Alastor

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Sábado 9 am.
Desayunando un yogurt con tostadas era lo ideal para la mañana. Saliendo de tu casa y recorriendo el camino de siempre llegaste a tu destino, al tocar el timbre pudiste ver a una emocionada Rosie para así comenzar a hablar con la chica en su casa, todo normal diciendo que aquí en la ciudad pentagrama, tu potencial había rendido frutos. Ella estaba siempre emocionada de las ocurrencias que giraban a tu alrededor y con sumo de detalle le contabas.
Un poco de acá para allá de cosas sin importancia para la trama.

-Sabes Al, me estaba preguntando una cosita.
-¿Qué cosa mi estimada amiga del alma?
-Vi que no parabas de observar a ese omega cocinero.
-¿Y eso en que lo vuelve de interesante?
-Vamos Al, se que cuando algo te llama la atención no paras en obtenerlo, ¿no recuerdas cuando jugaste con los sentimientos de Vox?- una risa salió de sus oscuros ojos -. Fue una maravilla de admirar.
-Creo que se a que vienes- ahora las cosas se ponían interesante-. Adivino ¿lo vas a querer que lo mate y lo haga comida para ti?

Negó.

-No tontito, mirabas sus colmillos y si que eran de las serpientes venenosas y mortales.
-Vaya que si pudiste verlo también.
-¿Te imaginas que fuese un caníbal? Sus colmillos son tan hermosos y finos pero duros y resistentes, no puedo esperar a saber si posee veneno adentro de estos.

Se te había prendido un foco.

-Tengo su dirección, puedo hacer que nos conozca mejor y con el tiempo unirlo a nuestro...círculo de amistad, para así saber la verdad.

Y con esto ambos pusieron ojos de determinación iniciando así el gran viaje. Saliste de la casa de tu amiga, caminaste por las calles de la ciudad y llegaste al departamento Hazbin, te escondiste en un callejón y pudiste admirar al rubio caminar escuchando música en su ipod.
Lo seguiste por toda la ciudad, tranquilo y sin apartar tus ojos en este, parecía confundido así pues decidiste presentarte otra vez. Al tocar su hombro el chaparro se asustó y con solo verte descubriste que estaba más seguro en ese momento.
Se quitó los audífonos y miró tu walkmart, le había entrado demasiada curiosidad.

-Wow, eh visto imágenes de esos pero nunca pude poseer uno- parpadeó dos veces el rubio -. Es usted muy afortunado.
-Los walkmart siempre serán mejores, no es necesario tanta tecnología como los celulares tan apegados a programas de música o que se necesiten cargar batería.

Estaban caminando tranquilamente sin importar su entorno.

-Este ipod me lo dio mi amiga Lilith, es la edición clásica, no soy de tener mucho celular o algo por el estilo. Tampoco puedo descargar demasiada música ya que no tengo hasta una computadora, soy nuevo en la ciudad.
-Que fascinante- la conversación le resultaba agradable y extrañamente le había agarrado confianza -. Este walkmart me lo dio mi madre cuando estaba viva.

Un sentimiento incómodo apareció pero desapareció poco después.

-Es una lástima- luego se acordó-. Perdona mis modales pero mi nombre es Lucifer.
-Que fabuloso nombre- sonrió en una forma que podría ser amenazante, sin embargo el omega lo encontraba agradable -. Tu ya sabes el mío querido.
-¿Tienes un lugar para ir?- te había preguntado Lucifer.
-Bueno, pensaba en un parque que queda algo lejos de esta ciudad, es algo apartado pero se puede respirar aire fresco...a diferencia de aquí claro.
-Fabuloso- aplaudió tranquilamente-. Por fin algo fresco.

Sin lento ni perezoso llegaron al parque apartado, estaba viejo y abandonado pareciendo un pantano de los de Nueva Orleans. Eso te llenaba de hermosos recuerdos, Lucifer estaba viendo a los peces nadar en el agua y el aire fresco limpiando los pulmones de ambos como si los recibiera.
Lo mejor que pensaron era conocerse un poco mejor y este sería un buen momento.

-Y señor Alastor, ¿posees un trabajo?
-Si lo poseo mi estimado y el mejor de todos, soy el conductor de la radio Radio Demond.
-¡¿De verdad?!- Lucifer se había impresionado -. Yo sigo su programa, por eso se me hacía familiar su tono de voz, ya sabes donde trabajo en el restaurante donde hice Jambalaya y le gustó.
-Ha, usted si sabe de lo que es el buen gusto- se acomodó la camisa -. No es por alardear pero digamos que entre lo mejor yo soy lo mejor.
-¿Osea ser de la élite?
-Si, pero no me gusta que me comparen con esos idiotas magnates y filantropos, prefiero los gustos simples como ahora que estamos charlando sin la necesidad de un aparato electrónico que nos distraiga.
-Es verdad, a simple vista es alguien más interesante que los idiotas ricachones que eh conocido, usted es alguien más amigable para mí.

El ego era algo que te encantaba, te gustaba escuchar como la gente te dijera cosas agradables y te sintiera superior e importante halagando tus gustos. Te fascinaba que la gente estuviera a tu alrededor alimentando tu narcisismo y orgullo, este no era la excepción.

-Una cara tan linda como tu no parece ser hecho para estar entre la gente ordinaria, más pareces ser aquellos que tu odias que la gente ordinaria.
-Si fuera de la élite me hubieran dado un matrimonio arreglado con un alfa de alta cuna sin amor de pormedio.
-¿Y usted cree en el amor?
Solo pudo reír el rubio -El amor es un cuento de hadas, nadie se enamora por gusto propio, algo imposible y más si te casas con un alfa.

Alastor lo miró confundido.

-Pero si la gente se ama por amor también, se ve que tu no lo has visto.
-¿Qué?
-...si, la gente también se casa por amor.
-Ahhh, así que lo que dijo mi amiga era cierto.

Lucifer a veces era muy idiota.

-Mira, ya es de noche- te levantaste -. Mejor vamos a la casa de mi amiga Rosie a pasar la noche, quiero que la conozcas mejor.

Lucifer no se mostraba muy seguro. Pero al pensarlo bien accedió, era su jefa al fin y al cabo, así que accedió.

-Cuando vuelvas al local, te haré más Jambalaya.
-Y con gusto la comeré siempre, no importa lo que cocines si fuiste tu lo comeré con gusto.

Y así ambos fueron a la casa de Rosie.

♥︎𝔼𝕟𝕥𝕣𝕖 𝕔𝕒𝕟𝕚̀𝕓𝕒𝕝𝕖𝕤♥︎ /ʀᴀᴅɪᴏ ᴀᴘᴘʟᴇ/ [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora