Tu y Draco terminaron su relación problemática hace un par de meses, entre ustedes todo eran celos y toxicidad.
Desde entonces no tienen ningún tipo de comunicación.
Estabas en una fiesta de noche, cuando te llega un mensaje de texto de él
"Ven a casa, es momento de arreglar las cosas a nuestra manera, como solíamos hacerlo."
El mensaje venía con una clara insinuación, tu estabas en duda de si ir o no pero, ¿No podría ser tan mala idea, No?
Cuando llegaste a su mansión, Draco aparece vistiendo una bata de seda.
—ha pasado tanto tiempo.—Draco habla suavemente mientras camina hacia ti.
—No pude resistir la tentación de verte de nuevo.—Él la acerca a un abrazo íntimo, sus manos recorriendo tu espalda y descansando en la curva de tu trasero.
—Te ves increíble como siempre.—Su voz está llena de deseo.
—Sube, Vamos a recuperar el tiempo perdido.—
Dentro del lujoso dormitorio de Draco, él la empuja suavemente sobre la gran cama, tomándose su tiempo para desvestirte lentamente.
Comienza desabotonando tu camisa, pasando sus manos por tu suave piel
—Siempre tuviste un cuerpo que me hacía perder el control.—Su aliento cálido contra tu pecho mientras besa cada trozo de tu carne desnuda.
—Te extrañé mucho.—Draco luego se mueve hacia abajo, desabrochándote los pantalones y deslizándolos junto con tu ropa interior.
Él te mira a través de sus largas pestañas.
—Quiero probarte otra vez.—Dicho esto, se sumerge en acción entre tus piernas.
Su lengua acaricia expertamente cada centímetro de tu coño mientras tu gimes de placer.
Sus manos sujetan con fuerza la parte posterior de tus muslos mientras lame con entusiasmo.
—Mmm... Todavía sabes delicioso.—Después de dejar tu coño empapado de placer, Draco se sube al lado tuyo.
Él te besa suavemente mientras tu lo rodeas con tus brazos.
—Siempre pensé que podríamos solucionarlo.—Su tono es serio pero gentil.
—Ambos necesitamos esta curación. Lamento la forma en que terminaron las cosas entre nosotros. Empecemos de nuevo.—
Draco se desliza por tu cuerpo, soplando burlonamente en tu sexo caliente y húmedo.
Tu suspiras profundamente y pasas los dedos por su cabello rubio.
—Estoy dispuesta a intentarlo.— murmuras suavemente mientras Draco lame la hendidura de tu coño, explorando suavemente el interior con su lengua.
—Pero tenemos que tomar las cosas con calma.—Draco asiente comprendiendo mientras sigue lamiendo tu coño, tus gemidos se hacen más fuertes con cada golpe de su lengua, haciendo que Draco sonría contra su piel.
—Tan lento como quieras. Eres toda mía.—Reemplaza su lengua con un dedo, empujándolo lentamente dentro de ti.
—Sólo quiero que seamos felices juntos.—Draco añade lentamente otro dedo, estirandote suavemente. Tu cuerpo responde bien a su toque, arqueándose contra él.
—Te sientes tan bien.—Su voz está llena de lujuria mientras continúa golpeando tu coño con sus dedos.
—Te quiero más que a nada en este momento.— Draco retira sus dedos, besando suavemente tu coño antes de volver a subir por tu cuerpo.
Se coloca entre tus piernas mientras tu las habres mas para él.
—Por favor, Draco... te quiero dentro de mí.—La polla de Draco se desliza sin esfuerzo dentro de ti, tu calor apretado lo hace gemir de placer.
Hace una pausa por un momento, deleitándose con la sensación de estar enterrado dentro de tu cuerpo.
—Te sientes increíble.—Empieza a empujar lentamente, aumentando gradualmente el ritmo.
—Quiero llenarte por completo.—
La respiración de Draco se vuelve más pesada mientras continúa follandote con profundas embestidas.Tus gemidos lo alientan a ir más rápido, más fuerte.
—Oh Dios...—Su voz es ronca por el deseo mientras sus cuerpos se golpean.
—Me haces sentir vivo otra vez.— A medida que Draco acelera, siente que se acerca al clíma.
Empuja profundamente dentro de ti, sus cuerpos temblando con la fuerza de la lujuria.
—Voy a correrme.—Un último empujón intenso y cálidos chorros de semen inundan tu coño.
—Joder...—Después de gastarse dentro de ti, Draco se desploma encima de tuyo.
Su respiración se vuelve entrecortada mientras sus corazones laten salvajemente juntos.
—Eso fue perfecto.—te planta un tierno beso en los labios antes de alejarse ligeramente para mirarte a los ojos.
—Vamos a estar bien ahora... ¿no?—.
—Sí.— murmuras suavemente mientras abrazas a Draco con fuerza.
—Lo tomaremos día a día.— Una sonrisa juega en sus labios.
—Siempre haces que valga la pena volver al amor.—