Luego de pasar un rato con Mina, charlando de cosas sin importancia, eventualmente Chaeyoung debía volver a casa. Tomó un taxi, pues era tarde en la noche y el clima amenazaba con llover.
Chaeyoung recargó su frente en la ventana del coche, observando como, frente a sus ojos, el paisaje de la ciudad se deslizaba y todo seguía con su curso, como si todo el mundo supiera qué debían hacer. Ella, en cambio, se sentía tan extraña. Primero, no sabía explicar cómo llegó hasta Mina. Sus padres siempre le dijeron que siempre fue una niña muy empática, que sentía las emociones de los demás como si fueran propias. Eso explicaría el porqué sintió la tristeza y confusión de su amiga, pero no había forma de que eso haya sido lo que la arrastró exactamente a donde estaba.
Suspiró, su aliento empañando ligeramente la ventana. Otra cosa que la tenía pensativa era el tema de su alma gemela. "Debes intentar recordar tu infancia, revisar álbumes de fotos y cosas así. Tienes salvación, Chaeyoung". Esas fueron las palabras de Mina. Pensó en la posibilidad de que fuera cierto ¿Y si funcionaba? Decidió que quizás no estaría mal rememorar su infancia.
Al llegar a su casa, pagó el taxi y, en silencio, entró a la casa. No quería despertar a sus padres y que la interrogaran sobre dónde estuvo, pues ¿Cómo le explicas a tus padres que repentinamente sentiste la necesidad de caminar por la ciudad hasta de casualidad encontrar la casa de tu amiga? Imposible. La internarían en un psiquiátrico.
Una vez en su habitación, Chaeyoung respiró profundo y se dejó caer en la cama. Ni siquiera se cambió. Así como llegó, así se acostó. Miró al techo por unos minutos, sus pensamientos dando vueltas y haciendo eco en su mente, hasta que sus párpados se volvieron pesados y lentamente cayó en brazos de Morfeo.
Al día siguiente, la rubia se despertó poco antes de la hora del almuerzo. Ligeramente desorientada, se levantó y se dirigió al baño a paso torpe, donde cepilló sus dientes y, hecho esto, bajó las escaleras de la casa hasta la planta baja. Sus padres, que allí estaban, la miraron con un poco de sorpresa.
─ Chaeyoung ¿A qué hora llegaste? ─ Cuestionó su padre, quien se encontraba en el gran sofá familiar, leyendo el manual de usuario de la television, tratando de descifrar cómo configurarlo. Su madre, en cambio, andaba preparando la comida en la cocina.
─ Se me pasó un poco la hora. Mamá y tú ya estaban dormidos. ─ Respondió la menor tratando de no entrar en detalles, a la vez que se acercaba a observar el manual junto a su padre, leyendolo por encima. ─ Debes presionar este botón, mira. ─ Lo ayudó, tomando el control remoto y pulsando un botón de color azul.
─ Gracias, cielo. ─ Respondió con cariño el hombre. ─ Tienes un don para estas cosas, deberías dejar la biblioteca y venir a ayudar en mi taller de vez en cuando.
Chaeyoung soltó una risa que sonó más como un ronquido.─ No es un don, papá. Ahí muestra los colores que hay que pulsar, nada más.
─ Cierto, lo siento hija. ─ Se disculpó el mayor, acomodándose los lentes. ─ A veces olvido que eres igual a tu abuela. Ya sabes, igual que tú, ella aseguraba que veía colores.
─ Hablando de eso... ─ Chaeyoung se sentó junto a él, pensando en cómo abordar su pregunta. ─ ¿Tú no ves colores?
─ Aunque me genera una inmensa curiosidad saber de qué se trata todo eso de los colores como el "amarillo" o el "verde" ─ El hombre hizo las comillas con los dedos. ─, no los veo, no.
─ Entonces ¿mamá no es... tu alma gemela? ─ La pregunta salió casi en un susurro. Le asustaba un poco que el tema fuera incómodo para sus padres. Su padre mostró una sonrisa algo triste, poniendo una mano en el hombro de su hija.
─ Al parecer, no... Pero eso no significa que no la ame. No necesito de una leyenda para saber que ella es la mujer con quien debo estar. ─ Explicó pacientemente mientras su hija lo miraba con atención, escuchando detenidamente sus palabras. ─ Así que, Chaeyoungie, no tienes que sentirte presionada con encontrar a tu alma gemela ¿Sí?
Chaeyoung sonrió ante las lindas palabras de su padre. Entendía que no había nada de malo en amar a alguien aunque no sea tu persona destinada. Era lindo pensar en encontrar un amor tan fuerte que te haga renunciar a la idea de seguir buscando ver un mundo colorido. Aún así, Chaeyoung no quería eso.
─ Sí, bueno... En realidad, quería preguntarte... Estuve pensando en que quizas a mi alma gemela la he visto cuando era muy pequeña y por eso no recuerdo ¿Recuerdas tú algún momento de cuando era niña en el que haya empezado a ver colores? O tal vez haya mencionado algo, no lo sé.
─ Tigrecita ─ El hombre hizo una pausa que llenó a su hija de expectativas, mas simplemente continuó: ─, me mataste con esa pregunta. Quizás tu mamá recuerde algo ¡Oye Chaerin!
Al escuchar su nombre, la madre de Chaeyoung se asomó desde la cocina. ─ ¿Qué pasa?
─ Chae pregunta si cuando era chiquita también decía cosas sobre los colores.
─ Sí, es decir... ─ Chaeyoung rió, su padre solía omitir detalles, pero esta vez ella quería dejar clara su interrogante.─ Estuve pensando y ¿Qué tal si vi a mi alma gemela cuando era muy pequeña y no lo recuerdo? Eso explicaría lo de los colores ¿Puede ser que un día simplemente haya empezado a hablar de estas cosas de un día para el otro?
La madre de Chaeyoung se detuvo por un momento, con una expresión pensativa. Observó a su hija con cariño antes de responder:
─ Chaeng, no recuerdo que hayas mencionado nada sobre la leyenda o las almas gemelas. Pero sí recuerdo algo curioso. Cuando tenías unos cuatro años, solías mencionar a una niña. La llamabas "niña arcoíris", siempre la dibujabas en todas partes y decías que ella pintaba el mundo. No le di mucha importancia ya que todos los niños a esa edad imaginan muchas cosas, tienen amigos imaginarios y así.
La rubia frunció el ceño, tratando de recordar esos momentos de su infancia. La imagen de ella haciendo aquellos garabatos infantiles llenos de colores empezó a tomar forma en su mente.
─ ¿Específicamente, cuándo empecé a hacerlos? ─ Inquirió la hija de los Son, sintiendo la emocion de que estaba por avanzar un paso hacia el camino que la llevaría a su alma gemela. Su madre, en cambio, lo pensó unos segundos y negó con la cabeza.
─ Ni idea, hija. Lo siento, pero si recuerdo algo te lo haré saber. ─ La mujer dejó un beso en la coronilla de Chaeyoung, sonriendo dulcemente.─ Ahora ¿Qué les parece si ponen la mesa y almorzamos?
─ Sí, tigrecita. Tu viejo padre tiene hambre. ─ Bromeó su papá, haciéndole cosquillas a la rubia, quien pegó un salto del sofá sin poder aguantar la risa.
El sueño latinoamericano de una familia funcional NBANDNSKD espero que les guste TT♡
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ᴏɴᴄᴇ ʏᴏᴜ ꜱᴇᴇ ᴛʜᴇᴍ | ᴍɪᴄʜᴀᴇɴɢ
Fanfiction❝En un mundo donde la gente nace siendo incapaz de ver colores hasta que ve a su alma gemela, Chaeyoung parece ser la excepción y Mina no cree en las almas gemelas.❞ ☆˖° Michaeng. ☆˖° Mayormente soft, un poco angst. ☆˖° Mención de otros ships, tanto...