Miedo.

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Los días me pesaban y ya hacía una semana de la muerte de mi madre.

El tanatorio y el entierro fueron de lo peor. Muchísima gente venía por ella, y eso es lo que me jodia, que me la recordaran más.

He caído en una gran depresión, no sé como podré seguir adelante cuando ella era el motor de mis días.

Tenía miedo, mucho miedo, de que mi padre apareciera en cualquier momento y me llevara con él, estaba en su derecho, soy su hija, pero no lo merece.

No sé ni en que día de la semana estoy, pero eso me da igual porque el timbre sonó sacándome de mis pensamientos.

Jesús estaba día y noche conmigo, éramos inseparables.

Siempre iba con el miedo de abrir y encontrarme a mi padre pero esta vez no lo era. ¿Justin?

- Daniela - Dijo con cara de pena y con los brazos abiertos. No dudé ni un segundo a tirarme a sus brazos, porque las lágrimas comenzaban a brotar.
- Justin. - Sollocé.
-Everything is gonna be alright - me intentaba animar, pero el hecho de que haya venido es tan significativo para mi que me daba igual lo demás.
- Thanks to come here. - Sabía que lo necesitaba, es mi mejor amigo sin más.

Al fin y al cabo Jesús y Justin se llevaron de fábula aunque el inglés de Jesús lo traicionaba muchas veces y eso hacía que no parara de reir en ningún momento. Él me sonreira como muestra de cariño.

Justin estuvo todo el día mirando mi barriga, y bueno supongo que no me quedaba otra opcion

- I'm pregnant, Justin. - No podía mirarle a la cara cuando se lo decía, me tomaría como una puta, lo sé.
- What?! - Dijo sobresaltado. - I can't believe, Daniela. Who's the father of your baby?
- Jesús - dije casi en un susurro para que no me escuchara, pero no fue así.
- Are you idiot? Why do you do this? She doesn't deserve! - Estaba sobresaltado.
- Justin, stop please.
- Stop!? Oh my God, you're crazy!
- Justin, I'm okay and I love Jesús, and okay i'm crazy but this - dije palpando mi barriga - is mine.

Justin me miró soprendido, se levantó del sofá, y se fue sin más.

El mundo se me volvía a caer encima. ¿Que coño iba a hacer yo ahora?

Jesús intentaba tranquilizarme, y lo hacía con su dulce melodía. Me dormí sin más, como lo hacía siempre.

.................................

Otra semana más. Otra más que no comía, que me iba consumiendo el dolor. Las pesadillas se repetían sin cesar, y no era capaz de montarme en un coche tranquila. De Justin no volví a saber nada, y de mi padre menos. Así que mejor para todos.

Era de buena mañana, Jesús estaba a mi lado, con nuestras piernas enredadas y abrazados, no había quien nos separara.

Me lo quedé mirando. De verdad lo amaba, después de todo, lo amaba, nadie me separaría de él.

No me dí cuenta de que Jesús iba abriendo los ojos y yo seguía mirándolo como una loca.

- Te voy a recordar que quiero un beso por las mañanas con sabor a nesquik.

No podía parar de reír, había sido muy tierno por su parte, pero tan gracioso a la vez.

Cuando paré de reír, me lo quedé mirando con una sonrisa, y mis dedos iban acariciando sus carnosos labios. Estaba tan loca por él. Me aferró más a él, lo máximo que podíamos con la barriga.

- Te quiero - Dijo sin más.
- Te quiero - repetí. Junte los centímetros que nos faltaban para unirnos en un tierno beso.

El timbre nos sobresaltó a los dos. ¿Quien sería a estar horas?

Jesús se ofreció a abrir la puerta, y yo de mientras iría a la cocina a preparar algo para desayunar.

- ¡Tú no! - Escuché chillar a Jesús. No dude en asomarme por la puerta y ver a la persona que más odiaba en esta vida. El pote de mermelada estayó en el suelo partiéndose en pequeños y grandes pedazos.
- No, por favor - mi cuerpo comenzó a temblar y mi voz lo hacía igual. Él venía a por mí.
- Daniela, tengo tu custodia, tienes que venir conmigo.
- No, no lo pienso hacer. Me abandonaste, nos abandonaste, yo no tengo padre, nunca lo tuve y no lo vas a ser ahora. Aléjate de mi, por favor.
- Daniela, te vas a venir conmigo. - Entró en la casa, me cogió del brazo con fuerza y me estiró con fuerza.
- Déjala en paz - Jesús no paraba de repetirlo - si quieres verla feliz, dejela aquí.

Se nos quedó mirando, sin más me solto con un brusco empujón y se fue. Me quedé más tranquila pero me aferré a Jesús y sin más, comencé a llorar.

Ya habían pasado varias horas, y estaba mejor. Ahora el miedo se apoderaba de mi, me podía esperar cualquier cosa de él. No dudaba.

Jesús se fue un rato a su casa, tenía que hacer unas cosas, así que estaba sola en casa viendo la tele.

La puerta se abrió. Jesús habría llegado. Pero no, alguien me cogió por la cara, me pusieron alguna cosa porque después de eso no recordé nada más.

..................

Poco a poco fui abriendo los ojos. La cabeza me daba vueltas. No sabía donde estaba. Volví a cerrar los ojos y los volví a abrir.

Estaba en una silla atada de pies y manos y en una sala muy extraña, nunca vista antes por mis ojos.

El miedo comenzaba a apoderarse de mi. Me mordía las mejillas por dentro para no comenzar a llorar otra vez. En mi cabeza se repetía una y otra vez esa frase "No lloraré por que soy fuerte", pero no era capaz de creérmelo.

No sé cuánto tiempo pasó pero al fin apareció un hombre con bata.

- ¿Donde estoy? - Dije cuando el hombre se acercaba a mí.
- Estas en un sitio donde nadie podrá encontrarte - dijo echándose a reír.

Lo miré con asco, y sin previó aviso su mano giró mi cara con un golpe seco.

- ¡No me vuelvas a mirar con esa cara, niñata! - Me estaba cogiendo del cuello, si seguía así me ahogaria.
- Vale - Sollocé.

Ahora si, estaba sola y tenía miedo.

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CHICAAAAS! Espero que os haya gustado este capitulo!

Quería informaros de que la novela esta llegando a su fin, no os puedo decir exactamente cuantos capitulos quedan, porque ni yo lo sé.

Espero que de verdad os haya gustado mucho la novela "No hay marcha atrás"

Y también quería informaros de que estoy haciendo otra que se llamará "Besos prohibidos". Así que cuando acabe esta, comenzaré a subir capitulos de la otra.

Besooooos

No hay marcha atrás (Gemeliers)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora