Capítulo IX

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"A veces nuestra mente nos hace malas jugadas y hace dudar de lo que creíamos fielmente."
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Llevaban dos meses saliendo, tal vez era poco tiempo, pero esperaba que al menos la familia de su novio supiera de su existencia, le tomó por sorpresa el enterrarse qué los hermanos de Yuuji nisiquiera sabían que estaba saliendo con alguien.

–¿Hay alguna razón por la cual se los has ocultado?

–En realidad si, tengo un poco de miedo.- Satoru se sorprendió al escuchar eso, por lo que le había contado supuso qué la relación entre los tres sería muy buena.

–¿Crees que tus hermanos te vayan a hacer algo por salir con un hombre? -Pensó que tal vez tenían algo en contra de las parejas del mismo sex0.

–No, temo lo que te vayan a hacer a ti.- Eso si qué lo había tomado por sorpresa.-Mis hermanos son muy sobreprotectores.

–No creo que sea para tanto, solo lo normal como hermanos mayores, ¿no?

Yuuji le explicó como ellos dos siempre alejaban a todos aquellos que se le acercaban con oscuras intensiones, por casualidades del destino (Sukuna) terminaban con graves golpes o con algunos ligeros traumas mentales (Choso), al final siempre huían y deja an de cortejarlo.

Gojo entendió que tenían complejos de hermanos y parecía que se rehusaban a soltar a su hermoso Yuuji, que gran shock se llevarían cuando descubrieran qué el retoño qué tanto cuidaban ya había florecido y sido robado por un desconocido.

–También hay otra situación, ellos no viven actualmente conmigo.- Dijo para seguir explicando un poco sobre su vida.

–¿Vives solo? -Era rara que lo dejaran por su propia cuenta.

–No, vivo con Nobara y Megumi, los tres vivimos en mi casa desde que empezamos la universidad.

–¿Y tus hermanos?

–Ellos se encuentres trabajando en Estados Unidos, encontraron buenos empleos en el extranjero y decidieron tomarlos.

–¿No te querían llevar?

–Lo querían hacer, pero yo me negué, quería hacer mi propio camino y depender siempre de ellos, siguen pensando que soy un niño y no entiendes que ya he crecido.

–Creo que puedo entenderlos, a mi también me gustaría cuidarte y mimimarte por el resto de mi vida.- Yuuji se sonrojó ante aquellas palabras.

–Te juro que cuando ellos regresen a Japón les explicaré la situación, quiero decírselos en persona y no por un simple mensaje.

–Bien, esperaremos a que vuelvan para hacer las cosas bien.

Satoru haría cualquier cosa que su novio le pidiera, sin darse cuenta había caído a sus pies.

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Las semanas pasaban y todo seguía igual, bueno, no del todo. En los últimos días veía como Yuuji enviaba muchos mensajes con entusiasmo y sonreía cada vez que recibía una respuesta.

–¿Con quién hablas tanto? -Preguntó con curiosidad y tratando de reprimir esos momentos celos.

–Con nadie, no es importante.- Siempre evitaba contestar directamente y cambiaba el tema.

Ese tipo de comportamiento sospechoso se repitió en diversas ocasiones y su cabeza comenzó a generar todo tipo de teorías dramáticas, confiaba en que Yuuji no le ocultaria nada malo pero sus sospechas a veces superaban su razón.

–Amiga, no llores por él, no vale la pena.- Escuchó como una chica trataba de consolar a otra.

Satoru se encontraba en una cafetería esperando a su novio, se supone que hoy tendrían una cita romántica pero había llegado una hora antes de lo acordado. Ahora estaba escuchando involuntariamente la conversación ajena de aquel par de amigas.

–Es que yo jamás creí que él fuera capaz de serme infiel.- La chica estaba llorando, parecía que su novio la había dejado.

–Amiga, es que tu también debiste sospecharlo desde el momento en que se negó a presentarte su familia.

Esa situación le sonaba muy familiar, ¿no era justo lo que le pasaba a él? Ahora si sintió curiosidad por saber de que hablaban y con discreción comenzó a prestarles mucha atención.

–Es que él me dijo que todavía no era el momento, que esperara unos meses más para conocer a sus padres y hermanos, nunca pensé que solo me decía esto para ocultar qué salía conmigo mientras ya tenía una prometida formal.

–Yuu, así suelen ser ellos, te dicen palabras bonitas y te tratan con amor, pero nunca terminas de conocerlos, pueden hacer toda una relación público pero de igual forma serte infiel.
¿Infidelidad? ¿Acaso Yuuji podría estar saliendo con alguien más a sus espaldas? No, eso era imposible.

No podía ser verdad, ¿cierto? Su solecito jamás podría jugar con sus sentimientos, debía de confiar en él y creer en sus palabras cuando le explicó porque mantenía oculta su relación a sus hermanos.

Se repetía incontables veces que no debía imaginarse escenarios ficticios qué lo lastimaran, pero parecía que su cerebro lo odiaba porque solo se encargaba de crear muchas escenas donde Yuuji estaba con alguien más y era feliz a su lado, especulaciones donde Gojo solo era un personaje extra en la historia.

–Tranquilizate Satoru, todo está bien.- Se convencía mientras tomaba un sorbo de su café y miraba por la ventana.

Justo en el momento en el volteó pudo observar una cabellera rosa pálido, ahí estaba parado su hermoso novio y parecía que esperaba a alguien. Yuuji también había llegado media hora antes de la hora de au cita, le hizo feliz pensar él también llegaba antes de lo planeado para sorprenderlo. Estaba por llamarle por teléfono para avisarle que ya se encontraba dentro de la cafetería, pero cuando estuvo a punto de hacerlo presenció algo que lo sorprendió de sobremanera.

Yuuji estaba afuera esperando a alguien, tras unos pocos instantes lo visualizó y empezó a hacer señas para que esa persona lo ubicará rápidamente, cuando el desconocido lo vio comenzó a correr y se arrojó a él. Gojo fue testigo de como ese extraño pelinegro aprisionaba a Itadori en sus brazos y lo comenzaba a besar en sus mejillas, parecía muy emocionado por su encuentro.

Satoru no lo pudo soportar más y salió rápidamente de la cafetería, necesitaba una explicación de lo que ocurrirá, pero sobretodo necesitaba separarlos.

–¡Yuuji! -Gritó haciendo qué el mencionado se sobresaltara.

–¿Satoru-senpai? -Se suponía qué aún quedaban tiempo para que se vieran.

–Suelta a mi Yuuji.-Le dijo al pelinegro mientras los separaba y abrazaba fuertemente al pelirrosa.

–¿"Tu" Yuuji? -Le molestó el tono en el qué el albino le habló.- ¿Quién te crees que eres para llamarlo así?

–¿Qué quién me creo? ¡Soy su novio! -Gritó con molestia, no iba a ocultarlo.- ¿Quién eres tú?

–¡Soy su hermano, ¡diota! -Contestó Choso mientras lo separaba de su hermanito.

Ahora el pobre de Yuuji se encontraba en medio de los dos, este no era para nada el encuentro qué había planeado para presentarle su novio a su familia, todo era un desastre.

        

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