ALAS NEGRAS TIENE MI ÁNGEL

TÚ, CONSUELO EN MI SOLEDAD

Notas del capitulo:
Hay algo eterno en un amor verdadero, algo que no se puede matar.

Esa chispa, esa ráfaga frágil de vida, si se atrapa, jamás te dejará...

Thor y Loki comenzarán a comprender que el pasado entre ellos no ha muerto y necesitan entender lo que sucederá.

3 TÚ, CONSUELO EN MI SOLEDAD

Helen Cho terminó su taza de humeante té sin que su cita llegara. Tamborileó impaciente los dedos y el mesero, con solicitud, le ofreció otra bebida caliente y pastas dulces para acompañar. La Doctora aceptó, mirando su reloj… eran las cinco de la tarde con tres minutos, la cita era a las cinco… pero no estaba dispuesta a dar nada de su valioso tiempo.

Justo cuando tomaba el efectivo de su cartera para pagar, dos mujeres llegaron hasta su mesa, una de ellas, con locuacidad, expresó que estaban ya presentes, puntualmente, cual damas inglesas… su voz aguda y su acento excesivamente confiado molestaron un poco a Cho. La otra mujer, silenciosa y con gesto duro, simplemente tomó asiento.

-Creo que lo mejor será evitar las formalidades e ir directamente a nuestro asunto- dijo la recién llegada, mientras la otra mujer le apretaba la mano en señal de solidaridad, al tiempo que tomaba una silla y arrastrándola ruidosamente, se sentó junto a su amiga.

-Por supuesto- respondió Helen- Hablaremos apenas tu amiguita sanguijuela se retire….

-¡Hey!- se quejó la aludida- Yo no he ofendido a nadie aquí…

-Aquí no… pero no tuviste remordimiento alguno cuando dejaste mensajes de voz en el teléfono celular de Thor diciéndole que era su obligación presentar disculpas y remediar “cierta situación” ¿Verdad? Tampoco te detuviste para mentir y decirle que mientras Jane lloraba por su traición, yo me burlaba de ella y le hacía llamadas amenazantes ¿Tampoco recuerdas eso?- respondió la médico, adelantándose al gesto defensivo de la mujer- Y no te atrevas a negarlo, reconozco tu voz chillona, y si tienes algo que decir… traigo aquí tus mensajes, puedo ponerlos para que escuchemos y lo niegues nuevamente, en mi cara… si es que puedes.

La mujer pareció meditarlo un poco, sin perder una sonrisa cínica en sus labios. Finalmente, tomó su bolso y dio un beso en la mejilla a su amiga.

-Bien, linda… hay que saber cuando es prudente quedarse a cierta distancia… te espero en la barra, supongo que me merezco un Martini doble...

Una vez a solas, las dos mujeres en la mesa se miraron a los ojos… retadoramente, ninguna parecía estar dispuesta a ceder un milímetro del terreno que tenían ganado. Y con gran esfuerzo, ambas se sonrieron y recomenzaron la charla.

-Te creí mi amiga, Helen… te abrí la puerta de mi casa, te conté mis secretos… ¡Cielos! ¡Hasta pensaba que podíamos trabajar juntas en mi presentación ante el comité Nobel con mi trabajo sobre la Convergencia!

-Lamento sinceramente que el comité no eligiera tu trabajo...

-No… no lo lamentas, no mientas… no lo lamentas ni un poco, porque gracias a mi concentración en mi trabajo, gracias a los viajes buscando apoyo, a las conferencias, a todo lo que me mantenía alejada, tú te aprovechaste de nuestra amistad para robar a mi prometido…

-Thor no era tu prometido, tú te negaste a recibir su anillo de compromiso.

-¡Porque me daba el anillo de su madre muerta! Yo vi morir a esa mujer… no iba a usar sus cosas. Y Thor y yo teníamos… tenemos un amor sólido… real… ¡Todas las parejas pelean de ve en cuando, por Dios, y eo no significa que han terminado!

-No lo es tanto, Jane… porque Thor se cansó de ser ignorado y menospreciado por ti. Eso apaga cualquier llama de cariño. Créeme… y cuando se fijó en mí, yo le dí la atención, el tiempo, los cuidados que necesitaba… ¡Por favor! Thor perdió todo lo que sentía por ti y el amor renació por mí… lo nuestro es fuerte y verdadero. Lo siento, Jane… no hice nada contra ti, tus acciones lo hicieron y si los sentimientos se mudaron, no es mi culpa.