Me incorpore en la cama para admirarlo mejor mientras terminaba de cambiarse.Ya habían pasado dos semanas desde el entierro de Ángel.
Dos semanas donde me dedique solamente a cuidarlo, y a dejar que que llorara entre mis brazos. Que se descargará por primera vez todo lo que quisiera, yo también lo hice junto a él.
Y por más que traté de que se quedara en casa para que siga descansado, Diablo se nego a no ir a la central hoy. Alec quedó a cargo en el tiempo que él no estuvo y podría seguir al mando, pero mi hombre no quería seguir faltando.
Me decidí por levantarme para cambiarme también, Diablo me llevaría de pasada al club para ver a mi madre. También le mande un mensaje a Tania para encontrarnos las tres allí, hoy les diría sobre mi embarazo, y me haría un test, que le pediría a Tania cuando esté por ir al club.
Extendí los brazos hacía a Diablo cuando estuve al borde de la cama para que me abrazara. Obviamente no le había dicho nada aún, cuando tuviera el test se lo diría.
Sus brazos me rodearon con fuerza haciendo que mis piernas se enroscaran en su cintura.—¿Estás seguro de ir hoy?—Volví a preguntar por enesima vez, él dejo un beso en mi cuello que me estremeció.
—Sí, confío en el gran trabajo de Alec, pero ya me siento mejor para regresar—Acaricie su cabello haciendo una mueca de disgusto.
—Bien—Dije no muy convencida.
—Y además tengo que ir a arreglar unos asuntos con él, especialmente por sacarte a escondidas de casa—Fruncí mis labios sin mirarlo.
Cuando volví esa noche, Diablo seguía dormido, a pesar de eso, a la mañana siguiente necesitaba contárselo, no podía ocultarselo. No reaccionó como esperaba, se mostró aliviado, la muerte de Magnus era el fin de este calvario.
—Eres libre, al fin eres libre mi pequeña pelirroja.
Trate de compartir ese alivio, esa felicidad por mi libertad. Si la sentía, pero en todo lo que eh podido pensar, en todo lo que eh podido preocuparme, es en la bebé que estoy creando.
—No le dí muchas opciones, era mejor que me llevase a que vaya sola—Defendí a Alec.
—Pero no a escondidas de mí—Me acerqué a su rostro dándole un pequeño pico en una manera de tranquilizarlo.
Al parecer funcionó, porque sus labios chocaron con los míos segundos después, gustosa se lo devolví. Sus manos apretaron con fuerza mis muslos cuando su lengua rozo la mía lentamente y yo comencé a dar vueltas sobre la suya de igual manera. Mordió mi labio desesperadamente.
—Me vuelves loco cuando haces eso—Me bajo de su cintura dejándome en el piso haciendo notar la diferencia de altura. Yo sonreí con inocencia antes de ir a cambiarme.
Salí de nuestra habitación para ir donde era mi cuarto propio, allí tenía casi todas mis cosas. Escuche sus pasos detrás de mí. Abrí la puerta de la habitación llendo al vestidor, él me siguió.
Busque entre las prendas algo que ponerme, la mayoría era nueva, Tania enserio me había comprado mucha ropa.
—Estuve pensando...—Empezo a hablar apoyado en el marco del vestidor.
—Si...—Lo invite a seguir cuando encontre unos pantalones de color negro muy elegantes.
—Quiero unir nuestras habitaciones, reformar la casa o decorarla nuevamente—Me acerqué al espejo cuando encontré las prendas que iba a ponerme sin dejar de mirarlo.
—No hace falta reformarla o decorarla nuevamente, sé lo importante que es para tí esta casa por tu madre, y es muy hermosa como está—Empece a sacar mi pijama quedando en ropa interior. Él no apartó la mirada de mi cuerpo.
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La Debilidad Del Diablo
De Todo-No estés asustada, ahora estas bajo mi cuidado y nadie va a hacerte daño. -¿Quién es usted?-Pregunte mirando hacía arriba aún con mis ojos llorosos. -Dime diablo. HISTORIA 100% DE MI PROPIEDAD. PROHIBIDA SU COPIA U ADAPTACIÓN.