiado a mí –dije mientras me fijaba más en ¿Sarah?
  –Si, solo curiosidad...
Cuando ganaron el partido Ethan y sus compañeros, se fueron al vestuario a cambiarse y yo de la emoción fui tras él y me lancé para darle un abrazo.
   –Enhorabuenaa –le dije mientras le abrazaba.
   –Enana, estoy sudando...–me recordó.
   –Vale, me aparto –le dije con una sonrisa.
   –Luego te prometo que te abrazo hasta estrujarte –me dijo divertido.
   –Qué monos –me dijo Naya mientras nos dirigimos hacia la puerta.
En ese momento miré el móvil y tenía una llamada de mi abuela.
Oh no...no había avisado ni a mi abuela ni a mi madre de que hoy saldría por ahí.
   –Leah, cariño, ¿Dónde estás? –me saludó mi abuela cuando descolgué el teléfono.
   –Yaya lo siento por no avisar, es que mis nuevos amigos me han dicho de irnos a comer.
   –Aay, que guay, ya me contarás cuando llegues eh –me pidió –¿Algún chico guapo?
   –Ya te contaré yaya, tengo que colgar, avisa a mamá de que no voy a comer.
   –Vale cariño, yo me encargo –me aseguró.
   –Adiós yaya, te quiero –me despedí
   –Adiós mi vida.
   –¿Quién era? –me pregunta Naya.
   –Mi abuela, que no le había avisado que me iba a comer fuera.
   –¿Ethan te ha invitado a comer? –preguntó asombrada.
   –No no, tu hermana Nara, me dijo de comer –la informé.
   –Ah, pues la voy a llamar para ver si podemos quedar todos juntos.
   –Vale, ¿pero conozco a todos? –pregunté.
   –Creo que a James no, pero a los demás sí, así que no hay problema –me dijo.
   –Entonces vale.
En ese momento salen Ethan y Patrick.
   –Vamos enana, que son las dos menos veinte y llegamos justos –me dijo, como prometió.
   –Vamos todos a comer con ellas –le informó Naya.
   –¿Todos? –preguntó Ethan –No se yo si...
   –Venga vente –le dijo Naya.
   –Vamos tío, nos lo merecemos después del partidazo que hemos hecho –le intentó convencer Patrick.
   –Es que no sé, tengo que hacer una cosa para mañana de Teleco y...
   –Venga, yo también tengo que hacer un trabajo de periodismo, eso ya lo haremos después, vente porfa y así os conoceré a todos juntos.
   –Vale –Cedió Ethan –Subíos al coche –nos dijo mientras me abría la puerta del copiloto como antes.
Como acepta cuando se lo propones tú eh

Cuando te encontréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora