A la mañana siguiente me desperté e hice mis maletas. Volvería a mi casa y a mi trabajo. Tenía que tener la mente ocupada en otras cosas.
Cuando lo tenía todo preparado abrí la puerta. Escuché a Alex, y a mi hermano, hablar bajito en una de las habitaciones. Tenían la puerta abierta, así que me acerqué un poco, para poder escuchar mejor, pero no demasiado, para que no me vieran.
- Tenemos un soplo, Ángel –escuché decir a Alex –Si todo sale como esperamos, esta noche Erick estará en la cárcel.
- Eso espero. No puedo permitir que le haga más daño a mi hermana con sus mentiras.
- Ella no debe saber nada –hizo una pausa –No podemos arriesgarnos a que lo avise.
- No creo que sepa nada –hizo una pausa -¿Crees que lo avisaría si se enterase de algo?
- Está... obsesionada con ese tipo. No podemos fiarnos.
No escuché más. Cogí mis maletas y salí de la casa. Tenía que averiguar qué estaba pasando. Hablaban de un soplo. ¿De quién? ¿De qué? ¿Sería una trampa? Tenía que hablar con Marina.
Llamé un taxi y me llevó a mi casa. Solté mis maletas y volví al taxi, que me llevó hasta el club.
Al llegar, le pagué al taxista y me bajé. Los chicos de la puerta se sorprendieron de verme allí.
- Necesito hablar con Marina –les dije.
Los muchachos me abrieron. Entré al club y encontré a varias chicas en la barra.
- Hola –les sonreí -¿Sabéis dónde está Marina? Necesito hablar con ella.
- Está en la cocina –dijo una de ellas.
Y allí la encontré, comiendo unas galletitas de chocolate a escondidas.
- ¡Te pillé! –le dije.
- ¡Me asustaste! –dijo escondiendo el paquete de galletas en su espalda.
- Venga ya –reí –Te he visto comiendo galletas, pero tranquila, no diré nada.
- ¿Qué haces aquí? –se sorprendió –Erick no está.
- ¿Dónde está? –pregunté nerviosa.
- Se fue con algunos chicos.
- Marina –le dije seria –Esto es muy importante. Necesito que me digas dónde está Erick. Creo que le van a tender una trampa.
- ¿Una trampa? –me miró extrañada -¿De qué estás hablando?
- ¿Dónde está Carlos? –pregunté al momento –Seguro él sabe dónde está Erick.
- Carlos está... -empezó a decir –En el patio de atrás, creo –dijo nerviosa.
Yo me dirigí al patio sin decir una palabra. Lo encontré revisando una de las motos.
- Carlos –dije al llegar -¿Dónde está Erick?
- Que sorpresa –me sonrió –Erick se ha ido con algunos chicos para unas cosas del club, pero volverán pronto.
- Necesito que me lleves dónde esté.
- Tranquila –dijo llegando hasta mí –Te veo muy nerviosa. ¿Pasa algo?
- No lo sé –suspiré –Necesito hablar con él, ahora mismo.
- ¿De qué hablas?
- Le han tendido una trampa –solté –Necesito que me lleves con él. Carlos, por favor.
ESTÁS LEYENDO
Amor sobre ruedas
RomanceSi aún no has leido "Mi profesor" y tampoco "Hasta que la muerte nos separe" éste es el momento. Amor sobre ruedas es la continuación. ¿Quién dice que las terceras partes nunca son buenas? En esta parte conoceremos la vida de Sofía y Ángel, los hij...