Decadencia.

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Y aquí estoy, yendo a la casa de Bebe, junto a mis "amigos", en contra de mi voluntad, yendo a distraerme para olvidar algo o más bien, ha alguien que está en cada rincón de mi cabeza.

Miraba cada paso de quienes estaban a mi lado, los observaba. Bebe viendo con desaprobación a Kenny que con esfuerzos trato de hacer un buen chiste para que no se forme un silencio incómodo, mientras Marjorine ríe levemente y me mira tratando de unirme para que no me quedé solo en mi mente, puedo escuchar hasta el sonido de los zapatos de todos contra el suelo nevado que había, cada quien caminando a un ritmo diferente, cada sonido parece volverse más fuerte, mientras yo solo me quedo callado tratando de sonreír lo más que pueda sin demostrar que realmente quiero destruir todo con cada sonido leve que mis oídos alcanzan a escuchar, tratando de fingir que quiero estar allí y no en casa, en el sillón, preguntándome, pensando, solo, solamente es desesperante, pero no tengo razones para estar desanimado, deprimido.

Me di cuenta de que habíamos llegado a casa de Bebe cuando estaba dejando mi mochila junto a la de los demás, a un lado de la cama de Bebe.

Veo como los dos se ponen a charlar, yo me siento como si estuviera en una conversación ajena, así que me separó un poco y sin soltar mi ligera sonrisa me siento en la alfombra rosa suave que se encuentra en la habitación, sigo en mi pequeña prisión, no puedo reunir ni siquiera las fuerzas para soltar un suspiro y que se den cuenta de mi existencia.

- Phillip, ¿Nos acompañas por algunas frituras a la cocina? ¿O vas a seguir allí sentado?

- Aquí estoy bien Bebe, no te preocupes, no tengo ganas de caminar - Alargue mi sonrisa mientras trataba de descansar de esas 12 palabras que dije después de 30 minutos sin hablar.

- Mejor ve tú con Marjorine, no puedo esperar más a jugar con esa Xbox que tienes.

- Mientras no la rompas...

Marjorine y Bebe salieron de la habitación, mientras Kenny trataba de encender la Xbox que estaba junto a la televisión, una vez lo logró empezó a buscar algún juego para ponerlo.

- Bebe no tiene ni un juego bueno, ¿Verdad?

- Debe de haber alguno que te guste.

Dije en voz baja, realmente no quería hablar, pero no había nadie más en la habitación que pudiera responder, me sentí algo obligado, aunque una plática me podría distraer, ¿Verdad? Empezamos a platicar durante los siguientes 5 minutos, se me hacían eternos, a pesar de no tener ninguna razón, quería que terminada la plática, no prestaba demasiada atención y solo respondía cualquier cosa, hasta que algunas de sus palabras me llamaron la atención por completo.

- ¿En serio crees que no es obvio tu estado? Tal vez ellos no le prestan atención a tu comportamiento, pero para mí es muy notorio que te pasa algo - Guardo silencio unos segundos -Yo siempre me fijo en los demás y el cómo has estado actuando lo deja obvio... no es común de ti, si te sigues aguantando las cosas vas a terminar explotando.

Mis ojos estaban a punto de soltar un río de lágrimas.

Pero escuche unos pasos cuando estaba a punto de hablar al fin, me volví a quedar callado. Me levante rápidamente y le pregunte a Bebe dónde quedaba el baño, fui lo más rápido que pude, sintiéndome cada vez más pesado, pensé que finalmente podría llorar tranquilamente al menos unos minutos o segundos, cierro la puerta detrás de mí y me recargo sobre ella, para mi sorpresa... no logró soltar ni siquiera una lágrima, mis ojos secos, me quedé en blanco. ¿Por qué? ¿Por qué cuando quiero no puedo y cuando no puedo quiero? Me obligó a verme en el espejo, pero apenas puedo reconocerme, ¿Los demás me ven de esta forma? En esta desesperación me doy cuenta de que necesito ayuda, pero me niego a pedirla "¿Cuál fue el problema inicial para sentirme así?", al mismo tiempo que esa pregunta apareció en mi cabeza también apareció la respuesta a ella, un simple nombre como un eco inunda mi mente.

Asqueroso - Dip (CANCELADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora