Alastor

79 13 0
                                    

Llegaste al local, conocías las caras de todos, desde los meseros hasta los clientes habituales. Te sentaste en tu mesa preferida, ni muy lejos de la puerta ni muy en el centro.
Pediste Jambalaya en el menú y un poco de agua, orden recibida y orden llegada más rápido de lo usual. Te había descolocado esa acción.
"Normalmente se tardan 20 minutos, esta vez solo fueron 10" pensaste. Dudaste en comerla o no ya que te daba desconfianza, sin embargo probaste intentarlo y al comerlo pasó algo que nunca hubieras pensado que pasase.
La comida era todo un deleite, igual a la receta de tu madre muerta o al menos eso lo sentiste.

Recuerdas volver a tu casa después de un día agotador que tu padre odioso. Recuerdas saborear cada parte del platillo y sentir el amor que una madre pudiera dar, el recuerdo de un lugar amoroso. Un refugio, su voz resonó en tu mente mientras cantaba cuando cocinaba el platillo.
Recordabas tan bien su voz, ese recuerdo feliz, ese recuerdo magnífico. Recordando todos los días en Nueva Orleans comiendo con tu madre Jambalaya.

-Se ve que el nuevo cocinero es demasiado talentoso. No por nada parecías al comer recordando algo de nostalgia de tu vida allá en Nuevo Orleans.
-Si...- una lágrima salió de uno de tus ojos color miel, al tocarla notaste que estabas llorando de lo buena que era la Jambalaya de ese cocinero desconocido.
-Puedo hacer que presenten, luego necesitaré más de eso.
-Tu tranquila, ya buscaré más de eso.

No pudiste detectar el tiempo rápido que había pasado, tan rápido fue que el local estaba cerrando. Todos los trabajadores salieron de ahí.
Viste a Husk, ese ex militar de orejas gatunas y de los mejores haciendo bebidas hablar con alguien más, Niffty la omega bajita riendo de lo que sea que estaban hablando.
Tu alfa interno se llenaba de curiosidad no a la conversación en si. Estaba concentrado en ese joven de cabello rubio, azules y lengua de serpiente.
Sin lento ni perezoso te acomodaste la pajarita, un poco la camisa blanca y te levantaste del asiento. Rosie terminó de cerrar el local con llave y cerradura.

-Buenas tardes damas y caballeros- no paraba de diseccionarlos con la mirada, igual a un depredador analizando con su mirada a su objetivo y sin sacar esa gran sonrisa de sus labios.
-Ugh...Hola Alastor- el primero en hablar fue Husk.
-Hola Alastor- Niffty te dedicó la misma mirada y sonrisa.
-Al parecer me eh deleitado con un platillo conocido pero hecho por un nuevo cocinero, ¿quién de ustedes fue?

Las miradas se pasaron en ese pequeño rubio y tu alfa interior estaba fascinado.

-Si, fui yo- lo respondió con orgullo-. Me alegro que seas de esos que les gusta mi comida y no de los que la tiran de una.
-Eso suena de lo más terrible.
-Ni que lo digas señor.

Ambos se pusieron a reír, por un momento los colmillos de serpiente aparecieron. Al verlo pensaste en que si este omega de clase baja serían de los venenosos como las serpientes mortales. Por un momento tu cola de venado se movió de arriba a abajo.
Dudas aparecían en tu mente, tan solo de pensar que podría usar ese veneno para matar más fácil a la gente te daba una descarga de adrenalina. Girando tus ojos hacia Rosie, deduciste que posiblemente pensaba lo mismo.
Sería una pena que el no compartiese su gusto por la carne humana...¿verdad?

-Bueno señor, debo irme porque me invitaron a tomar un poco ¿le paso mi dirección?
-No sería tan mal idea- hablaste tranquilamente.

Sacó un papel, puso la dirección y el nombre del departamento Hazbin, así se llamaba. Lo viste ir con los empleados pero Husk te dedicó una mirada seria, este sabía con Niffty de las cosas que tu y Rosie les gustaban hacer.
Más no te importaba.

"Sería una pena que esos pequeños colmillos no sean usados para desgarrar carne humana" pensaste para tí.

♥︎𝔼𝕟𝕥𝕣𝕖 𝕔𝕒𝕟𝕚̀𝕓𝕒𝕝𝕖𝕤♥︎ /ʀᴀᴅɪᴏ ᴀᴘᴘʟᴇ/ [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora