Satoru Gojo estaba regresando de una comida de negocios cuando se topó con la cara de Miwa, su secretaria quien lo veía con pena y algo de pánico, su asistente estaba estacionando el auto y subió solo para poder apresurarse a retomar sus deberes.
— ¿Qué sucede Miwa? —preguntó deteniéndose frente a la chica quien está a punto de comenzar a sudar de lo nerviosa que se encontraba.
— Pues vera....
— Solo dilo, te ves demasiado nerviosa.
Por lo general el albino no era un jefe problemático, solía reprender a sus empleados cuando algo malo seria y evitaba que se volvieran a cometer errores en el pasado, tampoco le gustaba gritarles, lo veía completamente innecesario.
—Sr. Gojo, su madre esta en la oficina, esperándole
— ¿Mi madre? —el pánico ahora se encontraba marcado en la cara del albino. ¿Qué quería esa mujer aquí?
— Sí señor, la Sra. Gojo llegó hace media hora y no ha salido de su oficina, le ofrecí una bebida pero me sacó rápidamente de ahí.
Su madre era sinónimo de problemas para Satoru, de la misma forma que su padre, solo saben criticar y reprender al albino.
— Gracias, Miwa. Que nadie entre a mi oficina, dile a mi asistente que debe de preparar los papeles para la junto de las cinco, por favor —dijo mientras avanzaba a su oficina.
— Claro, Sr.
Antes de abrir esa puerta que lo separa de la persona que se decía le había dado la vida, el albino se mentaliza, en menos de un mes su padre y ahora su madre había venido en su búsqueda, algo estaba pasando.
Si fuera en el pasado, eso no hubiera sucedido, ellos lo evitan tanto como él a ellos. Satoru no soportaba estar en su presencia y sus padres solo querían que estuviera al frente de la empresa para darse una vida de retirados por el mundo, asistiendo a grandes eventos, de vacaciones al otro lado del mundo o derrochando dinero en los casinos.
Sus padres tenían suficiente dinero para evitar verle, y tenían suficientes acciones en la bolsa como para ir a verle por dinero.
¿Qué querían ahora? ¿Retomar su rol de padres? Era ridículo, Satoru tenía más de treinta años y había formado su propia familia así que llegaron más de dos décadas tarde.
Tampoco creía que quisieran estar más cerca de Megumi, ellos lo veían una vez al mes, Utahime lo llevaba para que su madre se tomará fotos con el menor y luego las presumiera con sus amigas, su nieto tampoco les interesaba.
Entonces ¿Qué era?
Negó con la cabeza e inhalo profundo para luego abrir la puerta.
— Madre, que agradable verle, ¿Qué la trae por aquí? —dijo monótonamente en cuanto observo a la mujer mayor sentada en el sofá observando la vista azul del cielo.
— ¡Querido, si yo no vengo a verte es imposible que vayas a ver a tu madre a la mansión! —recriminado, no era nada nuevo para la gran Azumi Gojo, madre del único heredero del clan Gojo.
La postura de Satoru cambió inconscientemente mientras observaba como su madre le miraba ahora a él, buscando algo mal en su traje o postura.
Al albino no le gustaba mucho el decir que compartía sangre con la persona que tenía enfrente, si sus rostros no eran casi idénticos salvo por el cabello blanco o ojos azules, todo el mundo sabría que era su hijo. Ella era amable y cariñosa con todo mundo por fuera, una madre y abuela ejemplar a los ojos del mundo, pero a puertas cerradas ella había sido quien más daño físico ocasionó en Satoru.
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Amor Abandonado ⇝ Sugusato
FanfictionGojo Satoru es un hombre de negocios rico y mundialmente conocido, un heredero. El matrimonio por conveniencia nunca estuvo en sus planes, pero ha aprendido a querer a su esposa e hijo, es un padre de familia y lo único que le permite levantarse po...