ALAS NEGRAS TIENE MI ÁNGEL

PARA VOLVER A ASGARD

8. PARA VOLVER A ASGARD
Notas del capitulo:
Existe una condición para volver a la Ciudad Dorada, y de no ser porque era imperiosamente necesario, Loki no hubise aceptado... ahora, se preparaba a regresar a la ciudad que lo despreciaba, de la que estaba exiliado y cuya presencia autorizaba al verdugo para ejecutarlo sin juicio previo.

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El golpe fue brutal, la mujer cayó sin sentido sobre la helada tundra y un hilillo de sangre brotó de sus labios… nadie acudió para auxiliarla. Los duros guerreros Jötnar no eran sensibles al padecimiento de una hembra, no les interesaba su vida, en primer lugar, porque era una Aesir y en segundo lugar, porque había demostrado un rotundo fracaso en la misión que le encomendara el Rey Byléistr.

-Jamás debí confiar en una Asgardiana…- murmuró el Jötunn, dando media vuelta y abandonándola en medio de la nada- No sirve para nada… no trajo a ese cachorro de sangre real… seguimos sin herederos y el tiempo apremia...

-Las hembras suelen ser inútiles, hermano… te lo dije…- le respondió otro de los gigantes, acompañándolo de regreso al enorme carruaje- Debemos negociar con el Padre de Todo, la fecha del milenio dorado se acerca y al Rey de Asgard le preocupa, igual que a cada uno de los reinos, que los nombres de los herederos se inscriban en el libro de los Dioses Antiguos… es solo una noche cada mil años… si de verdad ha decidido borrar el nombre de Thor, entonces ambicionará tanto como nosotros, tener a los cachorros de Loki… si queremos ganar algo, le haremos una propuesta que no podrá despreciar…

-¡Estás loco, Helblindi! ¡Por los huesos de Ymir! Por supuesto que Odín también los ambiciona, sabe que son herederos naturales y no permitirá que uno de ellos venga a Jötunheim, jamás permitirá que nuestro linaje continúe… si los domina a ambos, terminará dominando este reino que es nuestro, la gloria de los guerreros Jötnar desaparecerá… debemos tener aquí a nuestro hermano y debemos convencerle de que sus hijos deben ser criados conforme a nuestras costumbres.

-No aceptará cuando se entere que debemos coronar a uno y asesinar al otro. Son crías de un mismo parto, nuestra costumbre dice que el que respiró primero debe reinar y el que respiró segundo debe morir…

-Loki no lo permitirá jamás… Ha pasado demasiado tiempo entre los Aesir y después entre los Midgardianos, su espíritu está muy contaminado con otras costumbres, obedece otras leyes…

-Negociaremos… negociaremos, Blýeistr, debes dejarme esta parte del gobierno a mí… tú eres la fuerza, hermano, la mano dura y la voz imperante, nuestro pueblo te teme y te respeta… pero el lado político, la diplomacia y la astucia debes dejármela a mí. Yo prepararé la negociación con Odín, pero será con bastante a nuestro favor… si autorizas que mi poder sea ilimitado y sin cuestionamientos…

-Está bien, acepto. Helblindi, te otorgo amplios poderes para que traigas a esos críos… a como dé lugar, y que convenzas a Loki para permitirnos coronar a su primogénito…

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Unos ojos acerados, como finas y afiladas hojas de una daga, brillaron con los primeros resplandores del amanecer, observando sin timidez al enorme rubio que roncaba plácidamente al lado de su amado padre.

-¿Te causa curiosidad verlo aquí, Vali? ¿Acaso te molesta?- lo cuestionó Loki, usando un tono de voz bajo y suave.

-No… También es mi padre… aunque hace mucho ruido al dormir… pero es mi padre.

-¿Cómo lo sabes? ¿Por qué le llamas “padre” sin dudarlo y se lo dices a tu hermano con tanta naturalidad? ¿Quién te lo dijo?- cuestionó a su pequeño vástago, sentándose con mucho cuidado para no despertar a su compañero.