Jesús y yo nos separamos para ver quien era, los dos miramos hacía la puerta y cuando lo ví, no supe que hacer, simplemente se me cayó la cara de la vergüenza.
-Justin. - dije sin aliento. No me imaginaba que fuera él.
-Yeah, I'm Justin and You're a liar. - dijo Justin con furia dentro.
Poco a poco se fue acercando a Jesús cogiendole de la camiseta. - And you... You steal my girl. It's mine. - dijo Justin chillandole.
-Justin, please, we can talk about this, I still love you, belive in me. I miss you so much and I don't why I'm here, because I'm diying every single day without you.
Justin me miró con cara de despreció, bajó la cabeza y me volvió a mirar.
-Forget me, okay? I will do the same. Bye Daniela. - una vez dijo eso desapareció por la puerta, y noté como algo me faltaba, hasta que me di cuenta que me robó el corazón.
Realmente lo necesitaba a mi lado y lo había perdido.Jesús vio como lágrimas comenzaban a resvalar por mis rojadas mejillas, poco a poco se fue acercando a mi acabando en abrazo.
-¿Toda va a estar bien, si? Yo voy a estar a tu lado, te lo prometo. - dijo Jesús. Levantó mi cabeza con delicadeza para acabar aquello en un beso.Pasaron las horas, ya eran las 8 de la noche, y Jesús seguía conmigo. Los dos estabamos tumbados en la cama del hospital, explicando anécdotas de nuestras vidas hasta que entro el doctor.
-Daniela, tiene que ir a dormir ya, necesita descansar. Así que por favor, senyorito, retirese cuanto antes. - dijo el doctor amablemente. Cuando se iba a ir volvió. - Ah, y tenga esta pastilla, se la tendrá que tomar cada día sobre esta hora.
Yo asentí extendiendo mi mano. Una vez se fue me la tomé.
-Bueno Daniela, me tengo que ir, así que descansa. Mañana intentaré venir, no te prometo nada.
-Vale tonto. - le dije sonriendo.
-¿Me has dicho tonto? - dijo Jesús bastante serio.El miedo volvió a mi, aún después de todo le tenía miedo. Cuando lo tenía a escasos centímetros me cogió los brazos sin evitar ese dolor. - Tú eres más tonta. - dijo finalizando.
Nos quedamos mirando unos segundos hasta que Jesús me dipositó un largo y dulce beso.
-Adios enana. - dijo poco antes de salir.
-Adios Jesús. - dije cerrando los ojos, a lo que poco despues caí rendida.