Estaba muy contento de que por fin estaría lejos de ese maldito pedófilo que cada noche tras noche me tocaba y violaba, cada vez que recordaba esa mierda me daban ganas de llorar y maldecir todo, después de años aun no podía creer que quien me había ayudado se convertiría en monstruo, trate de tranquilizarme un poco y al llegar al pequeño pueblo llamado South Park fui inmediatamente a la dirección que me dio Stella donde estaría mi casa.
Vi una pequeña casa roja, entre a esa pequeña casa e inmediatamente me llego un muy agradable olor, el lugar ya tenía muebles y estaba muy bien decorada, era notable que Estella fue muy cuidadosa al mandar a decorar este lugar que sería ahora mi nuevo hogar. Subí al segundo piso a ver todas las habitaciones hasta que encontré un poco especial ya que sería mi nuevo cuarto, la habitación tenía paredes de un color blanco algo rojizo, los muebles eran de madera y la cama se veía muy cómoda, deje mis pesadas maletas a un lado, maletas que tenían ropa, algunas fotos, al igual que libros y uno que dos peluches, me recosté en esa cama un momento dando un pequeño suspiro ya que el viaje había sido muy pesado y estaba cansado, aun apenas y empezaba a salir el sol en south park pero aun así quería dormir un rato.
Estaba descansando muy bien hasta que el sonido del timbre me despertó, me puse mi pequeña boina, pero sin antes arreglar mis pequeños cabellos rubios, bajé al primer piso y fui a la entrada para abrir la puerta, lo primero que vi fue a dos chicos de también de cabello rubio, uno de ellos sostenía un pedazo de tarta de chocolate.
'¡Hola! Eres nuevo aquí ¿No es así?' Pregunto uno de esos chicos rubios sacando una sonrisa muy agradable.
'Hola... si, soy nuevo por aquí' Respondí nervioso dando una pequeña sonrisa leve y para nada igual de alegre que la del chico.
'Entonces bienvenido, yo soy Gary y el otro chico Butters' Butters acerco el pedazo de tarta en señal de que era para mí y confirmo eso cuando Gary menciono que aquella tarta era un regalo de bienvenida, yo la acepte con felicidad y sin negarme.
'Muchas gracias y es un gusto, yo me llamo Phillip' Di una sonrisa más notable y grande que la anterior en forma de agradecimiento.
'No es nada Phillip, espero y nos llevemos bien'
'Espero lo mismo'
Después nos despedimos y lleve la tarta a la cocina, maravillosamente la cocina ya tenía platos, vasos, cubiertos, etc. Lamentablemente no tenía comida así que saque un tenedor y le quite la pequeña envoltura que el pedazo de tarta tenia, pude que notar que tena una nota diciendo ''Bienvenido'' la ignore y empecé a comer esa deliciosa tarta.
Al terminar la tarta me la pase la mayor parte del día acomodando las cosas que tenía en mi maleta, era bastante perfeccionista así que me tarde demasiado por querer que las cosas quedaran casi perfectas.
Cuando empezó a oscurecerse el día fui a mi nueva habitación y me quité la ropa para ponerme el pijama, justamente un espejo se encontraba frente mío y vi mi asqueroso y repugnante cuerpo.
'¿Como he podido resistir todo esto?'
Le pregunte a mi reflejo en el espejo.
'No importa, al fin estaré en tranquilidad lejos de él'
Después me puse mi pijama y me recosté en la cama.
Tuve una muy horrible pesadilla, Pocket entraba a la casa y me empezaba a tocar, me desperté, abrí mis ojos rápidamente, me levante de la cama y vi a todas direcciones desesperado como si estuviera buscando algo, me agarre mis cabellos rubios y solté un grito.
'¡Maldita sea! ¡Ni en mis sueños me dejas en paz!' Reclamaba al aire con ira y tristeza.
Empecé a llorar un buen rato mientras me seguía jalando mechones de cabello con fuerza, seguí un así hasta que empecé a tratar de tranquilizarme, inhalé y exhalé.
'Él no está aquí, él no está aquí' me repetía en forma de murmullos.
Vi el reloj y era justamente la hora indicada para empezar el día, me levanté de la cama y fui a mi armario el cual tenía poca ropa, saqué la ropa y me la puse, una camisa blanca con un chaleco rojo, un short azul con unas medias moradas, unos simples zapatos negros y una boina café.
No tenía nada planeado así que saldría a comprar comida y de paso exploraría el pueblo, así que salí de mi casa y camine buscando alguna tienda, después de un rato encontré una y compre lo que necesitaba, aunque antes había visto un pequeño parque al que me decidía ir ya que no tenía nada que hacer y como dije, quería explorar este pueblo.
Llegué al parque y me senté en una banca de allí, saque una manzana que compre y empecé a comerla, de repente sentí a alguien que se sentó al lado mío así que deje de comer la manzana y voltee a ver, era otro chico rubio, con una pequeña coleta y una camisa de botones marrón.
'Vaya, en este pueblo sí que hay muchos rubios' Fue lo primero que pensé al verlo.
Volteo a verme también y con una muy pequeña sonrisa, pero notable me saludo.
'heyy, ¿Eres nuevo aquí? nunca te había visto'
'Oh sí, soy nuevo, me llamo Phillip'
'Un muy buen gusto Phillip, yo soy Gregory y se bienvenido a este pueblo'
'Un gusto también Gregory'
Estrechamos las manos en forma de saluda, perecía alguien muy amable y lo es, pero también parecía un poco, no mucho, pero si un poco.
'Pareces un poco mejor que todos los de este pueblo, por aquí todos son unos maleducados, tú pareces mejor educado y más amable, te recomiendo que te cuides un poco de unos chicos llamados Kyle, Cartman, Kenny y Stan, son de lo peor, en especial Cartman' Me dio esa advertencia para después pararse de la banca 'Por cierto, linda ropa Phillip' Termino diciendo para despedirse de mí, luego se fue con un chico de cabello castaño y camisa verde el cual estaba fumando, yo solo me quede pensando en lo que dijo, después regrese a mi casa.
Habían pasado ya casi dos días desde que estaba en este pueblo y nunca antes había estado tan tranquilo, solo que pasaba algo, extrañaba a Estella, la única persona que me había tratado bien en todo este tiempo, ya no podría verla, por lo menos ya no tendría que soportar a ese asqueroso de Pocket y era lo bueno.
Nota del autor:Me quede con la idea que Gregory tenía una coletita.