9. ¿DÓNDE ESTÁN NUESTROS HIJOS?
El Soberano de Asgard, el Padre de Todo, el poderoso Rey Odín, enarcó la ceja de su único ojo cuando su Primer Consejero susurró algunas palabras en su oído. Asintió con severidad y retomó la conversación que estaba sosteniendo a través de una ventana holográfica. Su interlocutor, un Elfo Oscuro de la alta aristocracia, lo que podía saberse por su noble talante y su blanco cabello peinado en una complicada, artística y hermosa trenza. También podía saberse, por la impresionante cicatriz que marcaba la mitad de su rostro, que aquel Elfo era ni más ni menos que el Rey Malekith.-Ellos han llegado- le anunció Odín- Caminaron sin obstáculos hasta las puertas del jardín, y mis Halcones Escarlatas los escoltaron. Ahora, me esperan el el Salón del Trono.
-Muy bien, muy bien... excelente momento para que te decidas, mi querido Odín. En tus manos está no solo recuperar a tus nietos, también podrás evitar muchas muertes y sangrientas revanchas. Es todo tan simple... y depende de tí...
Odín cortó la comunicación. Retomó su semblante majestuoso, sacudió de su cabeza las veladas amenazas de Malekith, sin dejar de reconocer que en parte, el Elfo tenía razón. Ahora, tenía que encontrar la forma de mediar con el justo enojo que sin duda, su hijo Thor y su hijo adoptivo Loki sentían por él.
Ironman golpeó los bajos de Wade Wilson para obligarlo a colocar una rodilla en tierra. Igual que el resto del grupo, Loki incluído, todos se inclinaron cuando el Rey hizo su aparición, subió solemnemente hasta su trono y golpeó el piso de mármol con su poderosa lanza Gungnir. Entonces, los guardias saludaron con respeto y se retiraron. Todos, excepto dos que cruzaron sus lanzas frente a la puerta y el oficial, de noble y armonioso semblante y usando un casco de alas facetadas, que se colocó a la izquierda de Odín, junto con un hombre que usaba una larga túnica oscura y una bufanda de seda que le cubría el rostro casi por completo.
Loki aguzó su mirada de jade, haciendo conjeturas sobre los rasgos del Consejero, que le parecían hasta cierto punto, muy conocidos. Aunque, claro, tenía años fuera de la ciudad dorada y apenas lograba distinguir un par de ojos azules, fríos y altivos.
-Bienvenido, hijo mío... bienvenidos sean también tus amigos, los valientes mortales llamados Los Vengadores.
-Padre, siempre será un honor regresar a tu presencia... aún cuando calles el nombre de otro de tus hijos. Loki está aquí... presente, y los dos te saludamos.
-Sé que está presente. Yo no acostumbro saludar ni recibir a criminales. Loki tiene una sentencia sobre su cabeza y no dudaré en llevarla a cabo, pero... presiento que tu desafío para presentarlo frente a mí, lleva una explicación que deseo escuchar.
-Ciertamente. Yo sería un necio, Padre, si pierdo mi tiempo creyendo que no sabes nada... tienes bajo tu mando al Guardián, al que todo lo ve, bajo sus ojos dorados no se oculta nada en ninguno de los mundos. Así pues, aquí estamos, los dos fuimos tus hijos y ahora, Loki ya no lo es... ni de sangre, ni del corazón, exiliado como sentencia que mi madre suplicó, cambiando su destino de volver a la reclusión eterna.
Pero se presenta hoy ante ti porque yo lo mando, porque ahora no solo está sujeto a mi voluntad... también está amparado por un amor sublime que pudo sobrevivir a muchas pruebas para echar raíces profundas y firmes. Loki es mi consorte, tu orden de exilio, tu orden de muerte que pesa sobre su cabeza, no pueden pasar por encima de mi voluntad como marido. Y estamos aquí, juntos, para encontrar a nuestros hijos y rescatarlos de desconocidas ambiciones que no somos capaces de imaginar... no nos quedaremos, no alteraremos tus leyes, solo buscamos a nuestros hijos.-Ocultar el disgusto que me causa esta unión no está en mis planes. Me siento contrariado y decepcionado de la conducta de mi primer nacido. No entiendo, no alcanzo a comprender como es que ustedes dos pudieron... mantener una relación que está prohibida.
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ALAS NEGRAS TIENE MI ÁNGEL
Fanfiction¿Qué es lo más fuerte que has hecho? Pedir ayuda... pedir ayuda no es rendirse, es negarse a rendirse... Recuerda... eres amado... y eres suficiente así como eres... (El niño, el topo, el zorro y el caballo)