22 Reflejo

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La noticia resonaba en la mente de Elizabeth como un eco constante. Después de salir de la reunión, sintió la necesidad imperiosa de aislarse, de confrontar sola el peso abrumador de las decisiones que le eran impuestas. Jasper, preocupado por su hermana, intentó seguirla, pero Elizabeth detuvo sus pasos con un gesto firme.

—Eli, espera, ¿adónde vas?,—Jasper corrió tras ella.

—Jas, por favor no me sigas, necesito estar sola,— dijo Elizabeth.

—Pero, Eli…—tartamudeó Jasper.

—He dicho que quiero estar completamente sola,—gritó Elizabeth.

Decidiendo enfrentar la tormenta interior en soledad, se encerró en su habitación. La quietud del lugar contrastaba con la tormenta emocional que bullía en su interior.

Frente al espejo, Elizabeth esperaba encontrar a la chica de New York, a la luchadora que había emergido de las adversidades con determinación. Sin embargo, el reflejo le devolvió la imagen de una joven con cabello castaño oscuro, su color natural. Aquella apariencia revelaba las capas de su nueva identidad que, de alguna manera, habían quedado ocultas en el trasfondo de sus experiencias.

Fue en ese momento de confrontación con su propio reflejo que la frustración y la desesperación la embargaron. El espejo, testigo mudo de su angustia, se rompió bajo la fuerza de sus emociones desatadas.

La tentación de poner fin a todo se apoderó por un instante de su mente, pero en medio de la oscuridad, algo la detuvo de cercenarse ambas muñecas con aquel fragmento del espejo roto. Quizás fue la memoria de aquellos que ya no estaban, o la fuerza que la había llevado a superar cada desafío hasta ese momento.

Elizabeth, temblando y con lágrimas en los ojos, se enfrentó a la realidad de su nueva vida, marcada por decisiones que no había elegido. Mientras el vidrio roto reflejaba fragmentos de su propia imagen, la lucha interna de Elizabeth tomaba forma en un camino incierto que requeriría más coraje del que nunca había imaginado tener.
En la majestuosidad del Palacio de Valea Peleș, el Rey Vladimir, consciente de la importancia de la formación de Elizabeth como noble, buscó a la Reina Lisa para una conversación crucial.

—Lisa, Elizabeth necesita orientación para asumir su papel como Condesa Bathory. Su educación en la nobleza debe ser más completa,—dijo el Rey Vladimir seriamente.

—Estoy de acuerdo. Hablaré con ella y le proporcionaré la guía necesaria. Es vital que entienda las responsabilidades que lleva consigo su nuevo título,—asintió la Reina Lisa.

Vladimir, satisfecho con la respuesta de Lisa, centró su atención en los asuntos que influirían en el destino de Rumanía. Mientras tanto, la noticia del duque Edward y sus condiciones para el matrimonio estratégico con Elizabeth se cernía como una sombra sobre el futuro de la joven Condesa. Lisa se acercó a Elizabeth con la intención de ofrecerle sabios consejos sobre la vida noble. Elizabeth, ansiosa por entender quién era ahora, pues Elizabeth Castel había muerto en aquel avión meses atrás, ahora la Elizabeth que escuchaba con atención las palabras de la Reina, quien compartía su experiencia y conocimientos para ayudarla era Elizabeth Bathory, la cual sería una líder competente.

En Cordonia, la sombra del pasado seguía extendiéndose. Mientras Adrián intentaba lidiar con las responsabilidades reales, la noticia del asesinato del Rey padre Constantine sacudió los cimientos de la estabilidad.

—Su majestad... Tengo que informarle que el Rey padre Constantine ha sido asesinado en su viaje por el país,—dijo Bastien, fingiendo estar desbastado.

Adrián, sentado en su oficina, quedó petrificado por un instante. La negación se apoderó de él, como una sombra que oscurecía su corazón.

—No puede ser. ¿Cómo...Cómo puede ser posible?,—dijo con voz temblorosa Adrián.

Pasos de realezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora