Capítulo-4

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Cuando supe que tenía cáncer mis posibilidades de vivir como una persona normal desvanecieron y junto con ellas se fue el brillo que había en mi, sin embargo la gente me mira como una mal agradecida solo por el hecho de negarme a salvar mi vida, más no saben como me voy quebrando cada vez más, pero siempre me preguntaba....había algo que me regresara las ganas de vivir? O solo iba a morir sin haber amado? Que cruel sonaba aquello ante mi herido corazón, pero lo que realmente no sabía era que si había algo, o más bien alguien.

-Alondra, como sigues?- Hablo la escritora desde la entrada, rompiendo el silencio en aquella habitación.

-Estoy mejor, gracias por preguntar- Le sonreí.

-Eso es bueno....- Ambas asentímos y el incómodo silencio volvió al ambiente.

-Siéntate, o vas a quedarte parada allí?- Hable vacilante.

Ella Sonrió y dejó sus cosas en el pequeño sofá que había allí, y tal como lo hizo el primer día, se quito su abrigo y terminó sentándose como usualmente ella lo hacía, en tan poco tiempo todo su cuerpo y movimientos habían sido muy bien repasados por mi mirada, ella me miró y habló.

-Lamento lo que te paso ayer- Hablo jugando con sus manos.

-No te preocupes, es normal cuando el medicamento es rechazado- Lleve un bocado de comida a mi boca, sin mencionar lo ansiosa que me sentía.

-De igual manera es feo, debió doler- Yo asentí, volviendo a verla.

-Dolió- Dije suspirando, ella agacho su cabeza, desviando mi contacto- Pero bueno, no vienes para hablar de eso, o si?-

-Mira Alondra si tu no quieres hablar sobre el libro esta bien, hay otros temas de que hablar-

-Uno en especifico?- Pregunte centrando mi atención en ella.

-Por ejemplo, como te sientes?- Se movió en su asiento para después mirarme fijamente, me sentía como si mi madre me estuviera interrogando.

-Estoy excelente, creo que dentro de poco por fin voy a descansar en paz- Dije encogiendo los hombros.

-Mentira-

-Que?- Dije, seguido ambas nos miramos.

-No estas excelente ni tampoco te van a desconectar si es lo que quieres- Y allí estaba, retandome, era como si Dios estuviera diciéndome "No ahora".

-Con todo respeto señorita Rainelis pero creo que eso es decisión mía, además no se quien le dijo que me desconectaran- Respondí seria.

-Porque no quieres vivir?- Pregunto clavandome cada una de las palabras dichas por su boca.

-Porque es agotador-

-Dame una semana- Yo fruncí el seño.

-Una semana de que o que, si usted y yo ni podemos tener contacto físico- Le dije.

-Una semana para demostrarte porque vivirás- Yo reí sarcástica.

-Dios santo.....porque estas tan obsesionada con salvar mi vida?-

- Créeme Alondra que yo nunca me meto en la vida personal de ninguno de mi colaboradores y menos con una historia como la tuya, porque se lo que duele encariñarse y luego perderse- Suspiro pesadamente y se levantó, acercándose a mi cama- Pero cuando te mire ayer así....mi corazón se quebranto tanto que ni siquiera pude dormir- Miré a sus ojos los cuales se tornaba rojos, y un nudo ligero se formaba en mi garganta.

Indudablemente.-RailoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora