ESTA NOVELA ES UN BORRADOR.
Cuando Nayla le rezó a su Diosa la noche anterior a su examen final deseando aprobar, jamás imaginó que su plegaria llegaría a través de su ventana de forma misteriosa, portando unos profundos ojos rojos que la dejarían d...
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Un impulso de idiotez se apoderó de mi atolondrada cabeza y le di un fuerte cabezazo a Mónika, hacia atrás.
Sabía que probablemente el dolor no sería nada para ella, pero la distraería. Y eso pasó. Me solté de su agarre y corrí hacia la nada, hacia la oscuridad de aquel bosque desconocido.
Pero no llegué lejos, y desde el primer segundo en que mis piernas habían emprendido la huída yo ya estaba consciente de que no iba a llegar lejos.
Unas fuertes manos rodearon mi cintura y al momento me tomaron en brazos, por encima de su hombro.
─Te dije que nos veríamos pronto, Nayla querida, y que no estarían tus estúpidos amiguitos Stoker para defenderte ─dijo Vasile con un tono de ironía en su voz.
Pataleé y grité para soltarme, pero no iba a lograr nada. Se acercó hasta la minivan en donde Christian, Erik, Kaila y Demothi estaban aterrados, muy quietos. Mi mamá esperaba en la puerta, sonriéndome con malicia.
Vasile me tiró sobre el asiento con violencia.
─Aquí está tu maldita fiera ─le escupió a Rowena.
Me incorporé sobre el asiento tratando de no mostrar miedo, pero la verdad es que estaba aterrada, igual que los demás.
─Siempre es bueno verte, querida hija ─Rowena se subió al auto y se sentó al lado mío.
Me estudió, mientras yo le fruncía el ceño con rabia.
─Tenerte aquí llena mi corazón de madre ─rió, pero al segundo tenía su fuerte mano en mi garganta y me cortaba el paso del aire─. Pero todo eso se puede ir a la mierda si te comportas como una jodida niña malcriada e intentas escaparte de nuevo. No tendré piedad, Nayla, ni aunque seas mi maldita hija.
Sabía que lo que decía era verdad. Si en algún momento hubiera existido una Rowena a la que realmente le hubiera importado su hija, esa no era la misma que yo estaba viendo en aquel momento.
─Vasile, siéntate al lado de Nayla ─le habló a su esposo─. No le quites la vista de encima, y si se pone violenta, demuestrale quien manda.
Bajó de la minivan y Vasile la reemplazó. Cerró la puerta y casi enseguida el vehículo reanudó su marcha.
Su marcha hacia el infierno.
***
Me dormí en el trayecto, probablemente porque lloré en silencio sintiéndome la persona más tonta que existía en el mundo.
Había creído que lo lograríamos. Había pensado con tantas fuerzas que llegaríamos al deseado refugio y que los Stoker se encargarían de Rowena.
Tonta.
Mil veces tonta.
Estaba desesperada, preocupada por los chicos que iban conmigo, por mi familia. Mi vida no valía nada sin la vida de ellos, de quienes amaba.