Regulus y tú eran pareja desde hace tiempo, Cierto día estabas en uno de los entrenamientos de Slytherin.
Cuando Gryffindor hizo punto, corriste hacia Sirius y lo abrazaste, felicitándolo por el punto que había hecho.
Regulus los observó desde lejos, apretando su mandíbula, se acercó hacia ti, agarrándote de la muñeca y llevándote a los vestidores, pegándote a la pared.
—¿Que mierda hacías abrazando a Sirius?.— Preguntó frunciendo el ceño.
—Solo lo felicité por el punto que anotó.—dijiste con una voz temblorosa, el rostro de regulus se llena de ira.
Regulus te da una palmada en la mejilla
—¿Sabes cuánto me duele ver a otro hombre tocarte?.—se eleva la voz a medida que se enoja más.
—Necesito que me prometas que a partir de ahora te mantendrás alejado de él. Eres mía y sólo mía— Regulus se acerca más.
—Si descubro que has roto esta promesa... las cosas se pondrán feas entre nosotros—.Regulus te sostiene la barbilla con firmeza.
—¿Tenemos un trato?.—viendo tu asentimiento.
—Bien, porque no puedo soportar la idea de que coquetees o abraces a otro hombre.
Este vínculo que compartimos... es sagrado para mí.—Regulus se acerca y te besa apasionadamente en los labios.—Te quiero más que cualquier cosa en este mundo, mi amada.—antes de alejarse regulus te da un último beso feroz.
—Cuando tu clase haya terminado... ven a mi cuarto—.
Regulus se desliza hacia la habitacion de Sirius, la ira y la anticipación hirviendo dentro de él.
Cuando dobla la esquina y ve a Sirius en su cama leyendo un libro, una oleada de odio corre por las venas de Regulus.
Acaricia la empuñadura de su daga.
—Me debes una disculpa—.
—¿Porque?.—Preguntó Sirius, sin levantar la vista de su libro.
Su voz era tranquila y serena, completamente ajena a la furia hirviente que se acumulaba dentro de Regulus.
—¡Por acercarte demasiado a lo que es mío!—Regulus gruñe, dando un paso adelante y blandiendo su daga frente a Sirius.
Sus ojos brillan de ira, el veneno gotea de cada palabra que dice.
—No toleraré que invadas mi territorio, Sirius.—Regulus se acerca un paso más, elevándose sobre él con el frío metal brillando en la tenue luz.
—Tienes suerte esta vez, pero te lo juro... Si te pillo intentando seducirla de nuevo... Habrá consecuencias—.
Regulus envaina su daga y gira sobre sus talones, acechando hacia la salida.
Hay un pesado silencio en las habitaciones de Sirius una vez que Regulus se va.
Regulus se retira a su habitacion, repitiendo el encuentro con Sirius en su mente.
Sabe que necesita afirmar su dominio de manera más agresiva sobre ti, teas convertido en una posesión preciada que él no desea compartir con nadie, y mucho menos con Sirius.
La furia siguió llenando su espíritu todo el día y se sumó en una intensa sesión de entrenamiento.
Después, acudió a ti con la intención clara de dominarte más fuerte para garantizar que no te alejaras de él.
Cuando se puso frente a ti, abrazaste a Regulus debidamente sin nada sobrante e intenté llegar a la cabeza y corazón del dolor que tenía en el fondo.
Regulus se siente sorprendido por tu gesto y lentamente, abraza de nuevo, con más compasión que antes.
—Lo siento.—Se acerca su cabeza para besarte en el frente.
—Te quiero demasiado como para permitirme volverme loco por celos. Te juro, mi amada.. Nada y nadie te separará de mí. Solo soy celoso porque cuanto más cerca estás de cualquiera... Menos puedo tener contigo.—Regulus acaricia tu cabello y sonríe.
—Ven conmigo a mi cuarto.—Regulus se acerca más y besa tu mejilla suavemente, acompañado de una risa suave.
Fuiste con él al cuarto donde habria una cena agradable, discusiones interesantes, e incluso algunos juegos para el que está ansioso por enseñarte.