Cap. 5

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El día de Satoru estaba siendo ajetreado con la recepción y los últimos ajustes de última hora su mente no había dejado de pensar en trabajo. La idea de salir de su oficina para comer no cruzó por su mente en ningún momento y su secretaria había salido para recoger su comida por encargo. Se estaba replanteando el no decirle que no a su madre en esa ocasión con todo y las agresiones verbales que eso traería consigo.

Su nariz había sangrado en algún momento antes de que la hora de salida fuera marcada y solo se dio cuenta cuando al agacharse para firmar la sangre manchó el papel.

— ¡Mierda! —murmuró mientras rápido tomaba un pañuelo y lo colocaba en su nariz.

El albino no creía que eso llegara a suceder, pero tenía mucho sentido haber tenido demasiado estrés en las últimas semanas y ni se diga días recientes.

Mientras cambiaba de pañuelo observó como la puerta de su despacho se abrió y su secretaria Miwa entro.

— Sr. ya... ¿Se encuentra bien? —preguntó preocupada y dio varios pasos para acercarse.

—Estoy bien, no te preocupes —la detuvo con su mano— En un momento dejara de sangrar, pero ¿Qué querías decirme?

Dubitativa la mujer de cabello azul se convenció que no tenía que preocuparse de más si su jefe le decía que no era necesario.

— Ya es mi hora de salida, Sr., venia a preguntar si se le ofrecía algo antes de que me retire...

En ese momento Satoru observó la hora en su reloj de muñeca, pasaba de las seis de la tarde, la hora de salida había pasado para su secretaria y todo el personal de la oficina se habría ido ya en su totalidad.

— Oh, si no, no necesito nada más. —dijo mientras volvía a cambiar el pañuelo de su nariz— Solo dile a mi asistente que venga.

— Por supuesto señor, que tenga buena noche. Me retiro —dando una inclinación Miwa emprendió su camino a la salida y varios minutos después Satoru escucho como llamaba al ascensor.

Comenzaba a preocuparse ¿Cuántos pañuelos había cambiado ya? ¿El sangrado nasal se detendría en algún momento o debería de comenzar a pensar en ir al hospital? Por lo que sabía el albino, era peligroso que el sangrado no se detuviera por más de veinte minutos.

En una ocasión tuvieron que llevar a Megumi a la sala de emergencia por esa razón, el infante se había desmayado y la sangre no paraba de salir.

Cambió de nueva cuenta el pañuelo y su asistente entró por la puerta de su oficina.

— Señor, me buscaba —dijo en cuanto entró— ¿Se encuentra bien?

El albino asintió mientras se las arreglaba para guardar sus cosas y apagar el computador.

— Prepara el auto, me voy a casa

— ¿Está seguro que no desea ir al hospital? —preguntó el hombre antes de retirarse.

— Bastante seguro, se detendrá en unos momentos.

El hombre asintió y salió rápidamente del lugar.

Satoru iba a salir solo con un pañuelo en la nariz pero al final se llevó la caja completa, no quería ensuciar el coche más de lo que ya quedaría con el olor de la sangre.

El elevador lo mareó un poco conforme bajaban los pisos por lo que se tomó su tiempo al salir de este cuando las puertas se abrieron. Cambiando una vez más el pañuelo alzó la mirada al frente y se topó con la persona que menos quería ver ese día, Suguru Geto.

Amor Abandonado ⇝ SugusatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora