Cap. 10

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Su padre estuvo en terapia intensiva durante dos semanas, aún no despertaba, su madre estaba más irritable de lo normal y Satoru había llegado a pedirle a una enfermera que le llamara cuando su padre estuviera despierto.

Habían pasado tres días desde que Akira Gojo estaba en una habitación normal para despertar, la primera persona a la que vio fue a su esposa quien leía un libro en la esquina de la habitación.

Satoru se enteró del suceso varias horas después casi cuando estaba por terminar el horario de visitas, que no es que lo hubiera hecho a propósito para no tener que quedarse encerrado con su padre verbalmente violento en un mismo y reducido lugar.

Al entrar en la habitación lo primero que vio el albino fue al hombre que se hacía llamar su padre postrado en la cama, con golpes en el rostro, férulas y el oxígeno en su nariz.

Así de golpeado y en cama no infundía mucho miedo, pero Satoru sabía la violencia que se escondía debajo de esa máscara de fragilidad.

Lo observo durante unos instantes antes de que el hombre quien miraba por la ventana girase en su dirección.

Ambos pares de ojos azules, de diferentes tonalidades se miraron, sosteniendo la mirada sin decir nada al contrario. Podían sentir la tensión creciendo a cada momento, Satoru no quería charlar con él. Solo quería verlo en cama, en el hospital.

Estar del lado contrario de la balanza era gratificante, ahora no estaba en la camilla, pero sí observando a quien se encontraba mal.

Satoru quisiera poder lanzar la misma mirada de reproche, indiferencia y coraje que su padre le lanzó en dos ocasiones cuando sus intentos de suicidio fallaron. El hombre había sido el más molesto y no se contuvo con ninguna palabra.

Pero ahora, estando del lado contrario solo podía sentir, nada.

Mirar a su padre en cama y golpeado no le provocaba nada, creyó que verle así le daría la oportunidad de sentir algo hacia ese hombre, pero no. No lograba tener ninguna clase de emoción por quien decía llamarse su progenitor.

— ¿No piensas entrar a la habitación? —la voz de Akira Gojo había perdido arrogancia y se encontraba ronca.

El albino le miró unos segundos más, grabando en su mente la imagen de su padre en cama.

— No

Por la expresión de sorpresa en el rostro del contrario se notaba que no estaba acostumbrado a que su hijo le negara algo o no hiciera lo que se le pedía. Era la primera vez en años en que escuchaba un no saliendo de sus labios a una pregunta suya.

— ¿Eso es lo que se merece tu padre? —cuestiono molesto— ¿Esa es la consideración hacia la persona que te dio la vida?

Los puños de Satoru se apretaron. Técnicamente hablando él no había hecho nada para procrear lo más que fecundar el óvulo de su madre, la mayor parte del trabajo duro lo había hecho ella durante nueve meses y después sufrió los dolores del parto.

— Si no es para ser un hijo considerado ¿Entonces para qué estás aquí?

Satoru odiaba el tono de desdén que solían destilar las palabras de su padre, colocándose siempre por encima de las personas.

— ¿Alguna vez visitaste al abuelo?

La sorpresa en el rostro de Akira lo congeló un instante, miró a su hijo en la entrada de la habitación sin la intención de entrar y de la nada sacaba un tema que no sabía a qué venía. ¿Qué buscaba? ¿Qué sabía?

Amor Abandonado ⇝ SugusatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora