Epilogue

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Baobei se confunde cuando de la nada ve sus pies balancearse mientras se columpia. ¿Como llegó allí?, ¿desde cuando estaba en un parque?, ¿donde estaban sus papás, o Haechan?. ¿Por qué Minhyeong no llora a lo lejos como el chillón que es?.

Baobei tiene tres años y no se inmuta mucho de estar solo en un parque, así que solo sigue balanceándose sintiéndose contento de no tener que dormirse temprano como papá Mark dijo y poder jugar un ratito más.

Hasta que siente la presencia de alguien atrás suyo, por lo que se da vuelta pero no ve a nadie.

—¿Appa?—llama por inercia a su papá Donghyuck, porque cuando se sentía inquieto sólo pensaba en una persona.

Su papá Donghyuck.

Si papá Donghyuck no estaba llamaría a papá Mark, pero papá Mark tenía que trabajar, y su papá Donghyuck era como un superhéroe que siempre estaría dispuesto para salvarle en cualquier momento.

Su appa Hyuckie era mágico.

Baobei vuelve su mirada en frente, y luego, de la nada, siente el chirrido del columpio de al lado como si alguien lo usase. Entonces ve a la izquierda y la luz le ciega un poco, cerrando sus ojitos por el destello.

—Auch—se queja, pestañeando.

—Lo siento, no se como evitar eso.

Cuando el niño vuelve a ver los colores como tiene que ser, se sorprende y deja de echarse vuelo con sus cortas piernas.

—¿Baba?

Renjun, en el otro columpio, apenas moviéndose, le sonríe con los costados de su boca hacia abajo y ojos algo rojos.

Baobei sabe que el luce así cuando ha estado frente al espejo y quiere llorar porque papá Mark hizo que le cayese shampoo a los ojos mientras se bañaba y aún le arde.

—Baba, ¿por qué lloras?—pregunta inocentemente.

Renjun, alarmado, se pasa la mano por sus ojos—N-No estoy llorando—ríe nervioso.

Baobei finalmente deja de columpiarse con fuerza por estar tanto tiempo sin mover las piernas, por lo que acaba a la misma velocidad que su papá biológico. Renjun toma una bocanada de aire y luego suspira, para finalmente sonreír sincero.

—Hola, hijo.

El niño sonríe emocionado y se baja del columpio para ir y correr hacia el medio de las piernas de su papá y abrazarlo, Renjun se sorprende y comienza a temblar, pensando que si lo toca puede romperlo.

O desvanecerlo.

O perderlo, como cuando nació.

—Te amo baba—le dice, rozando su cabecita por todo su pecho.

Renjun intenta aguantar el llanto pero no puede, por lo que solo se guarda los sonidos que podrían asustar al niño, simplemente hipando y sorbiendo por la nariz.

—Yo también te amo hijo—y le corresponde el abrazo, con todas las fuerzas que le deja su condición, queriendo marcar en el cuerpo de su niño que el estará ahí y siempre lo estuvo.

Como cuando se enteró que estaba en espera y acaricio su pequeña pancita.

Como cuando le decía que no se preocupara por hacerle sentir tanto dolor a papá mientras estaba en cama.

¿Qué culpa tiene el niño? | Markhyuck (#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora