Jerry y Diana

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Jerry estaba bastante fastidiado con Diana, desde la última vez que se vieron, que fué cuando tenían 16 años. Ahora ya tenían 20, pero a él le molestaba el hecho de que Diana no hubiera sido capaz de disculparse con él, siendo que sabía que estaba arrepentida. Y así era, tal como Jerry lo suponía, Diana estaba completamente arrepentida. Ella le había dicho lo que le había dicho, porque sus padres la malinfluenciaban demasiado y ella (sabiendo que estaba enamorada de Jerry) creía que ésto estaba mal y que él no le correspondía, ya que no tenía tanto dinero como ella. De hecho, casi nada de dinero.

Diana estaba tan arrepentida y se sentía tan vulgar y tonta, que creía que al disculparse, Jerry se enojaría con ella aún más y jamás la perdonaría, así que prefería no disculparse y continuar haciéndose la que no lo veía cada que iba con sus padres a Green Gables, a visitar a Mathew y Marilla Cuthbert.

-Pero Diana, una disculpa hace diferencias gigantes en la vida de las personas. Y lo sé porque me ví obligada aquella vez a disculparme con la señora Lynde e intenté hacerlo lo mejor posible. Te aseguro que disculparte con Jerry será lo mejor. Él sabrá que lo lamentas, más allá de que te perdone o no. Además, hoy es un día hermoso. Estamos en otoño, las hojas de los árboles caen secas y naranjas a la tierra llena de flores coloridas y hojas verdes. Es un día magnífico para disculparse, ¿no crees, Diana? -Decía Anne, inspirada, mirando por la ventana de su habitación un día en que Diana había ido a tomar el té a casa de Anne y Gilbert.

-Signo, supon... Espera, ¿hoy?. Es demasiado pronto, yo... Debería planearlo y yo... No creo que pueda hacerlo. Ofrecer una disculpa no es nada fácil, Anne, y mucho menos cuando has cometido un error tan malo como el mío.-Decía Diana, lamentándose por su error de aquella vez.

-Lo sé, Diana. Sé que es muy difícil, pero una disculpa sincera y que sale del corazón, no tiene nada de malo. Y no tiene por qué ser mal tomada. Mucho menos por Jerry. Él es muy comprensivo y entenderá. Además, si no lo hace, al menos sabrá lo mucho que lo sientes.

-Cierto... -Dijo Diana, poco convencida de tener el valor de ofrecerle una disculpa a Jerry. Pero Gilbert interrumpió la charla de las amigas tocando la puerta para decirles que había preparado el té y que podían bajar cuando quisieran.

A pesar de tener ya 20 años, Anne y Diana seguían siendo como cuando tenían 15. Se emocionaban sólo por tomar el té. En especial Anne, a la cuál, ésto le parecía muy romántico e increíblemente hermoso. A Diana sólo le gustaba tomar el té, y en especial con Anne, pero no se emocionaba tanto como ésta, ya que en su familia, reunirse a tomar el té, era algo completamente común y corriente.

Las chicas bajaron corriendo las escaleras hasta la cocina y se sentaron en la mesa, no sin antes agradecerle a Gilbert por el té.

-Entonces, ¿te disculparás?- Dijo ansiosa, Anne, mientras bebían un riquísimo té y comían unas exquisitas tortas que Marilla le había llevado a Anne.

-No lo sé, Anne. No puedo decidirlo así como así. Es algo muy difícil de...- Se justificaba Diana, justo cuando unos golpes en la puerta las interrumpieron.

Anne estaba por por pararse, justo cuando Gilbert dijo sonriente:

-Yo atiendo. Ustedes están muy ocupadas. -Y era cierto. Hacía mucho que Anne y Diana no se veían, ya que Diana había estado muy ocupada buscando un terreno cerca de casa de sus padres, de Green Gables y de Anne y Gilbert para mudarse, pero había fracasado en su misión, por lo que, resignada, decidió quedarse con sus padres hasta encontrar un mejor lugar para mudarse a vivir sóla, sin tener que soportar a Minnie May burlándose de ella y molestándola todo el día.

Gilbert abrió la puerta y la persona que pasó a la cocina donde se encontraban Anne y Diana, dejó a éstas, boquiabiertas. Era Jerry, que había ido a buscar una pala para trabajar las cosechas en Green Gables, ya que la de Mathew no estaba en un muy buen estado.

-Oh, ¡Hola, Jerry! Yo... No esperaba verte aquí. -Saludó Anne, sin saber bien qué decir ni cómo esconder sus nervios y ganas de que Diana aprovechara esa increíble oportunidad que el destino les había brindado para disculparse.

-Vengo a buscar una pala, ya que la del señor Cuthbert está por romperse. Ya me iba, yo... No quería interrumpir. -Dijo Jerry, sin mirar mucho a Diana, notando la incomodidad de la situación.

-¿Te quedas a comer algo? Hay pastel que Marilla preparó. Podemos convidarte. -Dijo Anne, que sólo quería que Jerry se quedara para que Diana se disculpara y fuera lo más romántico del mundo.

-No lo sé... Tal vez. Bueno, Gilbert. ¿Dónde tienen la pala? -Dijo, algo nervioso, Jerry.

-Por aquí. - dijo Gilbert, llevándolo hacia afuera.

-¡Diana, aprovecha esta increíble oportunidad y discúlpate con Jerry! -Dijo Anne sobresaltada.

-No, Anne. Yo no puedo hacerlo. Y mucho menos ahora. Ustedes dos (Gilbert y tú) estarán aquí y no quisiera incomodarlos, y yo... Nisiquiera sé qué le diría y aparte...

-Diana, sólo dile lo que salga de tu corazón. Dile la verdad. Dile que estás arrepentida como nunca, y que sientes mucho lo que hiciste. Gilbert y yo nos iremos para que tengan un momento en privado y te sientas más tranquila. Tú sólo házlo, Diana. Créeme, no te arrepentirás. Las disculpas son buenas.- la interrumpió Anne.

-Yo no... -Decía Diana, pero no pudo terminar su frase, porque Gilbert y Jerry volvieron ya con la pala.

-Bueno, adiós. No creo que me quede, ya que tengo mucho trabajo en Green Gables. Que tengan buen día y gracias por la pala. -dijo Jerry, despidiéndose.

Diana sintió un alivio, ya que sabía que sus disculpas no eran tan buenas como las de Anne y que nada iba a salir bien si se disculpaba. A ella le daba vergüenza. Pero también, sintió tristeza, porque ella quería disculparse con Jerry. Sólo que no sabía cómo hacerlo y creía que él nunca la perdonaría. Pero Anne no se daba por vencida tan fácilmente.

-¡Oh, Jerry, espera! Creo que tenemos también un rastrillo, ¿verdad Gilbert?- Dijo Anne, sin tener bien claro cómo distraer a Jerry.

-Oh, gracias. Pero no necesito un... -Comenzó Jerry.

-¡Claro que lo necesitas! Ven, Gilbert. Busquemos el rastrillo. ¡Tú no te muevas de aquí, Jerry! -Dijo Anne, y sin esperar una respuesta, tomó a Gilbert del brazo y lo llevó al patio.

Diana se quedó congelada, al igual que Jerry.

-Iré a buscar algo -Dijo éste, y comenzó a irse hacia la habitación de Gilbert. Él en realidad no tenía nada que buscar, sólo se sentía incómodo.

-Jerry, espera. -Dijo Diana, preparándose mentalmente para lo que estaba a punto de hacer...

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⏰ Última actualización: Feb 21 ⏰

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Anne With an "E". ¿Qué pasó después?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora